Urticaria en perros: ¿cómo debemos actuar?
Introducción
De modo general, la urticaria en perros se considera un trastorno poco frecuente.2 De hecho, un estudio realizado en el Hospital Veterinario de la Universidad de Zúrich mostró una incidencia de 0.12%;1 sin embargo, la prevalencia podría ser mayor, porque es posible que la mayoría de animales con cuadros de urticaria sean visitados en consultas de primera opinión.
- La urticaria se ha definido como la presencia de ronchas/habones (elevaciones circulares y bien circunscritas de la piel, de 0.5-3 cm) debido a un edema de la dermis.
- Por otra parte, el angioedema se caracteriza por una inflamación eritematosa severa debido a un amplio edema de la dermis y el tejido subcutáneo, que generalmente se manifiesta en la región distal de un miembro o de la cabeza, pero que en caso de afectar a las vías respiratorias puede causar dificultad respiratoria de diferentes grados de severidad.1-3 En cualquier caso, algunos autores engloban la presentación del angioedema dentro del cuadro la urticaria.1
- Por último, la anafilaxia hace referencia a una reacción sistémica severa y potencialmente fatal, que se desencadena súbitamente tras el contacto con un alérgeno.1,3
Aunque no hay mucha información publicada al respecto, se ha reportado que la anafilaxia puede estar presente en 2/3 de los animales con urticaria.1 En contraste con lo descrito en medicina humana, especie en la que las manifestaciones anafilácticas afectan principalmente al aparato respiratorio, gastrointestinal, sistema cardiovascular y SNC, en el perro el órgano más afectado por la anafilaxia es el hígado; y se considera que los signos digestivos e incluso cardiovasculares son secundaria a la afectación hepática.1
Recuerdo fisiopatológico
Generalmente suele pensarse en la urticaria como un problema de tipo inmunológico. Si bien esto es así en muchos casos, no se debe olvidar que la urticaria puede tener otros orígenes. Además, aunque muchos casos son de presentación aguda, existen también formas crónicas de urticaria.1
Cuando el origen es inmunológico, la urticaria en perros suele estar mediada por IgEs y con mucha menor frecuencia por IgGs o inmunocomplejos. En la reacción clásica de hipersensibilidad tipo I, el alérgeno causal se fija a las IgEs de los mastocitos y basófilos, produciendo la degranulación de los mismos y la subsiguiente liberación de histamina y otros mediadores, como el factor activador de las plaquetas y diversas citoquinas, que causan vasodilatación, extravasación del plasma, atracción de células inflamatorias y activación nerviosa. La extravasación del fluido de los vasos a la dermis causa inflamación local.1 A diferencia de otros procesos alérgicos, estas lesiones no siempre cursan con prurito.2,4
Las diferentes sustancias implicadas en el desarrollo de cuadros de urticaria en el perro incluyen vacunas, agentes anestésicos, alimentos, venenos, drogas, glucocorticoides, derivados sanguíneos, plantas y agentes de contraste radiológicos. De modo anecdótico se han reportado otras, como ejercicio, luz solar, frío, dermatografía, ciclo estral, parasitosis intestinal o inmunoterapia.1,3,5
Diagnóstico
El diagnóstico de la urticaria en perros no suele ser complicado, debido a sus características clínicas distintivas y a los pocos diagnósticos diferenciales. En cualquier caso, la urticaria no debe confundirse con otros cuadros como la foliculitis estafilocócica en perros de pelo corto.3
En muchos pacientes que presentan un cuadro agudo de urticaria no es posible establecer la causa del mismo. Sin embargo, en perros que presentan cuadros de repetición, o urticaria crónica, es importante una muy buena anamnesis y un protocolo diagnóstico adecuado a cada paciente para intentar establecer el origen.
Tratamiento de la urticaria en perro
A la hora de valorar el tratamiento de la urticaria en el perro deben considerarse de modo distinto los animales que presentan únicamente signos cutáneos de aquellos con signos de anafilaxia.
En los primeros, el cuadro puede remitir de modo espontáneo en 12-48 horas, por lo que el tratamiento farmacológico podría no ser necesario en todos los pacientes. Normalmente estos animales son tratados con glucocorticoides y/o antihistamínicos durante cortos periodos de tiempo.3
Un estudio reciente no encontró diferencias significativas entre administrar difenhidramina (1-2 mg/kg) o difenhidramina y dexametasona (0,1 mg/kg) a pacientes con reacciones alérgicas no anafilácticas.6
En pacientes que se presentan con cuadros de anafilaxia puede ser necesaria la administración de fluidoterapia, adrenalina, broncodilatadores y oxígeno.1
Conclusiones
En ausencia de anafilaxia, la urticaria en perros no representa un problema grave para la salud del paciente. Sin embargo, sí suele ser un cuadro que causa preocupación en los propietarios que pueden requerir atención inmediata cuando se aperciben de su existencia. Por ello, y aunque en muchos casos el proceso es autolimitante, la administración de antihistamínicos o glucocorticoides podría ayudar a una remisión más rápida de los signos clínicos, al tiempo que contribuye a tranquilizar a los propietarios. En perros en los que la urticaria se asocia a la administración de vacunas, y éstas son consideradas necesarias periódicamente, puede resultar útil la administración previa de antihistamínicos.