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    Anorexia en gatos: etiología y protocolo diagnóstico

    La anorexia en gatos representa un importante dilema diagnóstico para el clínico y una fuente de frustración para los propietarios.

    Introducción

    La falta de apetito es una causa frecuente de visitas al veterinario. Un estudio en Reino Unido evidenció que la inapetencia era el tercer motivo de consulta más frecuente en clínicas felinas de primera opinión.1

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    Aunque muchos veterinarios usan el término anorexia para hacer referencia a la falta de apetito, siendo estrictos esta palabra debería usarse exclusivamente en casos de pérdida o falta total de interés por la comida. En pacientes que comen su dieta habitual, pero en cantidad inferior a la necesaria debería hablarse de hiporexia. Por otra parte, la disrexia hace referencia a una alteración en los patrones alimentarios en la que el animal rechaza su comida habitual, pero ingiere otros alimentos.2-4

    La inapetencia prolongada puede impactar negativamente en la evolución de distintas enfermedades crónicas felinas. Por ello, es importante tener claro cómo actuar ante la presencia de anorexia en gatos.

    Etiología y diagnóstico de la anorexia en gatos

    El hecho de que la anorexia pueda presentarse asociada a un innumerable número de enfermedades hace muy difícil establecer una lista de posibles diagnósticos diferenciales. Por lo tanto, es importante que el clínico siga un protocolo de evaluación lo más estandarizado posible, con el objetivo de intentar encontrar la causa de la anorexia e implementar un tratamiento específico.

    El primer paso en la evaluación de la anorexia: obtener una historia completa

    Hay que prestar especial atención a:

    • Cambios en la dieta que puedan haber afectado al apetito,
    • Tratamientos farmacológicos previos que causen anorexia (antiinflamatorios, antibióticos, quimioterápicos, diuréticos)
    • Cambios en el entorno que puedan haber supuesto una situación de estrés para el gato (nuevas mascotas o cambios de domicilio).
    • Además, es importante obtener información sobre otros posibles signos asociados.

    Por último, la presencia de anorexia en gatos debe ser diferenciada de otras circunstancias en las que, por ejemplo, el gato mantiene el apetito, pero no come porque, por ejemplo, no puede abrir la boca debido a una miositis masticatoria.3

    Una vez obtenida la historia clínica: examen físico completo 

    El siguiente paso a seguir sería la realización de un examen físico completo, incluyendo una evaluación de las cavidades oral, torácica y abdominal, así como un examen oftalmoscópico. Si hay sospecha de dolor crónico, estaría indicado un examen ortopédico y neurológico. A partir de los datos obtenidos durante el examen físico se plantean las pruebas diagnósticas a realizar.

    En general, debería incluirse siempre hematología, panel bioquímico y urianálisis, además de pruebas de imagen como radiología o ecografía en función de la disponibilidad y sospecha clínica. Una vez analizados los resultados pueden indicarse pruebas adicionales como serologías o determinación de niveles hormonales, y en función de cada caso, citologías o histopatología.3

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    Tratamiento de la anorexia en gatos

    El tratamiento de la anorexia está basado en el control y eliminación de la causa primaria. Sin embargo, en casos en los que esto no es posible, o cuando la situación clínica del gato lo aconseje, pueden tomarse una serie de medidas para intentar estimular el apetito del animal. Estas medidas incluyen:

    • Modificaciones en la dieta y el entorno
    • Tratamiento farmacológico de la anorexia
    • Y alimentación asistida.

    Es importante que el gato reciba la comida en un entorno adecuado y donde se encuentre seguro, evitando estímulos que puedan resultar desagradables.

    Debe intentarse que la dieta sea lo más palatable posible, pero no hay reglas fijas. Algunos gatos pueden preferir dietas húmedas, mientras que otros rechazan todo aquello que no sea alimento seco. Otras opciones podrían ser aumentar el porcentaje de sal, grasa o proteína del alimento, pero en este caso habría que tener en cuenta los posibles efectos negativos de esa medida sobre determinadas patologías subyacentes (por ejemplo, exceso de proteínas en gatos con enfermedad renal crónica, o de grasa en pacientes con pancreatitis). Puede optarse por usar una dieta casera como un medio de aumentar el apetito, pero en tal caso, y para evitar desequilibrios nutricionales debería consultarse con un especialista en nutrición.2

    Estimulantes del apetito

    A pesar de no contar con registro para tal uso, históricamente se han recomendado múltiples sustancias como estimulantes del apetito en gatos. Entre ellas se incluyen las siguientes: diazepam, ciproheptadina, glucocorticoides, maropitant, acetato de megestrol, esteroides anabolizantes, aceite de pescado, cannabinoides, cobalamina o propofol.4

    • Actualmente el fármaco más usado en el tratamiento de la anorexia en gatos es la mirtazapina. Se trata de un antidepresivo tetracíclico con actividad antihistamínica, noradrenérgica y serotoninérgica que ha demostrado su eficacia como estimulante del apetito en gatos y que además cuenta con registro para ese uso en diversos países, entre ellos España. La mirtazapina puede administrarse vía oral (1,875-3,75 mg/kg/24-72 horas), aunque en España no existe una presentación para gatos; o vía transdérmica (2 mg/kg/24 horas), que si está comercializada para su uso en esta especie. Los efectos adversos reportados, sobre todo a dosis altas, incluyen vocalización, nerviosismo, inquietud, ataxia, y paradójicamente (por la supuesta actividad antiemética del fármaco), vómito.4
    • Los agonistas de los receptores de la grelina también han demostrado ser eficaces como estimulantes del apetito en gatos y uno de ellos, la capromorelina (2 mg/kg/24 horas) se ha registrado recientemente para este uso en gatos con ERC en USA.4

    Alimentación asistida

    Se recomienda empezar con ella cuando un paciente no cubre sus requerimientos energéticos en reposo durante más de 3-5 días y no hay signos de mejora. En cualquier caso, si hay signos evidentes de malnutrición, mala condición corporal, o se espera un deterioro progresivo sin soporte nutricional, debe iniciarse antes.2 

    En estos casos y en función de la gravedad de la situación clínica del paciente y de la predisposición de los propietarios, puede optarse por una sonda nasogástrica o bien por un tubo de esofagostomía, gastrostomía o yeyunostomía.

    Conclusiones

    La anorexia en gatos representa un problema importante en la clínica diaria, tanto por los efectos negativos que tiene sobre la evolución de muchas enfermedades, como por los sentimientos negativos que causa a los propietarios. Por ello, debemos hacer lo posible para estimular el apetito de estos pacientes. En este sentido, las medidas iniciales además del manejo de la causa primaria de la anorexia serían aumentar la palatabilidad de la dieta y recurrir al soporte farmacológico. Si esto no funciona o la condición clínica del gato lo aconseja, debemos siempre ofrecer alimentación asistida, que si bien causa rechazo en algunos propietarios, es el único modo de garantizar un soporte nutricional adecuado.

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    Bibliografía
    1. Robinson NJ, Dean RS, Cobb M, et al. (2015). Investigating common clinical presentations in first opinion small animal consultations using direct observation. Vet Rec; 176: 463.
    2. Delaney SJ. (2006). Management of anorexia in dogs and cats. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 36: 1243-1249.
    3. Forman MA (2017). Anorexia. En Ettinger SP, Feldman EC, Cote E. (eds). Textbook of Veterinary Internal Medicine. 8th ed. Elsevier: 484-489.
    4. Johannes CM, Musser ML. (2019). Anorexia and the Cancer Patient. Vet Clin North Am Small Anim Pract;49: 837-854.