Fiebre Q en felinos: riesgo de contagio por asistencia al parto
La fiebre Q es una enfermedad extendida a lo largo de todo el globo, aunque existen áreas endémicas como la zona mediterránea, en las que en ocasiones ocurren brotes o casos esporádicos en humanos.
En los animales la expresión clínica de la fiebre Q es muy leve, en general problemas de fertilidad, sin embargo en el ser humano las cosas cambian. La fase aguda se manifiesta por signos inespecíficos como fiebre o malestar general. En cambio la fase crónica puede dar problemas más graves como la temida endocarditis. La principal fuente de contagio para el ser humano es el ganado, por inhalación de aerosoles con Coxiella burnetii tras el parto o por materiales contaminados como estiércol o paja. Pero no hay que olvidarse de los contagios que se pueden producir a través de los animales de compañía.
Es un microorganismo adaptado a vivir en las garrapatas, que son las encargadas de la transmisión desde los animales salvajes al ganado. Pero no solo se produce transmisión a través de la picadura de la garrapata, sino que sus heces desecadas también tienen capacidad de provocar contagio y causar fiebre Q.
El riesgo de infección para el ser humano es máximo en el momento del parto o aborto de animales infectados. Esto es debido a que durante las últimas semanas de gestación, aumenta la multiplicación de los microorganismos, llegándose a alcanzar concentraciones altísimas en órganos y tejidos como el útero, la placenta o las membranas y líquidos fetales. La placenta de un animal infectado por Coxiella burnetii puede albergar más de un millón de microorganismos por gramo.
Durante el parto o el aborto los microorganismos se dispersan en el ambiente. Incluso pueden persistir en el aire hasta 2 semanas después.
En el 2007 se realizó un estudio sobre la prevalencia de DNA de Coxiella burnetii en muestras uterinas y vaginales de gatos sanos. En ninguno de estos 47 gatos se aisló DNA de Coxiella burnetii mediante PCR, pero en 4 (8.5%) sí que fue posible aislar una secuencia de DNA homóloga a la de Coxiella burnetii en un 99% de bases. Con esto se demuestra que gatos sin signos ni síntomas de enfermedad pueden ser huéspedes de Coxiella burnetii, por lo que hay que ser especialmente cuidadoso al atender gatos durante el parto y tratar de evitar al máximo posible el contacto con las secreciones del parto.