Regurgitación en perros: etiología, diagnóstico y manejo
La presencia de regurgitación en perros nos debe hacer pensar en la existencia de una enfermedad esofágica.
Características clínicas de la regurgitación en perros:
La regurgitación es la expulsión pasiva de comida (generalmente con aspecto de no estar digerida), líquido o cualquier otro material procedente de la faringe o el esófago debido principalmente a una alteración funcional o a una obstrucción mecánica. Aunque la definición parece clara, en ocasiones los responsables del animal pueden confundirla con la expectoración (expulsión de material procedente del tracto respiratorio asociado a la tos), y sobre todo con el vómito. Teniendo en cuenta que la etiología, abordaje diagnóstico y tratamiento del vómito y la regurgitación son distintos, resulta fundamental conocer las diferencias entre ellos.
Diferencias entre vómito y regurgitación en perros
Al contrario que la regurgitación, el vómito es un proceso activo, en el cual se expulsa comida (normalmente digerida total o parcialmente) u otro contenido procedente del estómago (en ocasiones del duodeno), a través de la boca. El vómito, a diferencia de la regurgitación, requiere de un acto reflejo central que coordine el cierre de la nasofaringe y la glotis para proteger la vía aérea y evitar una posible neumonía por aspiración. En la tabla 1 se muestran las diferencias más importantes entre ambos procesos.
Tabla 1. Diferencias clínicas entre regurgitación y vómito. |
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SIGNO CLINICO |
REGURGITACION |
VÓMITO |
Náusea, hipersalivación |
No |
Frecuente |
Arcadas |
No |
Frecuente |
Presencia de bilis |
Raro |
Posible |
Distensión del esófago cervical |
Posible |
No |
Cantidad de material |
Cualquiera |
Cualquiera |
Tiempo tras la ingesta |
Variable |
Variable |
pH |
Variable |
Variable |
Fisiopatología
El esófago se encarga de transportar los líquidos y sólidos desde la cavidad oral al estómago. Desde un punto de vista anatómico, el esófago del perro está formado por músculo estriado, y es inervado por ramas somáticas del nervio vago. Con la deglución, el esfínter esofágico craneal se relaja para permitir el paso de líquidos y sólidos al esófago proximal, al tiempo que se inician una serie de contracciones peristálticas primarias y secundarias que transportan el contenido hasta el esófago distal, donde la relajación temporal del esfínter permite el paso del bolo alimentario al estómago.
Cuadro clínico
Los signos clínicos asociados a cuadros de regurgitación en el perro pueden incluir:
- Expulsión a través de la boca de comida (generalmente no digerida) o líquido claro/transparente o espumoso.
- Pérdida de peso
- Polifagia
- Dilatación del esófago cervical
- Signos de neumonía por aspiración: letargia, anorexia, tos y disnea
Causas de regurgitación en perros y diagnóstico diferencial
Una vez establecida la existencia de regurgitación en un perro deben analizarse los posibles diagnósticos diferenciales. En general, las lesiones esofágicas pueden tener distintos orígenes:
- Inflamatorio
- Esofagitis: normalmente es consecuencia de la ingestión de cuerpos extraños, sustancias irritantes o de la existencia de reflujo gastroesofágico.
- Reflujo gastroesofágico
- Fístula esofágica: se trata de una comunicación anormal entre el esófago y las estructuras anatómicas adyacentes, normalmente pulmones o vía aéreas, aunque en ocasiones la fístula se extiende hacia el espacio pleural o tejidos cervicales.
- Obstructivo
- Estenosis esofágica: son estrechamientos de la luz del esófago causados por la ingestión de sustancias irritantes que dañan la mucosa, por cuerpos extraños o cirugía esofágica. También son provocadas por presencia de masas intra o extraluminales (neoplasias y abscesos).
- Hernia de hiato: las hernias de hiato se producen al desplazarse cranealmente parte del estómago y del esófago abdominal a través del hiato esofágico (hernia deslizante): o bien, cuando el estómago se hernia en el mediastino adyacente al esófago (hernia hiatal paraesofágica), siendo la primera la forma más frecuente en el perro.
- Neoplasias: las neoplasias esofágicas pueden afectar al tránsito normal del bolo alimentario a través del esófago, causando regurgitación. Se estima que representan < 0.5% de los tumores del perro y pueden ser primarias (principalmente osteosarcomas y fibrosarcomas), metastásicas o bien originarse en tejidos adyacentes al esófago.
