Postoperatorio esterilización gatas. Analgesia postquirúrgica
Concretamente, el dolor postoperatorio puede ser aún más difícil de identificar dado que los signos que nos indicarían dolor se mezclan con aquellos cambios fisiológicos tras un procedimiento quirúrgico.
Se han desarrollado múltiples escalas para el diagnóstico del dolor en el gato, pero muchas de ellas se basan en que el gato ya se encuentre padeciendo dolor previamente, lo que nos impide ir en contra del principio que queremos mediante el uso de analgesia: evitar que el gato en el periodo postquirúrgico tenga dolor. Así pues, dado que sabemos que la presencia de dolor se relaciona con peores resultados, el tratamiento preventivo del dolor en función del procedimiento a realizar es una aproximación correcta que permite evitar el estado de dolor postquirúrgico. Hay que conocer además que el dolor postquirúrgico se relaciona también con una serie de factores de riesgo. Por ejemplo, en gatos obesos la identificación del dolor puede ser más complicada, al igual que su manejo.
¿Qué técnicas y medicamentos tenemos a nuestra disposición para poder llevar a cabo nuestro objetivo?
A nivel farmacológico, en el gato disponemos de varias familias de fármacos: opioides, analgésicos no esteroideos (AINE) y alfa-2-agonistas.
Los opioides son fármacos que se unen a receptores específicos en el sistema nervioso (tanto central como periférico) e incluso en algunas especies a nivel de las cápsulas articulares. Mediante su unión a los receptores, los opioides previenen de la liberación de neurotransmisores excitantes disminuyendo el dolor de un estímulo, sin afectar la conducción nerviosa ni la función motora. Realizan una analgesia potente por lo que se utilizan con frecuencia en la analgesia postquirúrgica. Tienen efectos adversos importantes (bradicardia, depresión respiratoria, disminución del ritmo gastrointestinal, vómitos y náuseas ) lo que condiciona su dosis máxima.
El uso de opioides ha ido evolucionando surgiendo nuevos fármacos y vías de administración, como la buprenorfina vía transmucosa1, lo que permite tener un efecto más predecible y rápido, en comparación con otras preparaciones más tradicionales. Además, los opioides se pueden administrar localmente mediante técnicas loco regionales ya sea solos o en combinación con anestésicos. En este sentido, son ideales para la administración epidural.
Los otros fármacos, como los AINE; se tienen que utilizar con cuidado2 dado que los gatos son especialmente susceptibles a su toxicidad. Sin embargo, con un uso responsable son seguros y se han utilizado en conjunto con opioides para disminuir la dosis de estos últimos y evitar efectos secundarios en la analgesia postquirúrgica.
El uso de alfa-2-agonistas se encuentra en descenso, dado los efectos cardiovasculares de estos fármacos.
Además de los fármacos expuestos anteriormente, para el uso en analgesia postoperatoria, tenemos que tener en cuenta el posible uso de medicación adyuvante (ansiolíticos como la ketamina3) y las técnicas de bloqueo anestésico local (dependiendo del acceso quirúrgico y la cirugía) que permitirán un mejor control del dolor. Lee más sobre las esterilización de perros y gatos aquí.