Diarrea en perros. Clostridium difficile y Clostridium prefringens
Las diarreas agudas en perros jóvenes pueden estar provocadas en gran medida por agentes patógenos tales como Clostridium difficile y Clostridium prefringens, por lo que es importante conocer su mecanismo y el papel que desencadenan en la patología.
Etiología y transmisión
Las bacterias que pertenecen a la especie Clostridium y que tienen más repercusión dentro de la medicina veterinaria canina son Clostridium difficile y Clostridium prefringens.
Clostridium difficile es un bacilo gram positivo que se encuentra con normalidad dentro de la microbiota intestinal normal de los perros, concretamente en cachorros recién nacidos. Este agente patógeno tiene la capacidad de liberar dos tipos de toxinas que son los que producen el cuadro clínico digestivo, diferenciándose entre toxina tipo A o enterotóxica y toxina tipo B o citotóxica.
Asimismo, Clostridium perfingens también es una bacteria común en la flora intestinal, que puede clasificarse en cinco biotipos según el tipo de toxina que libere al medio, siendo las más importantes la toxina alpha y la enterotoxina CPE, las cuales son responsables de los síntomas digestivos agudos en perros, gatos, caballos y humanos.
Ambas bacterias producen patologías digestivas agudas especialmente en animales jóvenes entre 2 y 4 años de edad, teniendo especial predisposición a presentar ese cuadro clínico las razas Schnauzer miniatura y French poodle mini toy.
La transmisión de los agentes patógenos y sus toxinas se producen por vía oro-fecal, por ingesta de carne cruda contaminada o por un sobrecrecimiento de estos bacilos en el tracto gastrointestinal debidos a alteraciones en la inmunidad del perro.
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Cuadro clínico y diagnóstico
Los signos clínicos que se evidencian no son patognomónicos de la infección por Clostridium, ya que se caracteriza por presentar una sintomatología gastrointestinal inespecífica basada en vómitos, diarrea, anorexia e inapetencia. Clostridium perfingens está asociada con la presencia de diarrea hemorrágica aguda, sobre todo el tipo A.
El diagnóstico de la bacteria es inespecífico y poco eficaz, existiendo casos en los que la manera de diagnosticar el agente patógeno ha tenido que ser mediante necropsia una vez fallecido el animal.
Principalmente, el diagnóstico se basa en un coprocultivo para producir el aislamiento de la bacteria. No obstante, debido a que es un agente que conforma la flora intestinal normal de la mascota no presenta mucha importancia diagnóstica.
La técnica de PCR puede emplearse para la detección de cepas enterotoxigénicas y pruebas inmunológicas basadas en tests Elisa para la detección de las toxinas liberadas.
Papel de Clostridium en las diarreas
Se publicó un estudio realizado por el Dr. Weese y su equipo donde se realiza a una comparación de la presencia de Clostridium difficile y Clostridium prefringens, así como sus correspondientes cepas, en heces de animales sanos y animales con diarrea.
Durante el período de investigación se emplearon un total de 87 perros con diarrea y 55 perros sanos, donde las toxinas seleccionadas para su estudio fueron las A y B pertenecientes a C. difficile, y la toxina CPE correspondiente con C. perfingens.
Los resultados obtenidos en este estudio identificaron que no existía la presencia de C. difficile en animales sanos y sólo un 2% en animales con diarrea, mientras que se aislaron cepas de C. perfingens en un 96% de animales con diarrea y un 71% en animales sanos, estimando diversos porcentajes teniendo en cuenta la presencia o no de sus respectivas toxinas.
Al igual que este estudio, muchos clínicos veterinarios están realizando diversas investigaciones para intentar encontrar la relación entre la presencia de Clostridium y el desarrollo de alteraciones gastrointestinales, además de poder instaurar el mejor tratamiento posible.
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Conclusión
Las bacterias de la familia Clostridium son agentes patógenos que forman parte de la composición de la microbiota gastrointestinal que, en animales jóvenes, pueden producir cuadros diarreicos agudos que pueden poner en riesgo la salud del animal.