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    Osteomielitis

    ETIOLOGÍA: La osteomielitis es una infección del hueso. Puede ser de origen bacteriano, fúngico y vírico. El 50% de las osteomielitis están provocadas por Staphilos productores de betalactamasas. La bacteria anaeróbica más frecuente es el Actinomyces (frecuente en mordeduras por peleas). La contaminación se puede producir por fractura abierta, absceso de tejido adyacente, cirugía, cuerpo extraño, vía hematógena (raro, salvo en cachorros). El hueso es especialmente resistente a las infecciones, por lo que, además de aparecer los gérmenes infecciosos, deben darse otros factores como son la aparición de la isquemia tisular y el secuestro óseo.

    PRONÓSTICO: El pronóstico, si se usa una buena técnica, es bueno, aunque es necesario recalcar la necesidad, por regla general, de realizar una terapia antibiótica y quirúrgica de drenaje. En algunos casos son frecuentes las recidivas del proceso con aparición nuevamente de fístulas, cojeras, etc.

    SÍNTOMAS: En los casos agudos, los signos pueden ser sistémicos con fiebre, anorexia, pérdida de peso, neutrofilia con una curva desviada a la izquierda, etc. También localmente hay dolor, calor y abultamiento de la zona afectada. En los casos crónicos pueden observarse fístulas que se originan en hueso propiamente dicho. También hay linfadenopatía local, atrof ia muscular, pero sin alteraciones hematológicas.

    TRATAMIENTO: El tratamiento se realiza sobre todo con una antibioterapia a largo plazo (3 ó 4 semanas) con [cefalosporinas de 3ª generación] (cuando no se dispone de antibiograma) o con el antibiótico adecuado si se conoce el germen causante y antibiograma. En las osteomielitis crónicas no suele bastar la antibioterapia y debe instaurarse un tratamiento quirúrgico con drenaje de los secuestros y reactivación de la zona. En los casos en los que hay fracturas, se deben estabilizar completamente con una fijación externa.