Ivermectina en perros: eficacia en el control del Strongyloides stercoralis
Strongyloides stercoralis
El nematodo Strongyloides stercoralis es el principal causante de la estrongiloidiasis en perros, un tipo de parasitosis bastante común en la práctica veterinaria. Este nematodo afecta sobre todo a cachorros que viven en colectividad y, aunque es mucho más común en climas tropicales y subtropicales, puede desarrollarse en cualquier entorno1.
Una de las peculiaridades del S. stercoralis es que tiene la capacidad de alternar entre la vida libre y parasitaria, lo que significa que no necesita infectar a un animal para sobrevivir. Sin embargo, la hembra del nematodo tiene especial predilección por poner sus huevos en un huésped, por eso infecta con tanta frecuencia a los perros. Por lo general, la infección se produce a través de la piel, aunque también puede ocurrir una autoinfección, sobre todo en perros inmunodeprimidos, según reveló una investigación realizada por G. A. Schad, M. E. Hellman y D. W. Muncey2.
Una vez que la hembra entra en el huésped, se dirige a los vasos sanguíneos cutáneos, de ahí a los pulmones, los bronquios, la tráquea y el esófago, para finalmente alojarse en la mucosa del duodeno y el primer segmento del yeyuno en infecciones leves y en la parte terminal del íleon en infecciones masivas. En ese momento se convierte en un parásito y pone sus huevos por partenogénesis, 17 días después del contagio.
La manera más sencilla de diagnosticar una infección por Strongyloides stercoralis3 es a través de la flotación de larvas con el método de Baermann, aunque el aumento del número de eosinófilos también puede ser un predictor de esta infección. En estos casos se recomienda el tratamiento con antihelmínticos, los cuales ayudan a atenuar los síntomas y contribuyen a combatir la infección.
La ivermectina en perros para tratar la infección por Strongyloides stercoralis
Existen diferentes tratamientos con antihelmínticos para combatir el contagio por S. stercoralis en perros, la ivermectina es uno de los más utilizados gracias a su elevada eficacia. Así lo corroboró una investigación realizada por el Dr. Paradies y colaboradores4, en la que se trató durante dos días consecutivos con 200 μg/kg de ivermectina a 17 perros que dieron positivo para S. stercoralis.
En la prueba de Baermann que se realizó una semana después del tratamiento, todos los perros mostraron resultados negativos para S. stercoralis, lo cual se corroboró en las pruebas serológicas IFAT y ELISA que se realizaron para comprobar la existencia de una infección parasitaria al cabo de 2 meses tras el tratamiento.
La eficacia de la ivermectina en el tratamiento de la infección por S. stercoralis se debe a su acción sobre los neurotransmisores que participan en las sinapsis de neuronas motoras periféricas del parásito. Básicamente, la ivermectina actúa bloqueando la transmisión química de las neuronas ya que se une a los canales de cloro regulados por el glutamato y el ácido gamma aminobutírico, lo que genera una hiperpolarización de las neuronas, con el consecuente cese del impulso nervioso, parálisis y finalmente, la muerte del parásito por inanición.
Dosificación de la ivermectina en perros para el tratamiento de Strongyloides stercoralis
La dosis de ivermectina en perros recomendada para el tratamiento por S. stercoralis oscila entre 200 y 800 μg/kg por vía oral, según la gravedad de los síntomas y si se trata de una infección leve o generalizada. Un análisis de C. L. Moreno Vásquez5 para evaluar la eficacia del tratamiento con ivermectina en perros encontró que una dosis de 600 μg/kg por vía oral es suficiente para combatir los síntomas de una infección y eliminar los parásitos.
De hecho, una investigación de R. S. Mueller y S. V. Bettenay6 encontró que concentraciones de ivermectina elevadas, a partir de 600 μg/kg, pueden provocar una toxicidad neurológica en los perros, sobre todo en algunas razas que resultan más vulnerables como el Border Collie, el Collie, el Pastor Inglés, Pastor ovejero Australiano, el Galgo y el Waller.
No obstante, todo indica que estos riesgos se pueden evitar recurriendo a dosis bajas, según un ensayo farmacocinético de G. A. Muñoz Canales7 en 4 perros sometidos a un tratamiento con 400 μg/kg de ivermectina por vía oral. En esta ocasión, los resultados mostraron que, con esta dosis, la ivermectina mantiene su efectividad y es completamente segura.