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    Inmunodeficiencia gatos: causas, diagnóstico y tratamiento

    El síndrome de inmunodeficiencia adquirida en gatos, es comparable con la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en humanos, pero con mayor riesgo de infecciones oportunistas, enfermedades neurológicas y tumores.1 Esta infección presenta una distribución mundial y afecta tanto a felinos domésticos como salvajes. Fue por primera vez descrito en California en el año 1986, mientras que la evidencia serológica de infección se remonta al año 1960.2

    Etiología

    Es originado por el Virus de la inmunodeficiencia felina (VIF), un lentivirus perteneciente a la familia de los retrovirus, con una morfología similar al VIH.1-3

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    Fisiopatogenia

    La integración en el ADN de una copia de ARN viral (llamado provirus) del VIF, resulta en una infección de por vida preferentemente de las células linfoblastoides T felinas, originando diversas anomalías inmunológicas:1-4

    • La más importante es una disminución en el número y proporción relativa de células CD4 + en la sangre periférica así como en la mayoría de los tejidos linfoides primarios.
    • La función de los linfocitos puede verse reducida.
    • La actividad de las células natural killer puede verse disminuida.
    • Se producen cambios en los patrones de citoquinas que incluyen una mayor producción de interferón, factor de necrosis tumoral, IL-4, IL-6, IL-10 e IL-12.
    • Y existe una respuesta inmune excesiva que conduce a hipergammaglobulinemia.

    Riesgo y transmisión

    La seropositividad al VIF (que es equivalente a la infección debido a la persistencia viral) se asocia consistentemente con antecedentes de heridas por mordedura, edad avanzada, sexo masculino, enfermedad y acceso al aire libre.2

    La principal forma de transmisión es a través de una mordedura, y en menor medida transplacentaria, a través de la leche, y transfusión de sangre.2

    Síntomas

    La infección por VIF progresa a través de varias etapas, similar a la infección por VIH en humanos;1

    • Una etapa inicial (fase aguda), generalmente transitoria y con presencia de signos clínicos leves, que incluyen fiebre, letargo, signos de enteritis, estomatitis, dermatitis, conjuntivitis, enfermedad del tracto respiratorio y agrandamiento generalizado de los ganglios linfáticos.1
    • Una fase clínicamente asintomática de duración variable.1
    • Y una fase terminal a veces denominada "síndrome de inmunodeficiencia felina adquirida” en la que los signos clínicos son un reflejo de infecciones oportunistas, neoplasias, mielosupresión y enfermedad neurológica.1 La fase terminal se asocia comúnmente con enfermedad periodontal de moderada a grave, estomatitis linfoplasmocítica, gingivitis y lesiones de reabsorción odontoclásticas felinas.2

    inmuno gatos

    Diagnóstico

    En muchos gatos, la infección se diagnostica mediante pruebas de cribado que detecten anticuerpos contra el VIF (test ELISA). Siempre que no haya antecedentes de vacunación contra el VIF y el gato examinado tenga menos de 6 meses de edad, los resultados positivos de la prueba de anticuerpos equivalen a infección, porque el virus establece una infección persistente de por vida.2

    Existe gran variedad de ensayos de PCR para el diagnóstico de la infección, los ensayos pueden detectar ARN viral (transcriptasa inversa [RT] -PCR), ADN proviral o tanto ARN como ADN proviral en sangre periférica.2

    Son comunes la anemia leve, linfopenia y neutropenia. La hiperproteinemia, resulta del aumento de las concentraciones de γ-globulina y es una consecuencia directa de la infección por VIF. El análisis de orina puede revelar proteinuria en gatos con glomerulonefritis.2

    Tratamientos

    Los gatos en la fase terminal de la infección por VIF pueden requerir sueroterapia, apoyo nutricional, profilaxis dental regular, enjuagues o geles bucales diluidos a base de clorhexidina, y extracciones dentales y medicamentos antimicrobianos contra microorganismos anaerobios para la estomatitis grave. Algunos gatos con signos neurológicos avanzados muestran una mejoría clínica después del tratamiento con glucocorticoides. Las infecciones oportunistas pueden responder al tratamiento antimicrobiano apropiado, pero puede ser necesario un tratamiento prolongado o de por vida.2

    Cuidados, prevención y control

    Los gatos que dan positivo en la prueba de VIF deben alojarse en interiores para evitar la transmisión a otros gatos, así como para protegerlos de otras infecciones. Esto último es importante incluso en gatos con infección subclínica, ya que otras infecciones tienen el potencial de activar la transcripción viral y acelerar la progresión de la enfermedad. Se debe evitar la alimentación con alimentos crudos y el comportamiento de caza. Los gatos deben estar castrados para reducir la posibilidad de interacciones agresivas con otros gatos.2

    Las agujas quirúrgicas, los tubos endotraqueales, los circuitos respiratorios y los instrumentos nunca deben compartirse entre gatos sin una limpieza y desinfección adecuadas, y todos los gatos utilizados como donantes de sangre deben dar negativo en la prueba de anticuerpos contra el VIF con ELISA y, si es posible, con los ensayos de PCR.2

    Se ha probado una gran cantidad de vacunas candidatas contra el virus de la inmunodeficiencia felina. Estos incluyen virus inactivados y vacunas de células infectadas, ADN y vacunas de vectores virales, vacunas de subunidades y péptidos y vacunas que utilizan vectores bacterianos.5

    Con los cuidados adecuados, los gatos infectados con VIF pueden vivir muchos años y, de hecho, pueden morir a una edad avanzada de causas no relacionadas con su infección por VIF.1

     

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    Referencias bibliográficas:
    1. Hartmann K. (2011). Clinical aspects of feline immunodeficiency and feline leukemia virus infection. Vet Immunol Immunopathol;143(3-4):190-201.
    2. Sykes JE. (2014). Feline Immunodeficiency Virus Infection. Canine and Feline Infectious Diseases;209-223.
    3. Elder JH, Lin YC, Fink E, Grant CK. (2010). Feline immunodeficiency virus (FIV) as a model for study of lentivirus infections: parallels with HIV. Curr HIV Res;8(1):73-80.
    4. Westman ME, Malik R, Norris JM. (2019). Diagnosing feline immunodeficiency virus (FIV) and feline leukaemia virus (FeLV) infection: an update for clinicians. Aust Vet J.;97(3):47-55. doi: 10.1111/avj.12781. Erratum in: Aust Vet J. 2019 Sep;97(9):371.
    5. Dunham SP. (2006). Lessons from the cat: development of vaccines against lentiviruses. Vet Immunol Immunopathol;112(1-2):67-77.