Electrocardiograma en perro: hallazgos más importantes
Introducción
La electrocardiografía es una técnica básica para poder evaluar la actividad eléctrica de corazón. La inversión necesaria para adquirir un electrocardiógrafo no es muy elevada, por lo que muchas consultas generalistas disponen de uno. Sin embargo, la parte más compleja de la realización de un electrocardiograma en perro es su interpretación.
Por ello, algunos clínicos optan directamente por recurrir a los servicios de telemedicina para la realización e interpretación de los electrocardiogramas, mientras que otros solo lo hacen en caso de electrocardiogramas complejos. En cualquier caso, es importante que el clínico esté familiarizado con la realización e interpretación del electrocardiograma en el perro y la información que aporta.
Indicaciones del electrocardiograma en perro
Las indicaciones para la realización del electrocardiograma incluyen: detección de una arritmia durante el examen físico, presencia de síncopes o episodios de debilidad, monitorización cardiaca en anestesia o pacientes críticos, existencia de enfermedad cardiaca previa, monitorización del tratamiento antiarrítmico y detección de alteraciones en pacientes con determinadas enfermedades sistémicas (alteraciones electrolíticas, neoplasia esplénica, dilatación gástrica y sepsis).1-4
Hubo un tiempo en que el electrocardiograma se recomendaba también para investigar la existencia de dilatación o hipertrofia de las distintas cámaras cardíacas; sin embargo, la falta de sensibilidad y especificidad del electrocardiograma para este propósito y la amplia disponibilidad de la ecocardiografía restan interés a su uso para este propósito.3,4
Procedimiento para la realización del electrocardiograma en perro
El electrocardiograma debe realizarse en una zona tranquila dentro de la clínica, con el animal colocado en decúbito lateral derecho (salvo que haya alguna contraindicación para ello), y los miembros perpendiculares al tronco, intentado que el perro esté lo más relajado posible durante el examen. Normalmente los electrodos se colocan en los miembros (proximal o distal al codo, pero teniendo en cuenta que la colocación proximal aumenta los artefactos, y sobre la rodilla), siguiendo el código de colores (rojo, anterior derecho; amarillo, anterior izquierdo; verde, posterior izquierdo; negro posterior derecho). Es fundamental verificar que se han colocado correctamente.
Una vez observados los primeros complejos el operador puede adaptar la velocidad y voltaje más adecuados a cada paciente, así como seleccionar diversos tipos de filtro que mejoran la apariencia del registro. Sin embargo, debe recordarse que, en mayor o menor medida, el filtraje puede interferir en las características del trazado, por lo que se usarán los filtros que menos modifiquen el trazado original.1
Aunque en un electrocardiograma pueden obtenerse 12 derivaciones, en la práctica generalista normalmente se obtienen 6, las 3 bipolares (I, II, III) y las 3 unipolares aumentadas (aVR, aVL y aVF); las precordiales suelen usarse solo por cardiólogos especialistas. Cada una de estas derivaciones representa en forma de ondas que se generan entre el electrodo positivo y el negativo, la actividad eléctrica existente en las vías cardiacas de conducción. Estas vías incluyen el nódulo sinusal y el atrio-ventricular (AV) (las células nodales tienen capacidad intrínseca para generar el impulso cardiaco de modo automático), tracto intermodal, haz de Hiss y fibras de Purkinje. Se obtiene una onda positiva cuando el impulso viaja hacia el electrodo positivo, negativo cuando lo hace hacia el negativo e isoeléctrica cuando el impulso viaja perpendicular al electrodo positivo. Sin embargo, no hay que olvidar que la localización de los electrodos positivo y negativo cambia según la derivación, lo que explica que una determinada onda pueda ser positiva en una derivación y negativa en otra.
Interpretación del electrocardiograma en perro
Para una adecuada interpretación del electrocardiograma es necesario saber qué representa cada onda.
- La primera onda que se genera es la onda P, correspondiente a la activación del atrio.
