Carcinoma tiroideo en perros: Factores pronósticos
Las neoplasias de tiroides son poco frecuentes en los perros. Se estima que solo representan entre un 1,2 y 4 % de los tumores caninos, según un análisis de la Universidad de Colorado1. No obstante, el carcinoma tiroideo es el más común, representando una gran parte de los tumores que afectan esta zona.
Presentación del carcinoma tiroideo en perros
La mayoría de las masas son unilaterales, aunque también pueden presentarse de manera bilateral. Suelen afectar a perros de razas medianas y grandes y generalmente se diagnostican a una edad avanzada, entre los 9 y 10 años.
El principal problema es que, en muchos casos, no se evidencian síntomas, por lo que estos tumores no se detectan hasta que han alcanzado un tamaño considerable. Cuando la masa comprime la tráquea, puede causar tos o dificultades para respirar. Si presiona el esófago, aparecerán náuseas y problemas para tragar.
Algunos perros pueden presentar pérdida de peso y apetito, aunque también pueden aparecer signos clínicos de hipertiroidismo como resultado de la destrucción neoplásica de los tejidos de la tiroides y la consecuente supresión de la secreción de la hormona estimulante de la tiroides. Esto provoca un aumento del apetito, inquietud y polidipsia y poliuria.
Evolución del carcinoma tiroideo y marcadores pronósticos
Dado que el carcinoma tiroideo en perros suele ser grande y poco encapsulado, es habitual que invada los tejidos adyacentes de la tráquea, laringe, esófago, la musculatura cervical y las estructuras neurovasculares cercanas.
En los casos de metástasis, esta afecta fundamentalmente los linfonódulos, pulmones, hígado y vértebras cervicales. De hecho, la invasión temprana de las venas tiroideas craneales y caudales, con la posterior formación de trombos tumorales, se ha asociado al desarrollo de metástasis pulmonares y al síndrome de vena cava craneal. Un estudio de caso, reportado por la Universidad de Pensilvania2, recogió la presencia de hemorragia severa por invasión arterial.
En la actualidad, los marcadores pronósticos para los perros con tumores tiroideos son limitados. Un estudio realizado en la Universidad de Gante3 analizó los factores pronósticos de origen clínico, patológico e inmunohistoquímico en 70 perros que padecían neoplasia de tiroides.
De ellos, el 71 % presentaban un carcinoma diferenciado de tiroides de células foliculares (dFTC) y el 29 % un carcinoma de tiroides medular (MTC). Se aplicó una tiroidectomía a 44 perros (28 dFTC, 16 MTC; estadio I-III).
En el momento del diagnóstico, el diámetro, volumen y fijación del tumor, así como su localización ectópica, el origen de las células foliculares y el marcador Ki-67 mostraron un vínculo positivo con la invasión local. La metástasis a distancia se relacionó con el diámetro del tumor, su volumen y la ubicación bilateral. Por otra parte, la invasión vascular macroscópica e histológica se manifestaron como predictores negativos independientes para la supervivencia libre de enfermedad.
Otro estudio realizado en la Universidad de California4 con 25 perros que padecían carcinoma tiroideo no resecable tratados con irradiación con megavoltaje reveló que las tasas de supervivencia libre de progresión fueron del 80 % al año y del 72 % a los 3 años.
El 28 % de los perros desarrollaron metástasis. No obstante, los perros con tumores bilaterales tenían 16 veces más riesgo de desarrollar metástasis, en comparación con los perros que presentaban un solo tumor. Los perros sin evidencia de progresión tumoral tenían 15 veces menos riesgo de desarrollar metástasis.
Un metaanálisis publicado en la revista Vet Times reveló que el tiempo medio de supervivencia para los perros con carcinoma tiroideo es de tan solo 3 meses. Sin embargo, el carcinoma tiroideo móvil tratado con cirugía aumenta la supervivencia hasta 36 meses, con un ratio de supervivencia del 70-75 % de uno a dos años. El carcinoma tiroideo fijo tratado, solo tiene un pronóstico de 10 meses, con una tasa de supervivencia del 10-25 %, de uno a dos años.
La tasa de metástasis para los perros con carcinomas de tiroides tratados es inferior al 40 %. El riesgo de metástasis aumenta cuando el volumen tumoral supera los 20 cm3 o tiene un diámetro superior a los 5 cm, se trata de tumores bilaterales y carcinomas foliculares de tiroides, que son más agresivos que los carcinomas medulares de tiroides.
Los perros con tumores de tiroides que no superan los 20 cm3 tienen una tasa metastásica de menos del 20 %, mientras que casi todos los perros con tumores mayores de 100 cm3 desarrollan metástasis. Sin embargo, el riesgo de enfermedad metastásica disminuye significativamente con un buen control local del tumor.
Referencias Bibliográficas:
1. Page, R. L. (2001) Tumors of the endocrinesystem. En: Withrow SJ, MacEwen EG (eds). Small Animal Clinical Oncology. W B Saunders, Filadelfia: 504-531.
2. Slensky, K. A. et. Al (2003) Acute severe hemorrhage secondary to arterial invasion in a dog with thyroid carcinoma. J Am Vet Med Assoc; 223: 636: 649-653.
3. Campos, M. et. Al. (2014) Clinical, pathologic, and immunohistochemical prognostic factors in dogs with thyroid carcinoma. J Vet Intern Med; 28(6): 1805-1813.
4. Marks, S. et. Al. (2000) Prognostic factors and patterns of treatment failure in dogs with unresectable differentiated thyroid carcinomas treated with megavoltage irradiation. Journal of the American Veterinary Medical Association; 216(11): 1775-1179.
5. Elliot, J. (2011) Diagnosis and Management of thyroid carcinoma in canines. Vet Times.