Toracocentesis: técnica e indicaciones revisadas

Este procedimiento consiste en la introducción de una aguja o catéter, conectado a un sistema de aspiración o a un conector que permite el aspirado intermitente, en el espacio pleural, entre la pared torácica y los pulmones.

El derrame pleural es relativamente común en perros y gatos. Generalmente, la disnea respiratoria domina el cuadro clínico; pero en otras ocasiones podrá ser asintomático y ser un hallazgo accidental. En los perros suele ser un proceso progresivo; al inicio, el animal puede presentar dificultad al respirar tras un esfuerzo, pero al avanzar la enfermedad los signos aparecen incluso en reposo, adoptando posiciones inusuales que mejoren la ventilación. En los gatos los primeros signos pueden pasar desapercibidos y ser notorio cuando presentan grados importantes de disnea.

En algunos casos, el fluido es aire atmosférico, tratándose de un neumotórax, las consideraciones serán las mismas que cuando se aborda un derrame pleural, adaptando la técnica a cada situación clínica.

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Posibles complicaciones de la toracocentesis

Los riesgos de la toracentesis pueden incluir:

• Dolor en el lugar de la punción.
• Neumotórax.
• Hemotórax.

• Reacciones adversas a anestésicos locales.
• Síncope vasovagal.
• Infección de la piel.
• Empiema pleural.

Equipo/materiales necesarios para realizar la técnica

En el mercado se encuentran disponibles muchos kits preenvasados. Será necesario:

• Guantes estériles.
• Gasas, paños y campos estériles.
• Instrumental quirúrgico básico estéril.
• Solución antiséptica (yodo o clorhexidina).
• Alcohol.
• Anestésico local (habrás casos en los que será necesaria la anestesia general de corta duración).
• Aguja de mariposa o catéter.
• Llave de paso de tres vías.
• Jeringa.
• Tubo de extensión.
• Tubos o frascos estériles para la recolección de muestras .
• Oxígeno.
• Idealmente, dos asistentes para sujetar al animal, aspirar y recoger el líquido o el aire.

Técnica de la toracocentesis

Si la condición del animal lo permite, una radiografía dorsoventral puede ayudar antes de la toracocentesis, donde se mostrará el derrame pleural o neumotórax e indicarnos qué lado abordar primero. Se determina el sitio de la punción con la radiografía, ecografía o si no se dispone de medios, con la exploración física y la técnica de percusión.

La posición del animal será normalmente esternal o decúbito lateral, debe estar cómodo y que le cause la menor cantidad de disnea durante la toracentesis. Se prepara la piel para la cirugía, rasurando, limpiando y desinfectando la zona, ésta se cubre con paños quirúrgicos estériles.

Habitualmente no se realiza sedación del paciente, debido al compromiso respiratorio. Es importante asegurarse que el animal no se mueve durante la inserción de la aguja o la extracción del fluido, ya que podrían dañarse estructuras internas.  Se anestesia el trayecto entre la piel y la pleura parietal con lidocaína al 2%.

La punción suele realizarse a nivel de las articulaciones condro-costales entre el 7°-9° espacio intercostal. Con un bisturí se realiza una incisión en la piel de entre 1-2 cm de longitud. Se introduce la aguja o catéter perpendicularmente a la pared torácica, siguiendo el borde craneal de la costilla. El uso de una llave de paso de 3 vías, un tubo de extensión, una aguja o catéter del tamaño adecuado, y una jeringa deben usarse para recolectar aire o líquido.

Si la toracocentesis tiene fin terapéutico se extrae todo el volumen de fluido posible, aliviando la disnea en el animal. Si el fin es diagnóstico, se consigue sólo la cantidad de líquido necesario para su análisis en laboratorio.

Al efectuar la extracción de líquido pleural es necesario separar las muestras. Se debe contar con tubos con anticoagulantes (EDTA) para la evaluación citológica, sin anticoagulantes para estudiar su coagulabilidad y sus características físicas y químicas, y otra muestra destinada a cultivos aerobios, anaerobios y antibiograma.