Mastocitoma en perros: diagnóstico, tratamiento y pronóstico
Cualquier masa cutánea o subcutánea que cambie de tamaño debe ser incluida en el diagnóstico diferencial del mastocitoma en perros.
El mastocitoma es el tercer tumor más frecuente en perros y la neoplasia cutánea maligna más prevalente (16-21%) en esta especie.1-3 Generalmente los mastocitomas se ven en perros mayores, con una edad media de 8-9 años, pero se han descrito incluso en perros menores de 1 año.4 Aunque la prevalencia del mastocitoma en el perro es similar en ambos sexos, los machos presentan un 25% más de probabilidad de desarrollar un mastocitoma de alto grado.1
Las razas, bóxer, golden retriever, bull terrier; bulldog francés, shar-pei y teckel parecen más predispuestas a su padecimiento, mientras lo contrario ocurre en el Yorkshire terrier, pastor alemán, caniche, Chihuahua, y cocker spaniel. Por otra parte, se ha reportado que el riesgo de desarrollar mastocitomas de alto grado es mayor en el shar-pei y en el American Staffordshire terrier y menor en el carlino.1-2
Características clínicas
- Aproximadamente, el 86-89% de los pacientes se presentan con una masa solitaria principalmente en tronco, región perianal, miembros, cabeza o cuello: mientras que el 11-14% de los casos son de presentación múltiple. Es más probable que masas de crecimiento rápido, mal delimitadas, ulceradas o con lesiones satélites se correspondan con tumores de alto grado.
- Al mismo tiempo, los tumores de más de 3 centímetros de diámetro, ulcerados o que cursen con signos de enfermedad sistémica tienen mayor probabilidad de metástasis.
- Se ha propuesto que los que afectan al hocico (especialmente), unión mucocutánea de los labios, región subungueal, perineo, vulva y escroto presentan un comportamiento agresivo. 1
- Otros autores opinan que los tumores que afectan al escroto y al plano nasal presentan una mayor probabilidad de ser de alto grado y de metástasis tempranas.
- Aproximadamente el 50% de los casos se presentan con signos clínicos relacionados con degranulación de los mastocitos, como la aparición de eritema, edema o pápulas tras la palpación de la zona.
- Con menor frecuencia pueden presentarse cuadros de hipotensión y colapso circulatorio.
- Igualmente pueden estar presentes signos digestivos relacionados con presencia de úlceras gástricas/duodenales.
- Se ha descrito también la presencia de hipereosinofilia como un síndrome paraneoplásico asociado a la liberación de factores quimiotácticos de eosinófilos.2
Clasificación del mastocitoma en perros
- Desde un punto de vista histológico, los mastocitomas caninos pueden clasificarse de acuerdo a los criterios de Patnaik (grados I-II-III) o a los de Kiupel (bajo y alto grado). Actualmente se recomienda que los informes histopatológicos empleen ambos sistemas.2,5
- Aunque el grado histológico representa el factor pronóstico más confiable en el mastocitoma canino4 no es capaz de predecir el comportamiento del 100% de los tumores. Por ello, se han investigado distintos marcadores pronósticos (nº de mitosis, índice de proliferación Ki-67, AgNOR, proteína 7 de mantenimiento de microcromosomas, patrón de tinción de la proteína KIT, expresión de c-KIT o el hecho de que el tumor sea solitario o múltiple), si bien ninguno es 100% confiable.
- Por otra parte, y desde un punto de vista clínico los mastocitomas pueden clasificarse según los criterios de la OMS (estadios 0 a IV)1,6-7
Evaluación clínica
- El primer paso en la evaluación clínica de una masa con sospecha de mastocitoma es el examen citológico de una muestra obtenida por aspirado con aguja fina. Este examen permite un diagnóstico relativamente preciso en los mastocitomas de bajo grado, por lo que, si el tumor es susceptible de eliminación quirúrgica con márgenes amplios y no hay indicadores pronósticos negativos, la evaluación adicional prequirúrgica puede completarse simplemente con una analítica general y citología del ganglio linfático regional.
- En caso de indicadores pronósticos negativos, además de esto se indicaría ecografía abdominal y considerar citología hepática y esplénica.
- La radiología de tórax no es necesaria salvo enfermedad concomitante o para evaluar una posible linfadenopatía esternal.
- El examen de médula ósea solo se recomienda en pacientes con alteraciones hematológicas que lo sugieran, enfermedad progresiva o recaídas.1
Tratamiento del mastocitoma en perros
Cirugía
Siempre y cuando la condición clínica del animal y la localización del tumor lo permitan, la escisión quirúrgica con obtención de márgenes adecuados (2-3 cm lateral y un plano de tejido en profundidad), se considera el tratamiento de elección en el mastocitoma canino.
En mastocitomas en estadio II, la extirpación quirúrgica del nódulo linfático regional reduce el riesgo de recaída y la mortalidad, por lo que se ha recomendado la realización de una linfadenectomía durante la cirugía..1-2
Otras terapias
Desgraciadamente, la cirugía no es una opción en todos los mastocitomas, y aún siéndolo, ello no garantiza que no haya recidivas o metástasis. Por ello, se han investigado distintas terapias complementarias, que incluyen:
- Radioterapia
- Quimioterapia sistémica (múltiples combinaciones a base de vinblastina, prednisolona, lomustina, toceranib y masitinib), tanto primaria como adyuvante o neoadyuvante.
- Toglato de tigilanol.
- Electroquimioterapia.1,2
La decisión sobre qué tratamiento usar debe ser individualizada para cada paciente.
Se recomienda monitorizar estos animales un mes después del tratamiento, trimestralmente hasta los 18 meses y a partir de ahí, semestralmente. Aunque la mayoría de mastocitomas caninos se curan con el tratamiento local apropiado, en un pequeño porcentaje de casos tanto el tratamiento como establecer un pronóstico resulta muy difícil.1
Conclusiones
Nunca se debe ignorar la presencia de una masa cutánea/subcutánea en el perro. Aunque en ocasiones puede no tener relevancia clínica, también es posible que se trate de una neoplasia maligna. Por lo tanto, en esa situación siempre se recomienda realizar un aspirado con aguja con fina y posterior examen citológico.
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