Síntomas leishmaniasis en perros. Una breve revisión
Leishmaniasis canina: cómo se presenta
Los perros afectos de leishmaniasis presentan un cuadro clínico muy variable debido a que afecta a un gran número de órganos y sistemas. La característica más importante es su extraordinario polimorfismo clínico con síntomas leishmaniasis en perros muy variados y es por ello que debemos incluirla en la mayoría de los diagnósticos diferenciales. Algunos perros con leishmaniasis pueden quedar asintomáticos durante períodos de tiempo variables según su sistema inmunitario.
Debido a que los signos clínicos de la leishmania en perros no son patognomónicos, una buena evaluación de la reseña, de la anamnesis y de la exploración física es muy importante para confirmar la relación directa entre la infección por Leishmania y la clínica del perro.
En España, las regiones más afectadas por la leishmaniasis en perros son aquellas pertenecientes a la cuenca mediterránea y su época de más expansión se produce en los meses comprendidos entre el final de la primavera y el final del otoño. Afecta a todas las razas de perros, si bien algunas como el pastor alemán o el bóxer parecen ser más susceptibles.
Además, la leishmaniosis canina tiene una distribución bimodal, con un pico de perros afectados con edad inferior a los 3 años y un segundo pico entre los 8 y 10 años de edad.
Leishmaniasis canina: principales signos clínicos
Entre los signos clínicos de la leishmaniosis en perros encontramos:
- Generales: Estado nutritivo deficiente hasta la caquexia, atrofia muscular, letargia, mucosas pálidas, epistaxis, linfoadenomegalia, hepato-esplenomegalia, cojera o inflamación articular, fiebre.
- Cutáneos o mucocutáneos:
- Alopecia:presencia de una capa de pelo fino, seco, sin brillo y quebradizo. Se producirá pérdida de pelo en orejas y alrededor de los ojos.
- Dermatosis exfoliativa (localizada o general)
- Dermatitis ulcerativa (uniones mucocutáneas, cojinetes o callos de apoyo), dermatitis papular, dermatitis nodular, lesión en la trufa (similar a pénfigo-lupus). Se producen nódulos intradérmicos o úlceras que generalmente se desarrollan en la superficie de la piel.
- Onicopatías:Uñas anormalmente largas o frágiles.
- Hiperqueratosis nasodigital:el hallazgo más prominente es la excesiva descamación epidérmica con engrosamiento, despigmentación (pérdida de color de la piel), y las grietas del hocico y almohadillas.
- La vasculitis que produce el parásito, conduce a un fenómeno visible de necrosis en la punta de las orejas.
- Oculares:Lesiones palpebrales, lesiones conjuntivales difusas o nodulares, lesiones corneales (queratitis nodular, querato conjuntivitis o queratitis seca), lesiones de la esclera (epiescleritis o escleritis difusa o nodular), uveítis anterior difusa o granulomatosa, uveítis posterior (corioretinitis, hemorragia o desprendimiento de retina), glaucoma, panoftalmia, lesiones de la órbita (granulomas o miositis). Estas lesiones que pueden conducir a un glaucoma o a la panoftalmia y por tanto incluso a la ceguera.
- Otros:
- Renales: La glomerulonefritis es la alteración renal más frecuente. En los perros se manifiesta con proteinuria que puede evolucionar a un síndrome nefrótico y en algunas ocasiones finalizar en una insuficiencia renal
- Gastrointestinales: Los signos clínicos digestivos clásicos son la diarrea con o sin melena y los vómitos; ambos relacionados con colitis, duodenitis o secundaria a los problemas renales. La hepatitis crónica se observa de forma ocasional. La epistaxis, presente aproximadamente en un 10% de los casos, es uno de los signos clínicos más difíciles de explicar, ya que en su patogenia se barajan la vasculitis, la trombocitopenia, las coagulopatías, la hiperviscosidad y la inflamación ulcerativa de la mucosa nasal
- Neurológicos.
Los signos clínicos más frecuentes son los cutáneos, que se presentan, aproximadamente en el 80% de los perros enfermos seguidos de la linfoadenopatía y los síntomas generales (fiebre, apatía, adelgazamiento y atrofia muscular).
Post relacionados: