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    Agresividad en gatos: cómo identificar sus pautas de comportamiento

    La agresividad en gatos es uno de los motivos de consulta más frecuentes en medicina del comportamiento. Normalmente se trata de un comportamiento natural incluido en el etograma de la especie. En ocasiones puede llegar a ser un problema con consecuencias serias para las personas y felinos afectados.

    Introducción

    Podemos encontrar en la naturaleza situaciones en las que la conducta agresiva permite a los gatos adaptarse y convivir en equilibrio con su entorno, como en el caso de

    1. la agresividad maternal motivada por la protección de las crías, 

    2. la agresividad entre machos que compiten por una hembra en celo,

    3. y la agresividad territorial para conseguir un uso organizado del espacio y de los recursos incluidos en él.

    Análisis científico: Vínculo entre las personas y los gatos

    En general, cualquier conducta pasa a ser problemática cuando se convierte en molesta o afecta negativamente al bienestar de las personas y gatos que conviven. En el caso de la agresividad, la principal consecuencia en esta circunstancia son las posibles lesiones o heridas resultantes, generándose en muchas ocasiones una situación peligrosa.

    Los escenarios más comunes donde la agresividad en gatos puede convertirse en un problema de comportamiento son:

    • Hogares con un solo gato: el blanco de los ataques suele ser una persona de la familia, y los contextos más comunes el juego, la interacción física y la manipulación.

    • Hogares multi-gato: el blanco suele ser otro gato conviviente, frecuentemente cuando se introduce por primera vez en el grupo.

    • Consulta veterinaria: en las clínicas solemos encontrarnos con gatos con un estado de estrés elevado, nerviosos y reactivos a cualquier tipo de acercamiento, interacción o manipulación.

    Una de las claves para prevenir problemas de agresividad en el gato es aprender sobre la naturaleza social y las señales de comunicación de la especie felina; esto es especialmente importante cuando la agresividad se dirige hacia personas, en cualquiera de los escenarios en los que suceda (hogar o clínica veterinaria). Por ello, es muy interesante que tanto veterinarios como familias sepamos identificar qué señales, posturas corporales y comportamientos pueden ser indicativos de agresividad.

    Agresividad hacia personas en el hogar

    La agresividad en gatos también puede dirigirse hacia personas del ámbito familiar o bien hacia personas desconocidas (por ejemplo, visitas).

    Señales de agresividad en gatos

    Las principales señales de alarma que nos pueden indicar un eventual ataque agresivo a una persona son:

    • Posturas de acecho hacia las personas.

    • Persecución de partes del cuerpo (pies, piernas, manos, …).

    • Movimientos rápidos de la cola, en forma de látigo.

    • Acercamientos tensos y lentos hacia las personas.

    • Piloerección de cola o cuerpo entero. 

     

    agresividad en gatos
    Postura ofensiva en un gato con erizamiento del pelo en la zona caudal. Dibujo basado en el curso online “Etología felina” de AVEPA Elearning.

     

    • Pupilas dilatadas.

    • Orejas aplanadas hacia los lados o hacia atrás.

    • Bufidos, gruñidos, chillidos o maullidos graves dirigidos hacia las personas.

    • Ausencia de conductas de rubbing hacia las personas u objetos cercanos (frotarse con el cuerpo/la cara)

    • Rigidez corporal.

    • Señales de conflicto alrededor de la presencia de la persona o de la interacción física: auto-lamido de hocico, sacudir la cabeza, rascarse repetidamente con la extremidad posterior.

    Ante cualquiera de estas señales, la indicación será parar la interacción, si la hay, y aumentar la distancia respecto al gato, evitando cualquier forma de interacción.

     Además de enseñar a los cuidadores de gato a identificar signos corporales y actitudes de alarma, es recomendable que les ayudemos a aplicar otras acciones preventivas como las siguientes:

    • Aprender a identificar las principales conductas y señales indicativas de enfermedad (debemos tener en cuenta que cualquier afección orgánica puede afectar directamente al comportamiento, provocando irritabilidad e hipersensibilidad, y por tanto facilitar la agresividad).

    • Enseñar cómo “adiestrar” a un gato (o educarlo) adecuadamente, evitando por ejemplo actitudes como el juego “cuerpo a cuerpo” o la aplicación de castigo.