- La conducción del impulso hasta el nodo AV se corresponde con el intervalo P-R, mientras que la excitación ventricular se corresponde con el complejo QRS, que viene seguido de un corto segmento relativamente isoeléctrico, el segmento S-T, que indica el periodo refractario del miocardio ventricular.
- El retorno de los ventrículos a su estado inicial de reposo se refleja con la aparición de la onda T durante la cual los ventrículos podrían ser activados por un estímulo eléctrico prematuro.
- El intervalo Q-T representa la despolarización y repolarización ventricular.3 La interpretación general del electrocardiograma se hace en DII, usándose las otras derivaciones para verificar determinados hallazgos y para calcular el eje eléctrico.
- El trazado electrocardiográfico debe leerse de izquierda a derecha, intentando evitar las zonas con artefactos.
- En una primera inspección visual se deben localizar las ondas P y verificar que todas vayan seguidas de un complejo QRS; si no es así es porque existe una arritmia.
- Siempre se debe establecer la frecuencia cardiaca auricular y la ventricular, contando el número de ondas P o R en 3 segundos (a 50 mm/segundo cada división horizontal del papel equivale a 0,02 segundos, mientras que a 25 mm/segundo serían 0,04 segundos) y multiplicándolo por 20. Un modo rápido de hacerlo es colocar un bolígrafo (la mayoría miden 15 cm) sobre el trazado y contar el número de ondas. Ese valor multiplicado por 10 (si el electrocardiograma está a 25 m/segundo) o por 20 (si está a 50 mm/segundo) indica la frecuencia cardiaca.3,4 Se ha propuesto que la frecuencia cardiaca normal en el perro es de 60-70 a 160-180 lpm en perros adultos y hasta 220 lpm en cachorros;1-3 sin embargo, con el uso de la monitorización Holter se ha demostrado que, por ejemplo, perros sanos pueden tener frecuencias inferiores a 60 lpm, por lo que se ha sugerido interpretar la frecuencia cardiaca en el contexto en el que se obtiene.4
- Los cambios en la longitud del intervalo P-R ayudan a identificar vías conducción accesorias (acortamiento) y bloqueos AV de primer grado (alargamiento del P-R). Si no todas las ondas P van seguidas de un QRS se habla de bloqueo A-V de 2º grado; tipo Mobitz I si va precedido de una prolongación previa progresiva del P-R, o Mobitz tipo II si no existe dicha prolongación. El bloqueo AV de 3er grado se caracteriza por la pérdida completa de la relación entre las ondas P y los QRS (que normalmente son de morfología ventricular).
- Los cambios en la morfología del QRS representan un hallazgo fácilmente reconocible a primera vista. Estos cambios pueden indicar presencia de complejos ventriculares prematuros o latidos de escape ventricular (generalmente después de una pausa), complejos de fusión (QRS normal y VPC simultáneo), alternancia eléctrica, bloqueo de rama intermitente o en ocasiones ser artefactos. La alternancia eléctrica generalmente se asocia a efusión pericárdica.
- Por último, un ritmo aparentemente supraventricular, en el que no hay ondas P, y es irregularmente irregular, es altamente compatible con fibrilación atrial.1
Conclusiones
Algunos electrocardiogramas son muy difíciles de interpretar, y para ello es necesario recurrir a un cardiólogo. Afortunadamente esto no ocurre en la mayoría de ocasiones, y muchos de los trazados electrocardiográficos que vemos en la clínica pueden ser interpretados por un veterinario generalista. Sin embargo, para ello es necesario hacer un análisis detallado y sistemático del electrocardiograma. En caso de duda puede resultar muy útil recurrir a los libros de texto que incorporan todo tipo de trazados, tratar de identificar uno similar al nuestro y verificar si realmente los hallazgos coinciden con lo descrito. Si seguimos teniendo dudas es aconsejable recurrir a algún servicio de telemedicina donde nos pueden ayudar a interpretar nuestro electrocardiograma.