Interferón omega felino: Leucemia felina e inmunodeficiencia felina
Introducción al interferon omega felino
Se estima que entre un 1-8 % de los gatos sanos y hasta un 21 % de los felinos con alguna patología están en riesgo de contraer la leucemia felina, mientras que el 11 % de los gatos están infectados con el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF).
Según un estudio realizado en la Universidad Complutense de Madrid (1), la leucemia felina suele tener una mayor incidencia en los gatos jóvenes, menores de 3 años, mientras la inmunodeficiencia felina afecta sobre todo a los gatos adultos, de entre 3 y 8 años. Aunque ambas pueden atacar en cualquier momento de la vida.
Algunos tratamientos, como el interferón omega felino, reportan una alta tasa de supervivencia. Gracias a su acción antivírica e inmunomoduladora, estimula la producción de glóbulos blancos y mejora el funcionamiento del sistema inmunológico, por lo que también se utiliza para tratar infecciones como el parvovirus felino y la peritonitis infecciosa felina.
El mecanismo de acción del interferón omega felino
Los interferones son un tipo de proteínas señalizadoras que producen las propias células hospedadoras como reacción ante la presencia de agentes patógenos como los virus y las células tumorales. La célula infectada los produce para activar las defensas antivirales en el resto de las células y evitar que el agente patógeno se propague. El interferón omega felino imita ese mecanismo natural ya que se trata de un tipo de interferón sintetizado a partir del ADN felino usando las técnicas de ADN recombinante. Su función consiste en unirse rápidamente a los receptores específicos de las células para combatir la infección.
Este fármaco no actúa directamente sobre el virus patógeno sino sobre las células infectadas para:
- Inhibir el mecanismo de síntesis interna del virus en las células infectadas.
- Detener el mecanismo de replicación del virus destruyendo el ARNm e inactivando las proteínas de transcripción.
- Evitar la replicación del genoma vírico y la salida del virus de la célula.
- Inhibir la angiogénesis, el mecanismo de formación de nuevos vasos sanguíneos que facilita la reproducción de las células infectadas.
- Estimular la inmunidad celular.
Por tanto, este medicamento desacelera el proceso de reproducción del virus y fortalece las defensas del organismo del animal para ayudarle a combatir la infección.
El interferón omega felino es un medicamento seguro, pero puede provocar algunos efectos secundarios en los gatos entre 3 y 6 horas después de su administración, entre ellos:
- Vómitos.
- Hipertermia.
- Diarrea.
- Cansancio transitorio.
También puede causar una discreta reducción de los glóbulos blancos, plaquetas y glóbulos rojos, así como un incremento en la concentración de alanina aminotransferasa, una enzima que se utiliza como un indicador del funcionamiento hepático.
La eficacia del interferón omega felino en el tratamiento del VLFe y VIF
Cuanto más reciente sea la infección, más eficaz es el interferón omega felino ya que inhibe la síntesis del virus evitando que se hospede en la médula ósea y se replique. Cuando se utiliza durante las primeras semanas de la infección suele tener una alta tasa de eficacia: alivia la sintomatología, detiene el avance del virus, fortalece el sistema inmunológico y reduce la mortalidad.
Un estudio evaluó la eficacia del interferón omega recombinante felino en un grupo de gatos sintomáticos y positivos al VLFe o dobles positivos al VLFe y VIF. Les administraron a diario un tratamiento vía subcutánea con interferón omega recombinante felino a un grupo de 28 gatos enfermos y compararon los resultados con otro grupo de 20 gatos a quienes administraron un placebo. Hallaron que el índice de mortalidad disminuyó del 75 % al 36 % en el grupo sometido al tratamiento con interferón omega recombinante felino.
Otra investigación realizada en la Universidad Complutense comprobó que el tratamiento con interferón en gatos con leucemia e inmunodeficiencia felina produce una mejora significativa de los signos clínicos así como de los parámetros hematológicos, a la vez que reduce el riesgo de que contraigan infecciones oportunistas graves y mueran como resultado de éstas.
Se ha demostrado que el tratamiento con interferón omega felino puede reducir la anemia y elevar el recuento de linfocitos, neutrófilos y la concentración de gammaglobulinas en los gatos, a la vez que mejora la respuesta inmunológica frente a los virus. En los gatos infectados por el VLFe la recuperación clínica también se ha asociado con una reducción de la carga proviral y la antigenemia.