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    Rickettsia en perros: ¿debo tenerla en cuenta?

    Aunque en muchas ocasiones no causa signos clínicos, la infección por Rickettsia en perros debe ser tenida en cuenta como centinela de posibles infecciones en seres humanos.

    Introducción

    Rickettsia es un género de bacterias gram-negativo intracelulares obligadas, perteneciente a la familia Rickettsiaceae, que infecta tanto al perro como al hombre, causando enfermedades de curso clínico muy variable.

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    Para que las infecciones rickettsiales se mantengan en la naturaleza es necesario que exista un artrópodo vector y un hospedador vertebrado al que infectar, que es el reservorio de la enfermedad. En la mayoría de casos (excepto R. akari y R. felis) los vectores de Rickettsia spp son diversas especies de garrapatas. Por ello, la distribución geográfica de las infecciones por Rickettsia en perros dependerá de la existencia del vector en una zona determinada.1-3

    Enfermedades rickettsiales más relevantes

    Fiebre maculosa de las montañas Rocosas

    Es una enfermedad severa y potencialmente fatal tanto en el ser humano como en el perro. Esta causada por R. rickettsii, cuyo vector son las garrapatas Dermacentor spp, aunque de modo ocasional A. americanumR. sanguineus también pueden transmitirla.4 La enfermedad se encuentra ampliamente distribuida en el continente americano, donde se considera la enfermedad transmitida por garrapatas más severa, con una mortalidad en seres humanos entre 5-20%.3 R. rickettsii invade pequeños vasos sanguíneos, dañando el endotelio vascular y causando vasculitis y activación plaquetaria y del sistema de coagulación. Los signos clínicos asociados con la infección incluyen fiebre, decaimiento, anorexia, petequias y equimosis, lesiones oculares de diversa consideración, así como signos neurológicos. Con menor frecuencia se describe poliartritis, dolor muscular, vómitos, diarrea, hematoquecia, dolor cervical o neumonitis. Las alteraciones laboratoriales características incluyen:

    • leucopenia/leucocitosis, 
    • anemia, trombocitopenia, 
    • prolongación de los tiempos de coagulación, 
    • hipoalbuminemia, 
    • elevación de las enzimas hepáticas  
    • hipercolesterolemia.

    Fiebre botonosa del Mediterráneo 

    1. conorii, transmitida por la garrapata R. sanguineus es el agente causal de esta enfermedad, que puede infectar también al perro además de al hombre. La enfermedad se distribuye principalmente por los países del sur de Europa, norte de África, Oriente Medio y el subcontinente indio.3 En regiones endémicas la seroprevalencia en el perro es muy alta (56,4-82%), 5,6 mientras que la prevalencia de infección en base a los resultados de PCR es muy baja.7,8 Esto sugiere un alto grado de exposición y que en la mayoría de ocasiones las infecciones por R. conorii cursan de modo subclínico, siendo en general una enfermedad autolimitante. En cualquier caso, se han descrito algunos casos de enfermedad clínica en perros, con presencia de:
    • anorexia, 
    • fiebre, 
    • letargia, 
    • cojera, 
    • mialgia,
    • y vómito intermitente

    Las alteraciones clinicopatológicas detectadas en estos pacientes incluyeron: - 

    • trombocitopenia, 
    • anemia, 
    • neutrofilia, 
    • cambios en las proteínas plasmáticas y 
    • ligera elevación de las enzimas hepáticas.9

    Fiebre botonosa transmitida por pulgas (tifus de la pulga del gato)

    1. felis causa la fiebre botonosa transmitida por pulgas, o tifus de la pulga del gato, en personas. Se trata de una zoonosis emergente, cuyo vector principal es Ctenocephalides feliz (la pulga del gato), aunque se ha especulado con la posibilidad de transmisión por mosquitos. La enfermedad generalmente presenta un curso leve caracterizado por fiebre, mialgia y dolor de cabeza, aunque en ocasiones puede complicarse con la aparición de signos neurológicos. Se ha detectado presencia de ADN de R. felis en hasta el 11% de perros sanos en algunas regiones, lo que sugiere un curso subclínico de la infección. La infección experimental en el perro ha demostrado que la mayoría de animales se mantienen asintomáticos, aunque en algunos casos se ha reportado hiporexia, diarrea autolimitante y petequias a nivel de las encías. La rickettsemia se mantiene durante al menos 100 días.10

    rickettsia en perros

    Otras enfermedades 

    Además de la citadas, el perro podría jugar un cierto papel en la ecología de otras enfermedades rickettsiales que afectan al ser humano como las causadas por R. parkeri, R. massiliae, R. prowazekii, R. typhi y R. akari.1,3

