Síndrome respiratorio obstructivo (SRO) en perros braquicéfalos
Introducción
El síndrome respiratorio obstructivo (SRO) en los perros braquicéfalos incluye una serie de alteraciones en la conformación del aparato respiratorio que provocan un grado variable de obstrucción de las vías respiratorias superiores.
Se cree que la selección de ejemplares con braquicefalia extrema para la cría ha favorecido un incremento en el porcentaje de animales afectados y severidad del cuadro clínico. Esto, junto al aumento en la popularidad de estos perros ha hecho que, cada vez más, este síndrome se vea con más frecuencia en las consultas.1,4
El SRO puede impactar muy negativamente en la calidad de vida de los animales afectados y debe ser considerado un serio problema de bienestar animal. Muchos perros con cuadros severos no muestran actividad física alguna porque, ya de por sí, tienen bastante problema con respirar, de modo que cualquier actividad “extra”, por mínima que sea, puede causar una dificultad respiratoria extrema que puede llevar a la muerte del paciente. La esperanza media de vida en estas razas es unos 3 años inferior a la esperable en razas mesocéfalas o dolicocéfalas de tamaño similar, y esto es en gran parte consecuencia del SRO.1
Características del SRO en perros braquicéfalos
Entre las alteraciones características del SRO en perros braquicéfalos se incluyen la estenosis de los orificios nasales, desviación del septo nasal, cornetes nasales aberrantes, elongación y engrosamiento del paladar blando, hiperplasia de la mucosa nasofaríngea, macroglosia, e hipoplasia traqueal. Otras alteraciones, consideradas secundarias, incluyen hiperplasia de las tonsilas, eversión de los ventrículos o sáculos laríngeos (colapso laríngeo, grado I), desplazamiento de los procesos cuneiformes (colapso laríngeo, grado II) y prolapso del proceso corniculado (colapso laríngeo, grado III).2,5
Cuadro clínico
El cuadro clínico del SRO en perros braquicéfalos se caracteriza por presencia de estertores y estridores, ronquido, disnea inspiratoria, jadeo excesivo, intolerancia al ejercicio y colapso. Es frecuente la presencia concomitante de signos digestivos (babeo, náuseas, regurgitación o vómito). En casos severos se produce disnea, hipertermia, cianosis y síncope o colapso.1,3,4
Es importante explicar a los propietarios la severidad de este síndrome, porque hasta el 60% de ellos pueden asumir como normales patrones respiratorios que indican claramente la presencia de un SRO.1
Diagnóstico del SRO en perros braquicéfalos
Se basa en la historia clínica, examen físico (presencia de ollares estenóticos y valoración del esfuerzo respiratorio) y pruebas de imagen (radiografías de cuello y tórax, endoscopia - preferentemente respiratoria y digestiva - y tomografía computarizada).4
La auscultación de estertores se asocia normalmente con elongación del paladar blando u obstrucción nasofaríngea, mientras que los estridores reflejan compromiso/colapso laríngeo.2 La pletismografía, permite un diagnóstico y clasificación objetivo y no invasivo del SOR, pero su escasa disponibilidad y tiempo necesario para la evaluación pletismográfica limitan su uso práctico en clínica.
Tradicionalmente el SRO se ha clasificado en 3 grados de severidad en función de los signos clínicos reportados.6 De modo más reciente se ha establecido otro sistema de clasificación que tiene cuenta la tolerancia del paciente al ejercicio (3 minutos de trote en cinta a 6,4-8 km/hora) y que parece ser más útil para el diagnóstico y la toma de decisiones.6,7
Tratamiento del SRO en perros braquicéfalos
El tratamiento del SRO es quirúrgico, pero el manejo médico previo (sedación, oxigenoterapia, antiinflamatorios, enfriamiento de pacientes hipertérmicos y administración de procinéticos e inhibidores de la bomba de protones en perros con signos digestivos) es necesario para estabilizar pacientes con cuadros agudos severos. En casos severos puede ser necesario hacer una traqueostomía temporal.3,8,9
El tratamiento quirúrgico tradicional incluye rinoplastia, palatoplastia y resección de los ventrículos laríngeos evertidos, si bien no hay consenso sobre si este último procedimiento debe realizarse en todos los pacientes o no. Por ello, se recomienda valorar los beneficios potenciales frente a las posibles complicaciones del procedimiento. Igualmente, y aunque no se realiza de modo rutinario, determinados pacientes pueden beneficiarse de una tonsilectomía. En los últimos años se han propuesto otras técnicas como la palatoplastia modificada o la turbinectomía con láser cuya descripción puede consultarse en la bibliografía.4,5
Complicaciones en el tratamiento quirúrgico
Las complicaciones descritas durante el postoperatorio incluyen regurgitación, tos, disnea, cianosis, edema faríngeo, hemorragia, neumonía por aspiración, obstrucción del tracto respiratorio y muerte.3
Por otra parte, no hay que olvidar que el manejo anestésico de los perros braquicéfalos puede ser complejo; por lo tanto, es importante usar protocolos adecuados:10
- Durante el postoperatorio es crítico garantizar el flujo de aire adecuado. Por ello, la extubación debe retrasarse todo lo que sea posible y el paciente debe permanecer monitorizado.8
- En perros con disnea obstructiva severa, la traqueostomía temporal facilita la respiración y reduce la mortalidad de estos pacientes.9
A pesar de todo ello, y de que la cirugía no se considera curativa, reduce la severidad del cuadro clínico, mejora el estado general del animal y retrasa el desarrollo de lesiones secundarias en la gran mayoría de pacientes. En perros que sufren recaídas, el cuadro clínico no suele ser tan grave como el previo a la cirugía.3-6
Conclusiones
El SRO en perros braquicéfalos tiene un enorme impacto en la calidad de vida de los animales afectados. Siempre que veamos un cachorro de una raza predispuesta es importante explicar al propietario la existencia y características del SRO. De este modo evitaremos que asuman como normales patrones respiratorios que no lo son, y potencialmente, nuestro diagnóstico será más precoz. Por otra parte, teniendo en cuenta el efecto que la selección genética ha tenido en el aumento de la prevalencia de este síndrome, deberíamos hacer reflexionar a los criadores sobre la necesidad de modificar los programas de cría, y a los potenciales propietarios sobre la conveniencia de adquirir perros con determinadas características anatómicas.