Rinitis crónica y estornudo en gato
Introducción
El estornudo se define como un reflejo defensivo involuntario, consecuencia de la estimulación física o química de los receptores subepiteliales situados a nivel nasal, en el que se expele aire procedente de los pulmones a través de la nariz y la boca de modo repentino y explosivo, con el objetivo de limpiar la vía aérea.1 Aunque puede aparecer asociado a enfermedades del tracto respiratorio superior, inferior, o incluso ser secundario a una enfermedad sistémica, en general, el estornudo en gato se vincula a rinitis u otras enfermedades de la cavidad nasal o nasofaringe.2 Aproximadamente el 35% de los gatos con rinitis padecen rinitis crónica felina (RCF).3
Etiología y signos clínicos
La RCF se define como una inflamación de la cavidad nasal que está presente durante más de 4 semanas, ya sea de modo continuo o intermitente.
Se han propuesto distintas causas para esta enfermedad, aunque la etiología sigue sin estar clara. Entre las posibles etiologías se incluyen:
- Infecciones víricas previas, especialmente las causadas por herpesvirus felino.
- Infecciones bacterianas, que, aunque son muy frecuentes (69-96%), generalmente se corresponden con infecciones secundarias.
- Y diversos alérgenos.3
Aunque la RCF puede afectar a gatos de cualquier edad (rango 0,5-16 años), la mayoría son gatos adultos de mediana edad, que se presentan con estornudos, episodios recurrentes de descarga nasal (serosa, mucosa, mucopurulenta, y en raras ocasiones sanguinolenta) unilateral o bilateral, y respiración estertorosa. Además, puede reportarse apatía, anorexia (debido a la incapacidad para oler la comida), dificultad respiratoria y pirexia. Si se acumulan muchas secreciones, pueden estar presentes signos de enfermedad nasofaríngea como náuseas o estornudo inverso.3
Diagnóstico diferencial de la descarga nasal crónica y estornudo en gato
El diagnóstico de la RCF es un diagnóstico de exclusión, que requiere excluir otras causas potenciales de descarga nasal y estornudo en gato, como por ejemplo:
- Neoplasias (linfoma, sarcoma, adenocarcinoma).
- Pólipos nasofaríngeos.
- Infecciones víricas, bacterianas, parasitarias o fúngicas.
- Presencia de cuerpos extraños.
- Estenosis nasofaríngea.
- Trauma.
- Lesiones congénitas (paladar hendido, braquicefalia extrema).
- Enfermedad dental (fístula oronasal, abscesos).
- Pólipos de los cornetes nasales.
- Y alergias.2-4
Diagnóstico
Aunque probablemente aporte poca información diagnóstica, el hemograma, perfil bioquímico, urianálisis y serología de retrovirus permitirá valorar el estado general del paciente y puede tener cierto valor pronóstico.
Salvo que la situación clínica del animal indique lo contrario, la recomendación general es iniciar la evaluación diagnóstica realizando en primer lugar las pruebas menos invasivas. Si los estornudos se asocian a otros signos de enfermedad del tracto respiratorio superior se recomienda la toma de hisopados conjuntivales y nasofaríngeos para cultivo o PCR (Chlamydia felis, Bordetella bronchiseptica, Mycoplasma spp, herpesvirus y calicivirus felino). No se aconseja cultivar las secreciones de la descarga nasal porque normalmente solo se obtienen bacterias comensales orofaríngeas.3,4
La radiología y la tomografía computarizada (TC) aportan información útil para el diagnóstico, pero generalmente no permiten alcanzar un diagnóstico definitivo. Radiológicamente, la RCF se caracteriza por la opacificación uni/bilateral de la cavidad nasal y/o los senos, con pérdida de definición a nivel de los cornetes, pero estos cambios pueden verse también en pacientes con neoplasias. Aunque la TC se considera una técnica diagnóstica más valiosa, en muchas ocasiones los hallazgos en gatos con RC o neoplasia se solapan, si bien la presencia de lesiones líticas apunta más a esto último.3,4
La realización de flushings nasales bajo anestesia general en estos pacientes tiene una doble finalidad diagnóstica y terapéutica. Por una parte, permite obtener muestras sobre las que realizar cultivos o PCR, y por otra puede facilitar la extracción de cuerpos extraños o lesiones tipo masa.3
Por último, la endoscopia es parte fundamental en el diagnóstico de la RCF, ya que permite la visualización directa de la cavidad nasal, la realización de flushings y la toma de muestras para citologías, cultivos o biopsia.3
Tratamiento
Salvo que la evaluación diagnóstica haya permitido encontrar la causa de los signos clínicos, y que ésta sea corregible, el tratamiento de la RCF es frustrante, porque no existe una terapia completamente eficaz, y el manejo se basa en el control episódico de los signos clínicos mediante la aplicación de distintas estrategias.3
- Teniendo en cuenta que normalmente la administración de antibióticos en la RCF se indica durante periodos de 6-8 semanas, la selección del fármaco debería estar basada en los resultados del cultivo.
- La realización de flushings periódicos resulta beneficiosa para el control de la sinusitis asociada.
- Los efectos de las nebulizaciones (15 minutos, 2-3 al día) no están bien estudiados, pero podrían ayudar a fluidificar las secreciones aclarando la vía aérea, al tiempo que permitirían la vehiculización de algunos fármacos. Aunque algunos veterinarios los usan, se desconoce la eficacia de los mucolíticos a nivel de la cavidad nasal.
- Por otra parte, si se recurre a los descongestionantes nasales, no hay que olvidar que usados más de 3 días pueden causar vasodilatación de rebote, con el consiguiente agravamiento del cuadro clínico.3
- La recomendación de usar fármacos antivirales (interferón, famciclovir o lisina) en estos pacientes se basa principalmente en el supuesto rol de las infecciones crónicas por herpesvirus en el desarrollo de signos clínicos. Sin embargo, la falta de evidencias al respecto no soporta su recomendación rutinaria.
- Igualmente, no hay evidencias suficientes para recomendar el tratamiento con inhibidores de los leucotrienos o inmunomoduladores.3
- Los antihistamínicos podrían resultar útiles en gatos que presentan infiltrados eosinofílicos o linfoplasmocíticos, pero hay que tener en cuenta la variabilidad en la respuesta individual a cada fármaco, por lo que podría ser necesario probar varios antes de concluir que no funcionan.3
- Por lo que hace al uso de antiinflamatorios, los no esteroideos ayudarían a reducir el dolor asociado a la sinusitis, mejorando el estado general del animal. El uso de glucocorticoides resulta controvertido, porque frente a sus posibles efectos beneficiosos (reducción del edema de la mucosa y de la migración de células inflamatorias) habría que valorar el efecto potencial sobre infecciones latentes.3
Conclusiones
El estornudo en gato representa un mecanismo defensivo del organismo frente a distintas situaciones y, en muchas ocasiones, no se considera un signo relevante de enfermedad. Sin embargo, si se cronifica debería alertarnos sobre la presencia de una enfermedad subyacente, que puede ser potencialmente grave. En el caso de la RCF el pronóstico es reservado porque no todos los propietarios asumen la dedicación y costes necesarios para el manejo de estos pacientes.