    Diagnóstico

    El diagnóstico de las infecciones por rickettsias en perro se hace normalmente en base a los resultados de las pruebas serológicas. Es importante recordar que existe reacción cruzada entre las diferentes especies que infectan al perro, por lo que en zonas donde varias de ellas sean endémicas no será posible establecer la especie infectante en base a los resultados de la serología.1-4 La detección de IgMs en un paciente con signos compatibles confirma el diagnóstico, mientras que la detección de IgGs debe interpretarse como un contacto previo. En pacientes con cuadros agudos de enfermedad es posible la obtención de serologías negativas. Por ello, si existe sospecha clínica puede iniciarse tratamiento hasta confirmar o excluir la presencia de Rickettsias spp. mediante otras pruebas (PCR o inmunofluorescencia en biopsias cutáneas) o demostración de seroconversión.1,2 Además, en función del caso, estos resultados pueden ser usados como centinela de posibles infecciones en personas.

    Tratamiento de las infecciones por rickettsia en perros

    La doxiciclina (10-20 mg/kg/12-24horas/mínimo 7 días) se considera el tratamiento de elección en las infecciones rickettsiales del perro.1 Otros antibióticos como cloranfenicol y enrofloxacina pueden ser igualmente efectivos. Debe observarse mejoría clínica en 24-48 horas, de lo contrario debería reconsiderarse el diagnóstico.1,2

    Conclusiones

    Diversas especies de Rickettsia infectan al hombre y al perro. Aunque en la mayoría de casos se trata de infecciones subclínicas y autolimitantes, la detección de Rickettsia spp en un perro debe ser tenida en cuenta como indicador potencial de exposición en personas del entorno de ese animal. El hecho de que el perro pueda actuar como reservorio de algunas rickettsiosis humanas remarca la importancia de instaurar un control efectivo contra los vectores de dichas infecciones. 

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    Bibliografía
    1. Allison RW, Little SE. (2013). Diagnosis of rickettsial diseases in dogs and cats. Vet Clin Pathol; 42: 127-144.
    2. Greene CE, Kidd L, Breitschwerdt EB. (2012). Rocky Mountain and Mediterranean Spotted Fevers, Cat-Flea Typhuslike Illness, Rickettsialpox, and Typhus. En Green CE (ed). Infectious Diseases of the Dog and Cat. 4th ed. Elsevier Saunders: 259-270.
    3. Nicholson WL, Allen KE, McQuiston JH, et al. (2010). The increasing recognition of rickettsial pathogens in dogs and people. Review Trends Parasitol; 26: 205-212.
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    5. Solano-Gallego L, Llull J, Osso M, et al. (2006). A serological study of exposure to arthropod-borne pathogens in dogs from northeastern Spain. Vet Res; 37: 231-244. 
    6. Roura X, Breitschwerdt E, Lloret A, et al. (2005). Serological evidence of exposure to rickettsia, bartonella, and ehrlichia species in healthy or leishmania infantum-infected dogs from Barcelona, Spain. Intern J Appl Res Vet Med; 3:129-137.
    7. Movilla R, Altet L, Serrano L, et al. (2017). Molecular detection of vector-borne pathogens in blood and splenic samples from dogs with splenic disease. Parasit Vectors; 10:131.
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    9. Solano-Gallego L, Caprì A, Pennisi MG, et al (2015). Acute febrile illness is associated with Rickettsia spp infection in dogs. Parasit Vectors; 8: 216.
    10. Ng-Nguyen D, Hii SF, Hoang MT, et al. (2020). Domestic dogs are mammalian reservoirs for the emerging zoonosis flea-borne spotted fever, caused by Rickettsia felis. Sci Rep;10: 4151.