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    Castración en perros: ¿realmente son todo ventajas?

    La castración en perros debería ir precedida de un análisis individualizado de las potenciales ventajas e inconvenientes asociadas a este procedimiento.  

    Introducción

    La castración en perros es un procedimiento quirúrgico realizado muy frecuentemente en la práctica clínica generalista. Los motivos que pueden llevar a castrar un perro son muy diversos. Entre los más comunes se incluye el tratamiento de determinadas enfermedades (hiperplasia benigna de próstata, adenomas perianales o neoplasias testiculares) en las que la castración puede ser curativa, el control de la reproducción no deseada y la prevención de distintas enfermedades.

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    Ecografía de un tumor testicular en un perro. Se aprecia nódulo testicular con márgenes mal definidos, que contiene múltiples áreas cavitadas con contenido anecoico y alterando la arquitectura normal, diagnosticado de tumor de células de Leydig.

    En países como EEUU y Australia se ha recomendado durante mucho tiempo la castración de todos aquellos perros que no tuvieran una finalidad estrictamente reproductiva, amparándose en la necesidad del control poblacional y en los teóricos efectos beneficiosos de la castración sobre la salud del perro a largo plazo. Ello ha llevado a que alrededor del 80% de la población canina esté castrada.1 Por el contrario, en algunos países del Norte de Europa o Alemania, son muchos los detractores de esta práctica, y de hecho en algunos de ellos está prohibida la castración en perros sin una indicación médica que la sustente.1,2

    Por otra parte, en los últimos 10-15 años han aparecido diversas publicaciones que cuestionan los beneficios de la castración “preventiva” y que sugieren que la castración podría estar asociada con un incremento del riesgo de desarrollar diversas enfermedades.

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    Controversias relativas a la castración en perros

    Los debates a este respecto se centran en si debe o no recomendarse la castración en perros sanos; no se cuestiona su realización como tratamiento de aquellas patologías en las que ha demostrado ser eficaz. Por ello, es importante analizar qué datos tenemos a favor o en contra de la castración preventiva.

    A favor

    • Uno de los motivos por los que se recomienda la castración en perros es el control de la sobrepoblación canina. De hecho, en algunos países se prohíbe la adopción de perros no castrados. Este es uno de los motivos por los que se popularizó la castración pediátrica (antes de las 16 semanas) y que posteriormente ha sido fuente de controversia.3 Sin embargo, no existen estudios que hayan demostrado que la castración en perros que no vagabundean sin control sea eficaz en el control poblacional.4
    • La castración reduce la probabilidad de desarrollar comportamientos agresivos tanto los ligados al dimorfismo sexual, como en la agresividad dirigida hacia personas.1,2,4
    • Disminuye comportamientos de índole sexual y marcaje, si bien la eficacia puede verse afectada por las experiencias previas del animal.
    • Se ha propuesto que la gonadectomía aumenta la esperanza de vida en la población canina, pero las evidencias al respecto son más consistentes en hembras que en machos.4
      • La castración tiene un impacto directo sobre la ocurrencia de enfermedad prostática, hernia perineal y tumores perianales. Elimina al 100% el riesgo de hiperplasia prostática benigna y reduce las posibilidades de que el perro desarrolle prostatitis, abscesos y quistes prostáticos.

    En contra

    • El carcinoma de próstata es más prevalente en perros castrados que en aquellos que no lo están.5
    • En relación al padecimiento de otras neoplasias:
      • Parece que en perros de raza vizsla la prevalencia de linfoma y mastocitoma es mayor en animales castrados.
      • Algo similar ocurre con el linfoma en golden retrievers castrados antes del año de edad.
      • Además, se ha sugerido que la predisposición al padecimiento de hemangiosarcomas y osteosarcomas es mayor en machos castrados.3,5,6
    • Las hormonas sexuales juegan un papel importante en el desarrollo musculoesquelético. Ello ha hecho que se vincule la castración antes de la madurez ósea con una mayor predisposición al padecimiento de diversas enfermedades ortopédicas, entre ellas, displasia de cadera y/o codo, y rotura de ligamento cruzado craneal. Aunque las evidencias no son concluyentes al 100%, parece que este efecto es mayor cuando los perros son castrados antes de los 6 meses de edad.3,5
    • Otros efectos negativos que se han asociado a la castración incluyen la predisposición a la obesidad y al desarrollo de desórdenes cognitivos.3-5

    ¿Cuándo castrar y en qué pacientes?

    Algunos autores han vinculado la edad en la que se realiza la castración con el desarrollo de diversas enfermedades. En base a ello se ha propuesto:

    • Que los perros cuyo peso adulto estimado oscile entre 20-39 kg sean castrados después de los 11 meses de edad.
    • Que la castración se posponga hasta los 24 meses en animales que vayan a pesar más de 40 kg.7
    • Otros autores sugieren castrar los perros de peso inferior a 10 kg hacia los 6 meses de edad, los de 10-20 kg entre los 6 y los 8 meses, de 21-30 kg a los 9-12 meses, de 31-40 kg a los 10-14 meses, y por último los perros de más de 40 kg de peso a los 12-24 meses de edad.5

    En cualquier caso, es importante no olvidar que el hecho de que determinadas enfermedades sean más prevalentes en perros castrados no implica necesariamente una relación causa-efecto entre ambos procesos.

    Conclusiones

    Es difícil hacer una recomendación general sobre si debe o no castrar un perro, y en caso de hacerlo, sobre cuál es el momento más adecuado para ello.

    En opinión del autor, la decisión debe individualizarse y consensuarse con los propietarios tras explicarles las ventajas y posibles inconvenientes que pueden esperarse tras la castración. A la hora de tomar la decisión, es importante comparar la prevalencia de aquellas enfermedades que se pretende evitar con la de aquellas a las que el animal puede verse expuesto como consecuencia de la castración. Por ejemplo, si se plantea la castración de un Yorkshire terrier para evitar patologías prostáticas, probablemente merezca la pena correr el riesgo de que, en un futuro, el animal pudiera desarrollar un carcinoma prostático, porque la hiperplasia prostática es mucho más prevalente (75-80% en perros de más 6 años) que el carcinoma de próstata (0,3-0,6%). 3 

    Ficha de evaluación: Movilidad articular del perro

    Bibliografía
    1.     Palestrini C, Mazzola SM, Caione B, et al. (2021). Influence of gonadectomy on canine behavior. Animals (Basel); 11: 553.
    2.     Kustritz MV. (2007). Determining the optimal age for gonadectomy of dogs and cats. J Am Vet Med Assoc; 231: 1665-1675.
    3.     Root Kustritz MV. Pros, cons, and techniques of pediatric neutering. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 44: 221-233.
    4.     Urfer SR, Kaeberlein M. (2019). Desexing Dogs: a review of the current literature. Animals (Basel). 9: 1086.
    5.     Marvel SJ. (2022). Concepts in sterilization. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 52: 419-436.
    6.     Smith AN. (2014). The role of neutering in cancer development. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 44: 965-975.
    7.     Hart BL, Hart LA, Thigpen AP, et al. (2020). Assisting decision-making on age of neutering for mixed breed dogs of five weight categories: associated joint disorders and cancers. Front Vet Sci; 7:472.