Flatulencia en perros: causas y tratamiento
Introducción
La flatulencia hace referencia al paso a través del ano del flato, que a su vez se define como el gas generado en el tracto gastrointestinal.1
Generalmente los propietarios tienen tendencia a ignorar la flatulencia en sus mascotas, más allá de ser fuente de bromas en su entorno social. De hecho, en un estudio en el que se investigó la prevalencia de flatulencia en perros (n=110), menos de la mitad de los propietarios (47,2%) la identificaron en sus perros, y solo el 30% de estos la percibía como un problema.2
Sin embargo, si los propietarios entienden que el volumen u olor es excesivo, problemático, o se asocia a otros signos clínicos, es posible que requieran asistencia veterinaria. Por ello, es interesante que el clínico esté familiarizado con su etiopatogenia y manejo.
Etiopatogenia de la flatulencia en perros
El flato está compuesto por una mezcla de gases (> 99% inodoros) entre los que se incluyen oxígeno, nitrógeno, dióxido de carbono y metano. Estos gases se generan en su mayor parte en el interior del tracto gastrointestinal, como consecuencia de la digestión de los alimentos o por fermentación microbiana. Sin embargo, algunos de los gases expulsados pueden proceder del exterior debido a la presencia de aerofagia.1,3
El volumen del flato puede variar en función de la dieta, de la presencia de bacterias productoras de metano y de la existencia de enfermedades concurrentes. El olor depende de una serie de gases que representan < 1% del flato, de los que el más importante es el sulfuro de hidrógeno.1,3,4 La producción de sulfuro de hidrógeno depende del tipo de dieta y de la presencia de bacterias sulfo-reductoras en el aparato digestivo, de modo que la producción de gas puede ser distinta entre 2 animales alimentados con una misma dieta.1
Causas de una flatulencia excesiva
- Aerofagia: por alteraciones de la motilidad del esófago, enfermedades que cursen con disnea e ingesta muy rápida del alimento.
- Factores dietéticos: como por ejemplo la fermentación excesiva del alimento y reacciones adversas a algún componente de la dieta.
- Desórdenes de la motilidad: alteraciones en la motilidad del esófago, dilatación-torsión gástrica, disautonomía, íleo, obstrucción intestinal o síndrome del colon irritable.
- Malabsorción: en perros con insuficiencia pancreática exocrina, enfermedad intestinal inflamatoria o linfoma.
- Causas microbianas: giardiasis o uso de antibacterianos.1
Investigación diagnóstica
La evaluación diagnóstica de un perro consultado por flatulencia debe incluir historia clínica (sobre todo centrada en cambios en la dieta, administración previa de medicamentos y existencia de otras alteraciones), así como un examen físico completo que permita detectar alteraciones no percibidas por los propietarios. Esta aproximación inicial permitirá establecer si es necesaria la realización de pruebas diagnósticas adicionales.
- Si hay sospecha de enfermedad subyacente se indica hematología, bioquímica completa y electrolitos, urianálisis y un coprológico.
- Si hay sospecha de malabsorción deberían determinarse las concentraciones de cobalamina, folatos y TLI.
- La radiología de tórax puede resultar muy útil en pacientes con megaesófago, mientras que la ecografía abdominal y posterior biopsia pueden facilitar el diagnóstico de la enfermedad intestinal inflamatoria/linfoma.1
Tratamiento de la flatulencia en perros
El manejo de la flatulencia en perros incluye el tratamiento específico de la enfermedad subyacente y tratamiento sintomático (modificación de la dieta, cambio en los hábitos alimentarios y tratamiento médico).1
Manejo dietético
Incluye la administración de dietas altamente digestibles con reducción del contenido en grasa, fibra fermentable y agentes gelificantes, así como la eliminación de aquellos componentes con sospecha de causar reacciones de hipersensibilidad. De modo general se desaconsejan las dietas vegetarianas por su alto contenido en fibra.
En perros con aerofagia puede recurrirse a tipos de alimento seco de mayor tamaño, que no puedan ser ingeridos sin masticar, o bien a la utilización de “comederos interactivos”.1,3
Tratamiento farmacológico
Incluye el uso de surfactantes (simeticona 25-200 mg/6 horas), adsorbentes (extracto de Yucca schidigera, carbón activado, subsalicilato de bismuto y compuestos a base de zinc), antibacterianos (en personas se usa la rifamixina) o probióticos.1,3,4
Un estudio mostró que el carbón activado, la Yucca schidigera y el acetato de zinc reducían la producción de sulfuro de hidrógeno in vitro en un 71, 38 y 58% respectivamente; mientras que, si se empleaban los 3 productos de modo combinado el porcentaje de episodios flatulentos con mal olor se reducía en un 86%.4
Por último, otra investigación evidenció que la flatulencia parecía ocurrir con mayor frecuencia en perros menos activos y de vida interior comparado con en aquellos que se ejercitaban más regularmente.2 En base a ello, podría tener sentido aumentar el nivel de actividad física de aquellos perros en los que la flatulencia sea un problema.
Conclusiones
La flatulencia en perros suele ser motivo de motivo de bromas y no suele representar un problema de salud. Sin embargo, en ocasiones puede afectar a la convivencia del perro con la familia y debemos hacer lo posible por solventarlo. En este sentido es importante no olvidar que en ocasiones la flatulencia nos puede estar indicando la existencia de enfermedades subyacentes potencialmente graves.