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    Ojos rojos en perros: Conjuntivitis

    Los ojos rojos en perros son un síntoma común de conjuntivitis. Analizamos los principales tipos de conjuntivitis, sus causas y el tratamiento más indicado para cada caso.

    Los ojos rojos en perros son uno de los múltiples síntomas que acompañan la conjuntivitis, una enfermedad común en estos animales. Este problema es el resultado de la inflamación de la membrana conjuntiva que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados. Las razas que tienen ojos más prominentes, como pekinés, bulldog y carlino, son más propensas a sufrir conjuntivitis.


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    Los síntomas de la conjuntivitis en perros

    Los ojos rojos son uno de los síntomas más evidentes de la conjuntivitis. El organismo bombea más sangre a la zona afectada para facilitar la acción de las defensas naturales, hecho que provoca, junto con la irritación causada por el agente externo, el enrojecimiento de la esclerótica.

     

    El lagrimeo excesivo es otro de los síntomas típicos de la conjuntivitis que aparece como mecanismo de defensa para lubricar la zona afectada y limpiarla del agente que está causando la irritación.

    La conjuntivitis se acompaña además de dolor ocular, por lo que el perro parpadeará continuamente, cerrará el ojo o intentará tocárselo con la pata. También aparece inflamación de los párpados e hipersensibilidad a la luz, por lo que el perro tenderá a entrecerrar los ojos cuando haya claridad.

    ojos rojos en perros

    Causas, tipos de conjuntivitis y tratamiento

    • Conjuntivitis alérgica

    Es el resultado de una reacción alérgica, por lo que no es contagiosa. Las causas más comunes son la picadura de un insecto o el contacto con una planta irritante. También puede producirse cuando el perro entra en contacto con ácaros, polen o productos cosméticos o de limpieza del hogar.

    Este tipo de conjuntivitis tiene un buen pronóstico y suele remitir rápidamente. Se puede realizar una limpieza del ojo con suero fisiológico y aplicar antiinflamatorios esteroideos por vía oral o inyectada.

    • Conjuntivitis infecciosa

    La conjuntivitis infecciosa puede tener una causa viral o bacteriana. Los cuadros virales se propagan y contagian con relativa facilidad. Suele acompañarse de lagrimeo, costras y legañas.

    Un estudio1 realizado en 30 perros con conjuntivitis reveló que el virus herpes canino tipo 1 (VHC-1) y el adenovirus canino-2 (CAV-2) son los agentes etiológicos más comunes en la conjuntivitis, aunque también puede ser resultado de virus como el del moquillo, herpesvirus y parainfluenza.

    La conjuntivitis bacteriana se debe a la proliferación de bacterias que entran en contacto con los ojos del perro, provocando la infección. En este caso, las secreciones oculares suelen adquirir un color amarillento o verdoso.

    Es importante detectar la causa de la conjuntivitis para elegir el tratamiento más adecuado. En el caso de la conjuntivitis bacteriana, por ejemplo, se indica un antibiótico.En un estudio realizado en la Universidad de Zúrich , se estudió la aplicación de la técnica de "Cross linking de colágeno corneal con riboflavina y Radiación UV-A". Esta técnica consigue aumentar la estabilidad biomecánica de la córnea mediante la inhibición de la actividad enzimática de la colagenasa y la disminución de los puntos de unión de la misma. Adicionalmente a lo largo del proceso se generan radicales libres que destruyen los microorganismos presentes en la superficie corneal.

    Hay que recordar que, si la infección no se controla a tiempo y penetra las estructuras intraoculares, se puede producir una lesión que conduzca a una pérdida irreversible de la visión.

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    • Queroconjuntivitis seca

    También conocida como síndrome de ojo seco, cursa con una inflamación crónica de las glándulas lagrimales, la córnea y la conjuntiva. Básicamente, el animal produce menos lágrimas, por lo cual se termina resecando el ojo y afectando a la córnea.

    La ausencia de secreción lagrimal puede ser el resultado de una reacción autoinmune idiopática que destruye la glándula lagrimal y genera tejido fibroso, pero también puede deberse a otras patologías como el moquillo, una neuropatía o una blefaritis crónica.

    El tratamiento de elección se centra en la lubricación y la aplicación de estimulantes de lágrimas. La ciclosporina y el tacrolimus son eficaces en los perros que todavía conservan la función productora de lágrimas, según indicó un análisis publicado en la revista Veterinary Medicine3. No obstante, para constatar un aumento de las lágrimas hay que mantener el tratamiento durante varios meses.

    Por último, es importante tener en cuenta que normalmente no se recomienda ningún fármaco de aplicación tópica debido a que la zona ocular es muy delicada y la absorción cutánea es difícil.

    Descarga el informe: Dermatitis atópica canina

    1. Ledbetter, E. C. et. Al. (2009) Virologic survey of dogs with naturally acquired idiopathic conjunctivitis. J Am Vet Med Assoc; 235(8): 954-959.
    2. Pot, S. A. et. Al. (2014) Corneal collagen cross-linking as treatment for infectious and noninfectious corneal melting in cats and dogs: results of a prospective, nonrandomized, controlled trial. Vet Ophthalmol; 17(4): 250-260.
    3. Wooten, S. (2017) Conjuntivitis molesta. Veterinary Medicine; 12(1): 22-25.