VT_detail.jpg VT_detail.jpg
  • Tiempo de lectura: 4 mins

    Vaginitis

    DEFINICIÓN Y ETIOLOGÍA

    La vaginitis es una inflamación de la vagina y/o del vestíbulo vaginal y puede aparecer a cualquier edad, tanto en hembras intactas como esterilizadas.  La vaginitis es más común en perros que en gatos. No se ha descrito una predisposición de raza

    Puede ser idiopática en algunos casos o surgir como consecuencia de algunos factores predisponentes. Entre los posibles factores contribuyentes se encuentran las anomalías anatómicas (por ejemplo, uréter ectópico, hipoplasia vaginal, himen persistente, vaginas dobles, estenosis vaginal, hipertrofia del clítoris, vulva retraida, fístula recto-vaginal); dermatitis perivulvar secundaria a pliegues vulvares dorsales y laterales excesivoss; cuerpo extraño vaginal (por ejemplo, espigas) fragmentos óseos de restos fetales); traumatismo vaginal (p. ej. apareamiento, parto); hematoma o absceso vaginal; neoplasia vaginal o vestibular; infección por herpesvirus; exposición a andrógenos exógenos; disminución de los niveles de estrógenos; acumulación de orina; e infección del tracto urinario (ITU).

    La vaginitis bacteriana primaria es poco frecuente. Muchas bacterias oportunistas habitan normalmente en la vagina y el vestíbulo vaginal, como E. coli, Streptococcus, Pasteurella, Ureaplasma, Staphylococcus y Mycoplasma spp. La vaginitis bacteriana puede producirse cuando las especies patógenas crecen en exceso y alteran la flora normal. El uso de antibióticos de forma empírica puede contribuir al crecimiento excesivo de especies patógenas. La vaginitis primaria causada por Brucella canis es una etiología importante en el perro. Coxiella burnetii es una causa descrita poco frecuente de vaginitis en los gatos. La vaginitis bacteriana también puede ocurrir como una extensión de la cistitis bacteriana.

    La vaginitis juvenil (vaginitis prepuberal) es una forma común de vaginitis que se produce en cachorros prepúberes (<1 año). Suele resolverse espontáneamente después del primer celo. Se desconoce la causa exacta, pero puede estar asociada a la inmadurez de la pared vaginal.

    Diagnóstico Hallazgos del examen físico/Historia, signos clínicos

    Los signos clínicos pueden incluir secreción vulvar, polaquiuria, estranguria, lamido persistente de la vulva, rozamiento o frotamiento de la región perineal, dermatitis perineal o perivulvar, oposición a aparearse y atracción de los machos. La secreción vulvar puede ser mucoide, hemorrágica y/o purulenta. Los pacientes afectados suelen estar sanos y los signos sistémicos son infrecuentes. La vaginitis juvenil se caracteriza por una secreción mucoide amarilla o blanca que es crónica o intermitente y no suele haber otros signos clínicos de vaginitis.

    Mediante el análisis de orina se puede descartar una infección del tracto urinario. Las muestras de orina se deben obtener por cistocentesis para evitar la contaminación de la flora vaginal. En perras maduras con vaginitis la infección del tracto urinario puede llegar al 20%.

    La citología vaginal suele mostrar un número elevado de neutrófilos degenerativos, no degenerativos, linfocitos y macrófagos (normalmente en los casos crónicos), bacterias intracitoplasmáticas, y un número elevado de bacterias. Es importante resaltar que en las muestras de citología recogidas durante los primeros días del diestro el número de leucocitos suele ser numeroso. Este número de leucocitos debe disminuir a las 24-48 horas del diestro, pero persistirá si hay vaginitis.

    La radiografía de contraste de la vagina puede utilizarse para buscar masas vaginales, cuerpos extraños y otras anomalías anatómicas.

    Se puede realizar una ecografía abdominal para ayudar a descartar factores predisponentes.

    Se puede realizar un cultivo de orina en caso de sospecha de infección del tracto urinario. Los resultados deben interpretarse con cuidado, ya que la vagina y el vestíbulo no son estériles. Los hallazgos potencialmente significativos incluyen el crecimiento excesivo de especies florales atípicas (por ejemplo, un cultivo puro de gramnegativos), la presencia de organismos resistentes a los antibióticos o Pseudomonas spp. Para el cultivo de Mycoplasma y Ureaplasma spp. se requieren medios especiales

     Las anomalías observadas en la vaginosocpia pueden incluir eritema, edema, secreción, vesículas, úlceras, hiperplasia del folículo linfoide, hematomas, abscesos, masas, cuerpos extraños, evidencia de traumatismo y/o anomalías anatómicas vaginales. La vaginoscopia ayuda a localizar la fuente de cualquier flujo vaginal (por ejemplo, el útero, el muñón uterino, el tracto urinario). Se pueden tomar muestras de biopsia y someterlas a histopatología.

    Biopsia/Histopatología: Además de la evidencia de inflamación, la histopatología puede proporcionar un diagnóstico etiológico como la neoplasia.

    Otras pruebas: Se pueden realizar pruebas en laboratorio para detectar Brucella canis.

    TRATAMIENTO

    El tratamiento varía en función de la causa subyacente y a veces puede ser frustrante. Las anomalías anatómicas, los cuerpos extraños vaginales o las neoplasias pueden requerir cirugía. Solo se deben administrar antibióticos sistémicos en los casos en que los patógenos desplazan la flora vaginal normal y son la causa principal de la vaginitis. Dada la presencia de un flora vaginal normal, es fundamental la interpretación adecuada de los cultivos vaginales. Los antibióticos sistémicos también están indicados para las ITU, y la selección del antibiótico se basa idealmente en los resultados del cultivo y la sensibilidad. La elección inicial de antibióticos puede incluir ampicilina, trimetoprim-sulfonamida, amoxicilina-clavulanato, cefalosporinas o cloranfenicol.

    La vaginitis juvenil suele resolverse tras el primer celo o tras la ovariohisterectomía (OHE). La OHE puede posponerse hasta después de la finalización del primer celo en los cachorros más gravemente afectados. Los antibióticos sistémicos no están indicados.

    En algunas pacientes con vaginitis idiopática crónica se puede usar terapia de sustitución de estrógenos por vía oral (por ejemplo, dietilbestrol [DES]), que ayuda a establecer la integridad normal de la mucosa vaginal. Las dosis para la vaginitis son empíricas y son las mismas que para la incontinencia urinaria.  Aunque se dispone de dosis disponibles para los gatos, la literatura no es clara sobre la eficacia del DES en esta especie.

    Se puede realizar la limpieza de la zona perivulvar con limpiadores suaves. No se recomienda el lavado con soluciones antisépticas, aunque el lavado con solución salina fisiológica puede ser útil para fluidificar y eliminar el exudado. A menudo es necesario prevenir los autotraumatismos con un collar isabelino, analgésicos y antiinflamatorios. Algunos informes indican que la administración de probióticos por vía oral puede ayudar al retorno de la microflora normal.

    PRONÓSTICO

    Si los signos clínicos de la vaginitis persisten después de la terapia, se debe re-evaluar a la paciente en busca de un diagnóstico alternativo. El pronóstico es bueno cuando las causas o factores subyacentes se identifican y tratan con éxito. La vaginitis juvenil suele resolverse después del primer celo