Entendiendo el lenguaje de los ladridos: ¿por qué ladran los perros?
Los ladridos de los perros son una forma de comunicación fundamental para entender gran parte de su comportamiento. A lo largo de la historia de la convivencia entre humanos y perros, estos sonidos han desconcertado, intrigado y, a veces, frustrado a sus cuidadores. ¿Por qué ladran los perros? Esta pregunta ha sido objeto de curiosidad y debate a lo largo del tiempo.
En este artículo exploramos las múltiples razones que existen detrás de estas vocalizaciones; desde la comunicación y la expresión de emociones, hasta las alertas de peligro y el estrés. Al comprender las motivaciones detrás de los ladridos de los perros, podremos mejorar nuestra relación con nuestros peludos y abordar los problemas de ladridos excesivos de manera efectiva.
¿Por qué ladran los perros?
Existen diversas motivaciones, así como factores externos por los cuáles los perros ladran y expresan sus emociones para comunicarse:
- Ansiedad y estrés: la ansiedad y el estrés pueden llevar a ladridos excesivos en los perros. Esto puede ocurrir cuando se enfrentan a situaciones desconocidas, ruidos fuertes, separación de su familia o situaciones estresantes como exposición a estímulos (personas, perros, coches, bicis, patinetes, etc.).
- Aburrimiento y frustración: los perros pueden ladrar cuando se sienten aburridos o solos. El ladrido en este caso puede ser una forma de pedir atención o reclamar que su familia vuelva a casa. También existen los ladridos por frustración, como por ejemplo es el caso de perros que demandan el juego con su cuidador ladrando intensamente hasta conseguirlo.
- Demanda de necesidades básicas: los ladridos pueden ser una señal de que el perro no tiene sus necesidades básicas cubiertas como son: comida, agua, eliminación de micción y defecación en exterior, enriquecimiento ambiental, vínculo con su cuidador o falta de ejercicio mental y físico.
- Alerta y defensa: este tipo de ladrido ocurre cuando el perro vocaliza efusivamente para proteger y defender el espacio en el que se encuentra. Es importante destacar que ciertos perros criados específicamente para tareas de protección tienen una predisposición genética a mostrar este comportamiento.
- Enfermedad o dolor: el ladrido también puede ser una respuesta a la incomodidad, el dolor o malestar físico por una enfermedad.
- Aprendizaje: este tipo de ladridos sucede cuando la conducta de vocalización ha sido reforzada en el tiempo. Por ejemplo, cuando el perro nos reclama juego con pelota ladrando y nosotros accedemos a esa demanda, estamos potenciando esta forma de expresarse.
¿Es positivo o negativo dejar ladrar al perro?
Es importante observar el contexto y el comportamiento corporal del perro para determinar la motivación detrás de sus ladridos. Abordar las causas subyacentes y proporcionar una respuesta adecuada a esas motivaciones es esencial para manejar el comportamiento de ladrido de manera efectiva y comprensiva.
La respuesta a si se debe dejar que un perro ladre depende del contexto y la razón detrás de los ladridos. A continuación, se detallan algunas consideraciones a tener en cuenta:
- Causa del ladrido: es esencial para comprender qué le está pasando a nuestro animal identificar la causa principal por la que el perro muestra esta conducta. Es por ello que, si se trata de problemas de miedos, agresividades, problemas de socialización o comunicación, se recomienda acudir a un especialista que nos ayude a solucionar y/o paliar la causa directa de la reactividad del perro.
- Contexto y frecuencia: ¿en qué situaciones y con qué frecuencia ladra tu perro? Un ladrido ocasional puede ser normal, pero si es constante o en situaciones inapropiadas, puede ser necesario intervenir a fin de reducir la frecuencia e intensidad de los ladridos.
- Edad y aprendizaje: la edad del perro y su historial de socialización son también factores importantes. Los cachorros y los perros jóvenes se encuentran en una etapa de aprendizaje, tanto en lo que respecta a la comunicación como a la comprensión de su entorno. Por otro lado, los perros mayores pueden haber desarrollado ciertos hábitos de comportamiento, que pueden verse agravados por la aparición de dolor o malestar asociado a la avanzada edad.
- Impacto en el entorno: el ladrido excesivo de un perro puede tener varios impactos en su entorno y en las personas que lo rodean. Deberá tenerse en cuenta lo siguiente para valorar con qué urgencia es necesario reducir la intensidad de los ladridos: estrés para el cuidador, perturbación del sueño, aislamiento social, o molestias al resto de vecinos.
Pautas sobre qué debemos hacer si nuestro perro ladra
- Cubrir las necesidades básicas del perro.
- Controlar el entorno proporcionando estrategias para reducir el impacto visual o auditivo del estímulo que le genere estrés al perro.
- No atender a conductas repetitivas ni responder a las demandas para no reforzarlas.
- Ofrecer alternativas al comportamiento de ladrido como, por ejemplo, juegos de olfateo o interactivos.
- Reforzar cualquier estado de relajación del animal con caricias, palabras, e incluso con premios en caso necesario.
- Ofrecer enriquecimiento ambiental y cognitivo para estimular al perro a realizar actividades placenteras y reducir el estrés.
- Realizar ejercicios de gestión emocional, como, por ejemplo, inducir a la calma.
- Evitar castigos, ya que podría empeorar la situación y generar más ansiedad al perro.
- Identificar la motivación del ladrido y acudir a un veterinario especialista en comportamiento para diseñar un plan de trabajo específico en cada caso.
Conclusiones
En resumen, el ladrido en los perros es un comportamiento multifacético influenciado por una serie de factores que incluyen la genética, la socialización, el ambiente y las experiencias individuales. Los perros ladran como una forma de comunicación que puede expresar una amplia gama de estados emocionales y necesidades. Es esencial para los tutores y profesionales del comportamiento canino comprender y abordar las causas principales del ladrido en cada caso particular, utilizando métodos de entrenamiento y modificación de comportamiento que sean éticos y basados en el refuerzo positivo. La comprensión de por qué los perros ladran es fundamental para promover una convivencia armoniosa y estable entre los perros y sus cuidadores.
Preguntas frecuentes
¿Se recomienda contactar con un veterinario etólogo si el problema de los ladridos no cesa?
Sí, se recomienda contactar con un veterinario etólogo cuando el problema de ladridos de un perro persiste y no se resuelve. El clínico podrá ofrecer una evaluación profesional y soluciones efectivas para abordar el problema, mejorando así la calidad de vida del perro y de su cuidador.
¿Los ladridos pueden ser una forma de comunicación necesaria entre el perro y su cuidador?
Los ladridos pueden ser una herramienta valiosa para que los perros se comuniquen con sus cuidadores y expresen sus necesidades y emociones. Sin embargo, es importante que los tutores aprendan a interpretar los ladridos de sus perros y responder adecuadamente para asegurarse de que el animal esté cómodo y sus necesidades sean satisfechas de manera apropiada.
¿Es efectivo el uso de métodos aversivos como collares de castigo para corregir el ladrido?
El uso de collares de castigo y otros métodos aversivos para corregir el ladrido en los perros no está recomendado debido a los posibles efectos negativos en el bienestar del animal y a la falta de eficacia a largo plazo. En su lugar se promueve el uso de técnicas de modificación de comportamiento basadas en el refuerzo positivo y la comprensión de las causas subyacentes del ladrido, junto con la consulta a un veterinario etólogo en caso necesario.
Bibliografía
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