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    Diferencias entre jadeo, disnea y taquipnea en perros

     La presencia taquipnea en perros no implica necesariamente que exista una enfermedad respiratoria.

    Introducción

    Los incrementos en la frecuencia y cambios en el patrón respiratorio de sus mascotas son en muchas ocasiones motivo de alarma para los propietarios. En estos casos, se suele pensar que el aumento de la frecuencia respiratoria es consecuencia de un problema en el aparato respiratorio y que el perro necesita asistencia veterinaria urgente. Si bien es cierto que la mayoría de perros que padecen enfermedades respiratorias graves se suelen presentar con esos cuadros, esto no siempre es así. Por otra parte, lo que a veces los propietarios interpretan como una dificultad respiratoria se corresponde realmente con un jadeo o una taquipnea fisiológica.

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    ¿Cómo diferenciar entre jadeo y taquipnea en perros?

    El jadeo se define como un marcado incremento en la frecuencia respiratoria, que puede alcanzar valores de 200-400 respiraciones/minuto. Generalmente durante el jadeo el perro respira con la boca abierta y se produce la protrusión de la lengua. Durante el jadeo, el volumen tidal (cantidad de aire que pasa por los pulmones en cada respiración) disminuye, mientras que el volumen minuto (cantidad de aire que entra y sale de los pulmones en un minuto) se mantiene o aumenta.1

    La taquipnea en perros también se caracteriza por un incremento en la frecuencia respiratoria, pero no tan marcado como el jadeo, manteniéndose generalmente en el rango de las 40-90 respiraciones por minuto. En un paciente taquipneico el volumen tidal es normal o aumentado y la respiración puede ser nasal u oral, aunque no suele acompañarse de protrusión de la lengua. Aunque no siempre ocurre, la taquipnea puede ir acompañada de disnea. La disnea se define como una respiración laboriosa o difícil, o como la sensación consciente de acortamiento de la respiración o de falta de aire.2

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    Causas de jadeo y taquipnea en perros

    Jadeo

    El jadeo en el perro puede tener distintos orígenes y no todos son patológicos. De hecho, en la mayoría de ocasiones el jadeo representa una respuesta fisiológica del organismo ante un incremento de la temperatura ambiental, con el objetivo de mantener la temperatura corporal normal mediante un aumento de la evaporación a nivel del tracto respiratorio superior.1,3 En esta situación el jadeo se alterna con periodos de respiración normal.

    Sin embargo, si el jadeo se vuelve excesivo puede ser un signo de la existencia de alguna enfermedad y requerir atención veterinaria.

    Entre las causas de jadeo excesivo se incluyen las siguientes: ansiedad o miedo, dolor, pirexia, tratamientos con opiáceos, golpe de calor, ejercicio intenso, hiperadrenocorticismo, síndrome del perro braquicéfalo, hipocalcemia, compromiso vascular y enfermedades del sistema nervioso central que afecten al centro respiratorio.1,3,4

    Taquipnea

    La taquipnea aumenta el intercambio de gases a nivel de los alvéolos. Por ello, se considera normal durante el ejercicio, como una respuesta fisiológica para compensar el incremento en la demanda de oxígeno por parte de los tejidos. En cualquier caso, la presencia de taquipnea también puede ser una manifestación de una enfermedad subyacente, aunque no necesariamente una enfermedad respiratoria primaria.

    Entre las enfermedades que pueden cursar con taquipnea en perros se incluyen:

    • Enfermedades respiratorias: parálisis laríngea, bronquitis crónica, colapso de tráquea, neumonía, edema pulmonar, enfermedades pulmonares infiltrativas y fibrosis pulmonar).
    • Tromboembolismo pulmonar.
    • Edema pulmonar cardiogénico.
    • Shock.
    • Hipertensión pulmonar.
    • Enfermedades pleurales: efusiones, neumotórax, hernia diafragmática y fractura costal.
    • Enfermedades que afectan a los músculos respiratorios: hernia diafragmática, miastenia gravis o polirradiculoneuritis).
    • Procesos que afecten a la capacidad de transporte de oxígeno: anemia y desórdenes de la hemoglobina.
    • Hipoxia de altura.
    • Compresión del diafragma: ascitis o masas abdominales.
    • Acidosis metabólica: secundaria por ejemplo a enfermedad renal crónica, diabetes mellitus o diarrea.
    • Obesidad severa. 1,3,4  

    Abordaje diagnóstico

    El abordaje diagnóstico a los pacientes con taquipnea variará inicialmente en función de la sospecha clínica. Por ejemplo:

    • La taquipnea en ausencia de disnea puede sugerir que la causa primaria no sea respiratoria y por ello, que haya que priorizar otras pruebas.
    • Por otra parte, la presencia de estertores y estridores orientan el problema hacia una enfermedad del tracto respiratorio superior,
    • Las crepitaciones son más típicas de una enfermedad del parénquima pulmonar.4

    Por ello, una vez estabilizado el paciente y en función de la sospecha inicial, las primeras pruebas a realizar pueden ser de imagen (radiografías de cervicales y de tórax) o de laboratorio (hematología, bioquímica, urianálisis). Posteriormente, y función de los resultados, puede estar indicado un análisis coprológico, determinaciones hormonales, serologías, pruebas de coagulación, gasometrías, tomografía computarizada, ecocardiografía, ecografía abdominal, endoscopia respiratoria o citología de posibles efusiones.4

    Conclusiones

    Como clínicos, es importante que aprendamos a valorar con rapidez si un perro jadea o tiene taquipnea o disnea. Además, es importante transmitir esa información a los propietarios lo antes posible, porque estos cuadros les suelen generar bastante ansiedad. En cualquier caso, y teniendo en cuenta que el diagnóstico diferencial es bastante amplio, es conveniente estructurar las distintas pruebas diagnósticas en base a la sospecha clínica, explicando a los responsables del cuidado del animal los pasos a seguir.

    CR Articular perros

    Bibliografía
    1. Rishniw M. (1997) Panting. En Tilley LP, Smith B (eds). 5-minute Veterinary Consult, 1st ed, Saunders: 116–117.
    2. O’Sulivan ML. (2017). Tachypnea, Dyspnea and Respiratory Distress.  En Ettinger SP, Feldman EC, Cote E. (eds). Textbook of Veterinary Internal Medicine. 8th ed. Elsevier: 518-522.
    3. Bay JD. (2020) Panting. En Cohn LA, Côté E, (eds). Clinical Veterinary Advisor Dogs and Cats. Elsevier: 751-752.
    4. Ueda Y. (2021 Panting and Tachypnea. En Tilley LP, Smith FVK, Sleeper MM and Brainard BM (eds). Blackwell’s Five-Minute Veterinary Consult: Canine and Feline t, 7th ed, Willey Blackwell: 1036–1038