Lo más importante de AMVAC 2019 (3): La enfermedad valvular degenerativa en perros adultos
Una de las cardiopatías más comunes en perros pequeños o medianos de edad avanzada es la enfermedad valvular degenerativa, que se manifiesta con un soplo sistólico apical e izquierdo asociado a la insuficiencia mitral y se produce por la degeneración de la válvula. Es una patología muy común, caracterizada por la regurgitación de la sangre hacia las aurículas que, acompañada de una disminución en el gasto del corazón, provoca sobrecarga e insuficiencia cardíaca congestiva. En la ponencia del Dr. Adrian Boswood se revisó el proceso diagnóstico de esta patología.
La evolución de la enfermedad
No hay consenso en cuanto a la etiología de esta enfermedad, pero numerosos veterinarios sugieren que el origen puede tener una razón genética. Por otro lado, el curso de la enfermedad valvular degenerativa es lento y se detecta, principalmente, en razas pequeñas y medianas de edad avanzada.
Su recorrido comienza desde que se inicia la fuga de la válvula, cuando no hay signos de compensación evidentes, pero hay ciertos signos previos a la fase descompensada que permiten detectar la enfermedad, a través, por ejemplo, de radiografías y ecografías.
Las siguientes fases son sintomáticas, es decir, que pueden detectarse fácilmente y comprenden, por orden de aparición, intolerancia al ejercicio de leve a severa, taquipnea, signos de hipoperfusión en reposo y, por último, la fase en la que el perro enfermo está moribundo, desembocando en la muerte del paciente por una insuficiencia cardíaca severa1.
¿Cómo se identifica la EVD?
La identificación inicial de la enfermedad valvular degenerativa se hace mediante la detección del soplo mitral. La primera anomalía clínica detectada suele ser el soplo sistólico izquierdo característico de la insuficiencia mitral y la evolución de esta enfermedad comprende las siguientes fases:
Fase B1 y B2:
- Son las fases asintomáticas.
- Pueden tener una duración superior a 1000 días.
- Suelen representar el 80 % del tiempo en la duración de la enfermedad.
- El tratamiento con pimobendan alarga por más tiempo la fase asintomática.
- Los pacientes en fase B2 con mayores niveles de NT-proBNP y troponinas, tienen más riesgo de pasar con mayor rapidez a una fase C.
Fase C y D:
- Son las fases sintomáticas o descompensadas.
- Tienen duraciones menores, con una media en torno a 250 días.
- Terminan con el fallecimiento del paciente.
¿Cómo saber en qué fase está el paciente?
Es fundamental mantener controles de los soplos mitrales de este tipo de pacientes, que suelen detectar anomalías en exploraciones rutinarias.
Una vez detectado un aumento auricular izquierdo2, ya sea con radiografía torácica o con ecocardiografía, ha de iniciarse un tratamiento inmediato una vez evidenciado, aunque el perro no muestre síntomas.
Algunos elementos que nos indican que un paciente ha pasado a una fase C, también llamada descompensada, son:
- El aumento de la frecuencia respiratoria en reposo.
- La desaparición de la arritmia sinusal.
- El aumento de la frecuencia cardíaca.
- Baja tolerancia al ejercicio.
- Un incremento del tamaño auricular izquierdo y cardíaco.
- Aumento en la severidad del soplo.
- Aumento de los biomarcadores.
Conclusión
Uno de cada diez perros sufrirá insuficiencia cardíaca a lo largo de su vida, por lo que el alcance de esta enfermedad es elevadísimo. Además, no tiene cura, pero medicamentos como pimobendan no solo mejoran la calidad de vida del perro enfermo, sino que pueden prolongar su vida hasta 9 meses si se administra a tiempo.