    • Relacionarse con los gatos de forma respetuosa y acorde a sus pautas sociales de conducta; por ejemplo, iniciando interacciones con ellos solamente si son deseadas, respetando su particular umbral de tolerancia a las caricias, etc.

    • Proporcionarles un entorno físico que satisfaga sus necesidades y preserve su bienestar; es decir, un entorno suficientemente enriquecido y con todos los recursos necesarios disponibles y accesibles.

    Análisis científico: Vínculo entre las personas y los gatos

    Agresividad hacia personas en la consulta veterinaria

    En el entorno de una clínica veterinaria es frecuente que los gatos se comporten de forma agresiva especialmente en contexto defensivo respondiendo a interacciones y manipulaciones físicas.

    Debemos tener en cuenta que muchos de los gatos que acuden a consulta no están suficientemente habituados a este entorno y algunos de ellos están poco socializados con personas de fuera del ámbito familiar. Por esta razón las emociones más frecuentemente implicadas en las reacciones agresivas en consulta son el miedo y la ansiedad.

    Señales de aviso de agresividad en consulta

    Las estrategias primarias que los gatos ansiosos o asustados adoptan ante situaciones que perciben como amenazantes (como el propio entorno veterinario o los intentos de acercamiento y manipulación del personal de la clínica) son la huida y el ocultamiento-evitación. La propia situación clínica dificulta la adopción de estas estrategias por parte de los pacientes felinos, por lo que pronto aparecen reacciones de agresividad en un intento de aumentar la distancia con el personal veterinario.

     Aparte de las señales de alarma indicadas anteriormente, en estos animales es frecuente que observemos posturas, actitudes y signos corporales indicativos de miedo, así como de amenaza defensiva como los siguientes:

    • Posición agazapada con la cola pegada al cuerpo y cabeza baja, orejas plegadas hacia atrás. 

     

    agresividad en gatos
    Postura ofensiva en un gato con erizamiento del pelo en la zona caudal. Dibujo basado en el curso online “Etología felina” de AVEPA Elearning.

     

    • Cuerpo erguido y arqueado, piloerección y cola erecta o en U invertida, con las orejas plegadas lateralmente o hacia atrás.

     

    agresividad en gatos
    Gato en postura defensiva conocida como “gato de Halloween”. El cuerpo en forma de U invertida, erizamiento generalizado del pelo y orejas aplanadas. Dibujo basado en el curso online “Etología felina” de AVEPA Elearning.

     

    • Vocalizaciones con la boca abierta y dientes expuestos.

    Nuestra forma de actuar idealmente ante un gato que muestre estas señales será por un lado, cualquier acción encaminada a reducir su percepción de amenaza como aumentar la confortabilidad del espacio, esperar a interaccionar hasta que el animal esté relajado, utilizar distracciones y premios mientras hacemos la exploración, etc.;

    Prevención de la agresividad en consulta

    Podemos indicar a los cuidadores una serie de acciones preventivas, como son:

    • Entrenar al gato a entrar y permanecer en el transportín, en casa.

    • Habituarlo a viajar en coche, haciendo trayectos de duración progresiva.

    • Acostumbrarlo a la presencia y al contacto social con diferentes personas.

    •  Exponerlo al olor de la clínica veterinaria (por ejemplo, proporcionándole juguetes u otros ítems adquiridos allí), para permitir que se acostumbre a él antes de acudir a consulta.

    Conclusión 

    En definitiva, para prevenir problemas de agresividad felina es tan importante la identificación de las pautas y señales corporales indicativas de agresividad como las actuaciones para evitar que éstos escalen hasta ataques con graves consecuencias, entre ellas la más importante es enseñar a los cuidadores a educar y entrenar preventivamente a sus gatos de cara a evitar la agresividad dirigida a personas.

    Descarga el informe: Leishmaniosis canina

    Bibliografía
    1. Beaver, B.V., 2004. Fractious cats and feline aggression. Journal of Feline Medicine and Surgery 6: 13–18.
    2. García-Belenguer, S. et al, 2022. Manual de medicina del comportamiento. Castellón (España). Consulta de difusión, SL.
    3. Yin, S., 2009. Low stress handling, restraint and behavior modification of dogs and cats. Davis (USA). CattleDog Publishing.