¿Por qué el IVA veterinario es diferente?
IVA veterinario: del 8% al 21%
En 2012, se aprobaron una serie de recortes para tratar de atajar la crisis económica. Entre los cambios recogidos en el Real Decreto-Ley 20/2012 se encontraba el IVA de los servicios veterinarios de animales de compañía, que se vio afectado por una subida al tipo impositivo general de 13 puntos porcentuales, al pasar a tributar del 8% al 21%.1,2
Desde entonces, las visitas a las clínicas veterinarias se han reducido un 35%, el volumen de negocio ha bajado cerca de un 12%, ha crecido el desempleo entre los jóvenes profesionales y más de 730 clínicas del estado español se han visto obligadas a cesar la actividad y a bajar sus persianas.1,2
Estos cambios han provocado un gran deterioro del sector, tanto en los indicadores económicos como en los financieros y laborales. Se ha descrito un aumento de la precariedad laboral consecuente a la caída de la tasa de estabilidad en el empleo, la del salario medio y la de la productividad por persona.1,2
Con la entrada del nuevo gobierno y su reforma fiscal, se esperaba el retorno a tipos impositivos más bajos, del actual 21% al 10%, hecho que permitiría recuperar muchos de los empleos que se perdieron, restablecer las condiciones laborales y mejorar las cuotas de cotización de los trabajadores, entre otros beneficios.1
Consecuencias de la subida del IVA veterinario
La relación existente entre la sanidad animal y la salud pública es incuestionable.1 El coste más elevado de los servicios veterinarios conlleva que las familias con animales visiten menos frecuentemente las clínicas y, a su vez, escojan tratamientos más básicos y económicos. Este patrón no solo repercute en la salud de los animales sino también en el estado sanitario de la población, dado que están íntimamente ligados. Cuando el sector veterinario sufre dificultades económicas, la salud pública suele presentar en consecuencia, cierto deterioro, porque forman parte de una única salud global.3
Crisis del COVID-19 y el sector veterinario
La crisis actual del COVID-19 ha demostrado que los servicios veterinarios son esenciales para la ciudadanía. La labor de los veterinarios se fundamenta en la salud de los animales, en la inspección diaria de los alimentos, en el control fronterizo, y todo esto se traduce en una labor de prevención de la salud pública, para toda la sociedad.4
Con todo esto, son muchas las instituciones, empresas y profesionales que siguen reclamando el retorno al tipo reducido de IVA recordando que la salud es un derecho, no un privilegio.3