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    Papilomatosis canina: utilización de cimetidina y levamisol

    La papilomatosis canina se trata de una enfermedad contagiosa, cuya transmisión puede ser por contacto directo o indirecto. La infección se manifiesta inicialmente con la aparición de pequeñas pápulas que se pueden hipertrofiar hasta formar masas más extensas.

    La papilomatosis canina se trata de una enfermedad contagiosa, cuya transmisión puede ser por contacto directo o indirecto. La infección se manifiesta inicialmente con la aparición de pequeñas pápulas que se pueden hipertrofiar hasta formar masas más extensas.


    Su tamaño es de 2 mm hasta 3 cm. Generalmente se observan en la mucosa oral pero también las podemos encontrar en lengua, paladar, faringe, epiglotis, labios, conjuntiva, córnea, párpados y piel.

    Los papilomas suelen desaparecer de forma espontánea en pocas semanas. En aquellos casos resistentes se utiliza la cirugía o medicamentos como el interferón o la azitromicina pero sin llegar a obtener resultados satisfactorios. Algunos estudios han experimentado con el tratamiento con cimetidina1.

    La cimetidina, antagonista de los receptores H2 de histamina, actúa a nivel inmunológico aumentando la inmunidad celular. Éste fármaco en uso conjunto con el levamisol se ha observado que eleva el porcentaje de curas en los casos de papilomatosis vírica recalcitrante2 (papilomas resistentes que recidivan).

    Clinical report - Dermatitis atópica canina

    En el estudio que se comenta a continuación se trataron tres perros utilizando el tratamiento combinado de cimetidina con levamisol. Se estudió el caso de tres hembras jóvenes (entre los 8 meses y los 2 años de edad) que padecían de papilomatosis canina oral de 1 a 2 meses de evolución, con papilomas localizados en la mucosa oral y en los labios. Las razas tratadas fueron un Dogo argentino, un Pastor alemán y un perro mestizo. El tratamiento administrado en todos los casos fue de una dosis de cimetidina 30 mg/kg/día y de levamisol 5 mg/kg/día durante 30 días por vía oral.

    A los 10 días de iniciar el tratamiento se observó una visible mejoría de las lesiones, consistente en la disminución del tamaño en un 50%. Los papilomas desaparecieron entre los días 20 y 30 de terapia farmacológica en todos los casos. No se observaron efectos adversos desencadenados por la medicación ni recidivas. Se puede concluir que la acción conjunta de ambos fármacos para el manejo de la papilomatosis canina ofrece una alternativa eficaz y segura de tratamiento.

    Ciertos perros son más susceptibles a la papilomatosis canina: aquellos con dermatitis atópica son más propensos a adquirir infecciones oportunistas, entre ellas las de origen vírico, dada la alteración de la integridad de la piel producida por la inflamación y el rascado e incluso por la inmunosupresión producida por los fármacos utilizados en su tratamiento (p. ej. corticoides). Para prevenir la aparición de papilomas y mejorar la sintomatología es vital proporcionar al perro una dieta basada en sus necesidades dermatológicas. En relación con la inmunosupresión, también es recomendable proporcionar una dieta especial en cachorros que ayude a reforzar su sistema inmunitario aún en formación.

    1- DeBoer, D. Inmunomodulatory therapy. Workshop on Dermatological Therapy Proceeding. Cunneo, Italy, 14-17 May 2008
    2- Parsad D, Saini R, Negi KS. Comparison of combination of cimetidine and levamisole with cimetidine alone in the treatment of recalcitrant warts. Australas J Dermatol 1999;40:93-5.

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