Vacuna heptavalente: ¿Cómo y cuándo aplicarla?
Las vacunas disminuyen el riesgo de que los animales adquieran ciertas enfermedades, por lo que mejoran su bienestar y alargan su esperanza de vida. En los perros, las primeras vacunas suelen administrarse entre las 6 y 12 primeras semanas de vida porque en ese momento la inmunidad adquirida mediante la leche materna empieza a disminuir y el cachorro se queda más expuesto, por lo que necesita desarrollar sus propias defensas.
La vacuna heptavalente es una de las más completas y protege contra enfermedades potencialmente mortales.
¿Cómo actúa la vacuna heptavalente?
Existen diferentes tipos de vacunas, según el proceso de elaboración. La vacuna heptavalente es una vacuna viva atenuada, lo cual significa que está compuesta por microorganismos vivos que han sido debilitados para generar una respuesta del sistema inmunológico.
Estas vacunas brindan una protección mayor que las que han sido elaboradas con toxinas o segmentos muertos y, dado que los microorganismos se han debilitado, no pueden reproducirse ni afectar la salud del can. Aunque estos microorganismos son inofensivos, crean una memoria inmunológica, de manera que si los virus entran en el organismo en otro momento, las defensas del perro los reconocerán y combatirán.
La vacuna heptavalente contiene:
- Parvovirus Canino, cepa C-780916.
- Virus del Moquillo Canino, cepa Lederle.
- Adenovirus Canino, tipo 2, cepa Manhattan.
- Virus Parainfluenza Canino, cepa Penn 103/70.
- Leptospira interrogans serovar icterohaemorrhagiae y canicola.
Protege al can de las siguientes enfermedades:
- Parvovirosis canina, una enfermedad frecuente en perros que puede llegar a ser mortal, sobre todo en los cachorros menores de 3 meses. La causa un virus que afecta su sistema digestivo causando diarrea, fiebre, inapetencia y deshidratación.
- Moquillo canino, una enfermedad vírica que afecta tanto las vías respiratorias como el sistema digestivo y nervioso del animal, con consecuencias potencialmente mortales, fundamentalmente en los cachorros menores de 5 meses que no han sido vacunados.
- Hepatitis infecciosa canina, provocada por el CAV tipo 1 y 2, causa inflamación y necrosis del centro lobular del hígado, una afectación que puede llegar a ser mortal, sobre todo en los perros menores de un año.
- Laringotraqueítis infecciosa canina, generalmente producida por el adenovirus canino tipo 2, es altamente contagiosa. El virus coloniza rápidamente las vías respiratorias superiores hasta el epitelio bronquiolar y puede causar neumonía.
- Traqueobronquitis canina, conocida como tos de las perreras, está causada por diferentes microorganismos y es muy contagiosa. Tras infectar el tejido respiratorio provoca lesiones de tipo inflamatorio en los bronquiolos, las cuales pueden sobreinfectarse a su vez con otras bacterias.
- Leptospirosis canina, una enfermedad de origen bacteriano que puede conducir a la muerte del animal. Tiene diferentes serovariedades, las más frecuentes son la icterohaemorrhagiae y canicola, que son precisamente las dos cepas contra las que protege la vacuna heptavalente, las cuales pueden afectar el riñón y el hígado e incluso contagiar a las personas.
¿Cuándo se administra la vacuna heptavalente?
La Maxivac Hepta se administra por vía subcutánea, una dosis de 1 ml. La primera dosis de la vacuna hepatavalente se administra a las ocho semanas y la segunda a las doce semanas. La revacunación se aplica una vez al año.
No obstante, la vacuna heptavalente no se puede aplicar a las hembras gestantes ni a los perros con parásitos intestinales. Tampoco se debe administrar si el can está incubando alguna enfermedad infecto-contagiosa o atraviesa un estado de estrés, ya que en esos casos su sistema inmunológico está comprometido y el riesgo de desarrollar efectos secundarios es mayor.
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Efectos secundarios de la vacuna heptavalente
La vacuna heptavalente, al igual que todas las vacunas, puede provocar algunos efectos secundarios. Lo más común es que el animal sufra dolor muscular ligero o tenga fiebre. Algunos pueden perder el apetito o dormir más de lo habitual pero lo usual es que estos síntomas remitan al cabo de dos días.
Con la vacuna heptavalente se han reportado reacciones aisladas de hipersensibilidad que pueden cursar con urticaria, lesiones cutáneas y angioedema. En esos casos, se debe aplicar un tratamiento sintomático. No obstante, dado que se trata de una vacuna viva atenuada, siempre existe el riesgo de que los microorganismos muten y adopten un carácter virulento, aunque estos casos están raramente descritos en la literatura científica.