- Intususcepción gastroesofágica: se trata de una enfermedad rara que afecta generalmente a cachorros y en la que se produce una invaginación del estómago dentro del esófago. Muchos de los animales afectados tienen otra patología esofágica preexistente (normalmente megaesófago). Se trata de un trastorno grave que puede causar la muerte del paciente.
- Cuerpos extraños: los cuerpos extraños (huesos y monedas principalmente) son causa frecuente de enfermedad esofágica con regurgitación en perro.
- Anomalías en los anillos vasculares: los anillos vasculares son malformaciones congénitas de diversas arterias que debido a su localización anatómica ejercen presión mecánica sobre el esófago, impidiendo el tránsito alimentario normal. Aunque la persistencia del arco aórtico derecho es la anomalía vascular más frecuente, otras son la persistencia de la arteria subclavia izquierda o derecha, de la aorta dorsal derecha, el doble arco aórtico, arco aórtico izquierdo y ligamento arterioso derecho.
- Cambios en la motilidad
- Megaesófago idiopático: el megaesófago idiopático representa la causa más frecuente de regurgitación en perros y se caracteriza por la presencia de hipomotilidad y dilatación esofágica progresiva con regurgitación y pérdida de la condición corporal.
- Disautonomía: se trata de una neuropatía del sistema nervioso autónomo cuya etiología definitiva no ha sido establecida y que se describió inicialmente en gatos, pero que también se ha reportado en perros. Cursa con hipomotilidad esofágica y regurgitación.
- Divertículos esofágicos: los divertículos esofágicos son saculaciones circunscritas, congénitas o adquiridas, que se observan en la pared del esófago y que interfieren con los patrones de motilidad normal.
La regurgitación se considera una complicación postoperatoria frecuente en perros que son sometidos a cirugía por presentar síndrome braquicefálico, especialmente en animales jóvenes.
Abordaje diagnóstico de la regurgitación en perro
A través de la historia y el examen físico se intenta establecer la existencia de regurgitación, así como la presencia de otros signos de enfermedad esofágica como que el propietario reporte que el perro hace múltiples intentos para deglutir o que presenta cambios en el apetito, odinofagia, disfagia, salivación excesiva, etc. En casos donde los propietarios no aporten mucha información, puede ser útil pedirles que graben un video mientras se alimenta al animal o cuando muestre alguno de signos que ellos creen haber observado.
Se recomienda que el abordaje diagnóstico a un perro con regurgitación incluya hematología, bioquímica completa, urianálisis y un coprológico. Esta base de datos inicial permitirá excluir enfermedades sistémicas o metabólicas que pudieran cursar con signos esofágicos.
- En cuanto a las pruebas de imagen, inicialmente se realizarán radiografías simples de cuello y tórax. Si no son diagnósticas se indican radiografías de contraste y videofluoroscopia.
- La endoscopia puede ser muy útil en la evaluación y tratamiento de estos pacientes, especialmente en casos de estenosis, esofagitis o cuando hay presencia de masas intraluminales o cuerpos extraños.
- Por último, la manometría esofágica y la gammagrafía pueden permitir el diagnóstico de algunos trastornos de la motilidad, si bien se trata de técnicas que solo están disponibles en determinados centros de referencia, por lo que quedarían reservadas para casos en los que con las técnicas anteriores no se haya podido establecer el diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento de la regurgitación en perros debe ir dirigido al control de la causa subyacente, así como al de una potencial neumonía por aspiración, si está presente.
Si no se identifica una causa primaria o esta no puede ser corregida, cobran mayor importancia las medidas de soporte. Estas incluyen:
- Administrar pequeñas cantidades de comida fácilmente digestible varias veces al día y, desde una posición elevada.
- Mantener al animal en una posición que permita que el efecto gravitatorio contribuya al tránsito esofágico durante 5-10 minutos. Puede recurrirse al uso de una silla de Bailey.
- En pacientes con reflujo gastroesofágico considerar el uso de antiácidos y procinéticos para reducir el riesgo de esofagitis.
Conclusiones
Aunque en ocasiones pueda parecer innecesario, el primer paso en la evaluación de la regurgitación en perros es establecer si realmente el paciente regurgita, vomita o expectora, porque estos aspectos no siempre quedan claros con la información inicial que proporcionan los responsables. Una vez hecho esto, seleccionaremos las pruebas diagnósticas más adecuadas, que iremos adaptando desde las más simples a las más complejas en función de cada caso. Por ejemplo, en un cachorro de pastor Alemán con regurgitación debemos tener sospecha de persistencia de arco aórtico derecho y realizar radiografías que lo confirmen (desviación izquierda de la tráquea y dilatación esofágica craneal al corazón).