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    Abscesos en perros. Posibles causas y tratamientos

    Los abscesos son lesiones características que son poco frecuentes en la clínica rutinaria en los perros. Sin embargo, debido a su gran abanico de localizaciones y signos clínicos es necesario su conocimiento y estudio para su correcta remisión.

    Etiología

    Un absceso es un acúmulo de material purulento en un área determinada, que se encuentra confinado en diferentes tejidos, siendo delimitado por una cápsula piógena. En la especie canina estas lesiones no son muy comunes, siendo las dos causas más frecuentes los abscesos cutáneos por mordedura o por cuerpos extraños.

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    Existen factores de riesgo que agravan las posibilidades de que el paciente padezca esta lesión, entre los que se destacan:

    ●      Disminución de la capacidad inmunológica del perro: animales inmunocomprometidos, tales como pacientes geriátricos, con enfermedades concomitantes o cachorros.

    ●      Procesos de isquemia o necrosis: relacionado con los abscesos que se desarrollan en las vísceras de la cavidad abdominal, bien por patologías desarrolladas en un órgano determinado, como por ejemplo procesos de pielonefritis en el riñón, o bien por alteraciones secundarias, como es el caso de las lesiones provocadas por Equinococcus granulosus en el hígado.1

    ●      Presencia de cuerpo extraño en proceso de migración.2

    ●      Traumatismos: alteran la barrera protectora natural del órgano en concreto (principalmente piel, vísceras abdominales y cavidad oral).3

    Los abscesos tienen la capacidad de desarrollarse por distintas vías, donde se pueden destacar la implantación directa sobre el tejido en cuestión, la migración desde un foco de infección o por alteración de la circulación sanguínea y linfática, todas ellas relacionadas con los factores de riesgo comentados anteriormente.

    Signos clínicos

    Los signos clínicos comprenden desde dolor, tanto a la palpación como sin ella, calor, hinchazón y enrojecimiento, hasta lesiones derivadas de la propia acción mecánica del paciente como consecuencia de las molestias causadas por dicha alteración. En el caso de los abscesos localizados en vísceras abdominales los síntomas estarán relacionadas con el órgano afectado, pudiendo dar lugar a cuadro clínico inespecífico o signos clínicos secundarios, siendo de suma importancia los cuadros de peritonitis infecciosa.

    Diagnóstico

    La historia clínica del paciente y sus antecedentes son fundamentales para poder establecer un protocolo diagnóstico determinado.

    Por un lado, la palpación de la zona abultada puede ayudar al clínico a intuir el contenido del mismo según su consistencia, permitiendo realizar diagnósticos diferenciales4 con tumores, quistes o nódulos cutáneos en el caso de la piel. Por otro lado, los abscesos intrabdominales deben de ser diagnosticados mediante técnicas de imagen, siendo la ecografía una herramienta fundamental en este aspecto.5

    No obstante, dentro de las técnicas diagnósticas que se pueden emplear, la más indicada es el aspirado con aguja y posterior citología y cultivo de la lesión.

    Los agentes microbianos que se encuentran con frecuencia en los abscesos son: Staphylococcus aureus, Pasteurella multocida y Fusobacterium spp.

    Tratamiento

    En primer lugar, drenaje del absceso, ya sea por aspiración o por incisión, es una técnica quirúrgica fundamental para su tratamiento, que consiste en:

    ●      Desinfección previa de la superficie que va a ser manipulada, pudiendo ser necesaria la administración de anestésicos locales, como la lidocaína 2 %.

    ●      Retirada del contenido mediante aspiración o compresión manual, siendo posible la realización de drenajes ecoguiados en casos de abscesos intrabdominales.

    ●      Eliminación de la cápsula piógena.

    ●      Desbridamiento empleando pinzas de Kocher o gasas estériles.

    ●      Limpieza con suero fisiológico a presión y clorhexidina.

    ●      Colocación de drenaje Penrose si fuera necesario.

    ●      Colocación de apósito estéril.

    En segundo lugar, en los pacientes será importante la administración de antibioterapia6 para evitar infecciones secundarias, empezando por antibióticos de primera línea de forma empírica si no tenemos los resultados del cultivo (cefalexina 15-30 mg/kg/12h, amoxicilina /clavulánico 15-25 mg/kg/12h o clindamicina 5-10 mg/kg/12h), siguiendo con antibióticos de segunda línea que sean sensibles a los organismos del cultivo (trimetroprim-sulfamida 15-30 mg/kg/12h) y, como última opción, debido a su alta toxicidad, antibióticos de tercera línea (doxiciclina 5-10 mg/kg/12h).

    Conclusiones

    Los abscesos son lesiones que pueden desencadenarse en diversos órganos del paciente, siendo poco frecuentes en la especie canina. Es importante realizar un buen diagnóstico diferencial y aplicar técnicas de aspiración, drenaje y medicamentosas para que su resolución sea adecuada.

    Referencias:
    1. Tercero Gutiérrez MJ, Olalla Herbosa R. Hidatidosis. Una zoonosis de distribución mundial. Offarm. 2008;27(9):88-94.
    2. Sheehan NK, Kellihan HB, Yarnall B, Graham M, Moore F. Septic pericarditis and pericardial abscess secondary to a migrating foreign body in a dog. J Vet Cardiol. 2019;23:122-128.
    3. Whyte A, De Torre A, Orbón J, et al. Abscesos dentales en el perro y el gato. Consulta de Difusión Veterinaria. 2012;193:37-40.
    4. Thompson M. Dermatologic disorders. En: Thompson M. Small animal medical differential diagnosis. Second edition. ed: Elselvier; 2014;104-114.
    5. Liste Burillo L. Hallazgos ecográficos en diferentes afecciones de la próstata en perros: descripción de 8 casos clínicos. Clínica Veterinaria de Pequeños Animales AVEPA. 17(2);114-128.
    6. Díaz S, Noli C. Dermatología. En: Agut A, Clemente F, Díaz S, Lloret A, Luján A, Noli C, Pastor J, Salazar V, Tabar MD. Manual clínico de medicina interna en pequeños animales II. ed: 5m Publishing, 2016.110-169.
     

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