Lesiones oculares causadas por nematodos en perros
Introducción
Las infestaciones por helmintos (cestodos, trematodos, y nematodos) en perros se consideran muy frecuentes y de distribución global.1 En base a ello, es importante que el veterinario clínico esté familiarizado con ellas. Generalmente, al hablar de enfermedades causadas por nematodos en perros se suele pensar en cuadros con afectación del tracto gastrointestinal.
Si bien es cierto que diversas especies de nematodos (Toxocara spp, Toxascaris leonina, Ancylostoma spp, Uncinaria spp o Trichuris vulpis) son principalmente parásitos del aparato digestivo, otras, como Thelazia callipaeda afectan primariamente a los ojos.1 Además, algunas especies de nematodos que no son considerados como parásitos eminentemente oculares, pueden también afectar a este órgano en determinadas circunstancias.
Nematodos en perros que causan enfermedad ocular
Entre las especies de nematodos que pueden causar lesiones oculares en el perro se incluyen: Thelazia callipaeda, Angiostrongylus vasorum, Dirofilaria immitis, Onchocerca spp, Toxocara canis y Ancylostoma caninum.
Thelazia callipaeda
Es el parásito ocular más frecuente en perros, gatos y seres humanos.
Las formas parasitarias adultas residen bajo el párpado del hospedador definitivo (en este caso el perro), pudiendo causar infecciones subclínicas o cuadros de epífora, fotofobia, conjuntivitis, dacriocistitis y queratitis ulcerativa. El diagnóstico de la enfermedad se basa en la visualización del parásito libre en el globo ocular.2,3
- Hasta 1989 la telaziosis se había descrito únicamente en Asia; sin embargo, desde entonces se han reportado casos en distintos países europeos, tales como Alemania, Austria, Bélgica, Bosnia, Bulgaria, Eslovaquia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Turquía, Serbia, Suiza, y España.
- En España la telaziosis autóctona se describió por primera vez en 2010 en un perro en la región de La Vera (Cáceres), y desde entonces se han diagnosticado más de 1.000 casos, principalmente en zonas del oeste y centro del país. Actualmente España se considera zona endémica para esta enfermedad. En La Vera se ha llegado a reportar una prevalencia del 68%, mientras que en El Escorial y Miraflores de la Sierra (Madrid) se han reportado valores del 26,1% y 33,1%, respectivamente.3
Angiostrongylus vasorum
Conocido también como el parásito del corazón francés, parasita principalmente el ventrículo derecho y la arteria pulmonar. Este nematodo en perro se describió inicialmente en el suroeste de Francia, pero posteriormente se ha aislado en otros países europeos, así como en África, Asia y el continente americano.1
- Causa con frecuencia hemorragias subconjuntivales, probablemente como consecuencia de una coagulopatía, cuyo mecanismo patogénico no se conoce completamente.
- A pesar de no ser primariamente un parásito ocular, sus larvas L3 pueden sufrir una migración aberrante, alojándose en la cámara anterior o posterior del ojo, dando lugar a uveítis granulomatosas.2
- Los animales afectados pueden presentar buftalmia, fotofobia, prolapso de la membrana del tercer párpado, congestión epiescleral, hipema y edema corneal. Se ha reportado también atrofia y desprendimiento de retina, y subluxación de cristalino.
- El diagnóstico definitivo se basa normalmente en la identificación de larvas L1 en heces o en muestras procedentes de un lavado broncoalveolar.2
- Las lesiones oculares causadas por A. vasorum se consideran graves, aunque en la mayoría de ocasiones, con el tratamiento adecuado, el pronóstico para la visión suele ser favorable; aunque, sin embargo, también se ha reportado que la pérdida de visión puede ser definitiva.2,4,5
Dirofilaria immitis
Agente causal de la dirofilariosis, puede causar uveítis anterior por migración aberrante de larvas L4.
- En estos casos la sospecha diagnóstica se apoya en la existencia de signos clínicos compatibles con dirofilariosis en un paciente que viva o haya viajado a zonas endémicas.
- El diagnóstico se confirma generalmente mediante la realización de una prueba de antígeno o tras la identificación del parásito en la cámara anterior.2
Onchocerca spp
Parasita a diversos mamíferos, entre ellos el perro. Se considera un parásito de distribución global, habiéndose descrito en diversos países europeos (entre ellos España, Grecia y Portugal), norte de Asia y Estados Unidos.
- El cuadro agudo de la oncocercosis ocular cursa con conjuntivitis, quemosis, y eritema e inflamación periorbitaria.
- En casos crónicos el parásito puede formar nódulos granulomatosos en el espacio retrobulbar, párpados, membrana del tercer párpado, conjuntiva y esclera, que pueden causar dolor, blefaritis, queratitis, uveítis, exoftalmos y pérdida de visión.2,6
Toxocara canis
Toxocara canis es uno de los nematodos intestinales más frecuentes en el perro, siendo considerado un parásito de distribución mundial.
- Como parte de su ciclo vital se puede producir lo que se conoce como complejo larva migrans ocular, es decir la migración aberrante de larvas L2 a nivel ocular, donde pueden causar uveítis, alteraciones en el humor vítreo y lesiones granulomatosas en fondo de ojo, con retinitis, degeneración retiniana, inflamación del nervio óptico y ceguera.
- El diagnóstico se establece generalmente en base al examen oftalmoscópico e histopatología de la larva o bien mediante ELISA y técnicas inmunohistoquímicas. En cualquier caso, en el perro este fenómeno se considera raro.2-7
Ancylostoma caninum
Por último, también se han descrito migraciones oculares aberrantes de larvas de que pueden causar endoftalmitis granulomatosa.2
Conclusiones
Es importante que los veterinarios tengamos presente que determinadas lesiones oculares pueden estar causadas por nematodos. Esto puede ser especialmente importante en zonas donde la telaziosis es endémica. Para intentar reducir la prevalencia de estas enfermedades son fundamentales los programas de desparasitación preventiva.1