Insuficiencia renal en perros: síntomas
La insuficiencia renal en perros es una patología frecuente en la práctica veterinaria. Se estima que el 5,8 % de los perros la padecen, según un análisis de historias clínicas realizado en la Universidad Estatal de Michigan (1).
Puede desarrollarse en cualquier momento de la vida del animal, aunque es más común en los canes mayores, después de los 7 años de edad, por lo que se considera una enfermedad geriátrica. De hecho, el 15 % de los perros de 10 años o más presentan cambios estructurales y funcionales del riñón. El curso clínico de la insuficiencia renal en perros es progresivo e irreversible, con tendencia a la uremia y azotemia.
Detección temprana, clave para ralentizar el avance de la enfermedad
La detección temprana de la insuficiencia renal en perros y el tratamiento adecuado retrasan la progresión de la enfermedad. Estudios realizados en la Universidad Estatal de Kansas (2) y en la Universidad de Minnesota (3) revelaron que la tasa de supervivencia de los animales afectados aumenta cuando se comienza el tratamiento y la dieta renal en los primeros estadios de la enfermedad ya que contribuyen a estabilizar la función renal. Advance Veterinary Diets Renal es el alimento desarrollado por Advance para estas necesidades médicas específicas.
Sin embargo, no siempre es posible realizar un diagnóstico precoz puesto que la enfermedad se manifiesta lentamente. Muchos de los síntomas de la insuficiencia renal no son obvios y pasan desapercibidos para los dueños de los animales. Cuando los detectan, ya suele ser demasiado tarde para tratar de manera eficaz la enfermedad. En muchos casos, cuando se diagnostica la enfermedad el perro solo dispone de un 30% de la función renal. Dado que los riñones pueden perder su funcionalidad a lo largo de los años, es importante una mantener una monitorización temprana activa.
Los síntomas de la insuficiencia renal en perros
- Pérdida de apetito. La insuficiencia renal suele causar una pérdida de apetito, la cual se exacerba debido al déficit de la capacidad olfativa y gustativa, que hacen que el animal no encuentre estimulante comer.
- Pérdida de peso inexplicable. En los perros, un estudio publicado en la revista Veterinary Medicine International (4) encontró una relación significativa entre la pérdida de peso y el riesgo de padecer una insuficiencia renal. Estiman que una pérdida de 10 kilos de peso aumenta en un 50 % las probabilidades de desarrollar la enfermedad.
- Vómitos. La acumulación de desechos en la sangre debido a que los riñones no los filtran adecuadamente, suele ser la causa de las náuseas y vómitos en la insuficiencia renal.
- Cambios en la micción. Es común que el animal sufra poliuria (excreción abundante de orina que supera los 50 ml/kg/día). También puede padecer oliguria, lo cual implica que realizará micciones con mayor frecuencia, y nicturia (micción nocturna). En esos casos, la orina suele tener un color más pálido ya que se encuentra diluida. No obstante, en las etapas finales de la enfermedad o durante las crisis renales, es común que se presente anuria; es decir, que el animal prácticamente no orine.
- Anemia. Se manifiesta a través de un sueño excesivo, fatiga y una escasa energía. Este problema se debe a la disminución de la hormona eritropoyetina como resultado del fallo renal. Esta hormona es la responsable de que el cuerpo produzca los glóbulos rojos que transportan el oxígeno a la sangre, por lo que su reducción provoca cansancio.
- Polidipsia. El animal bebe más agua de lo habitual y con ansiedad, que en los perros significa más de 100 ml/kg/día, según indicó un estudio realizado en la Universidad de Barcelona (5). Ese incremento de la sed se debe al desequilibrio hídrico provocado por la reducción de la hormona antidiurética (ADH) en plasma.
Diagnóstico de la insuficiencia renal en perros
En el examen físico, el veterinario apreciará que el animal se encuentra mucho más delgado de lo que corresponde a su raza y nivel de actividad física. También es probable que detecte una enfermedad periodontal, membranas mucosas pálidas, escaso manto de pelo, tiroides palpables y riñones pequeños. Cuando la enfermedad está avanzada, podría detectar un soplo cardíaco y presión arterial alta.
Para diagnosticar la insuficiencia renal es necesario realizar un perfil de sangre completo, incluido un perfil químico y un hemograma. También se recomienda hacer un análisis de orina, pruebas de presión arterial y, si es posible, un ultrasonido renal. Los perros con insuficiencia renal crónica suelen tener niveles anormales de electrolitos y presión arterial elevada. Los niveles de algunas enzimas, proteínas y sustancias como el nitrógeno ureico y la creatinina en sangre también serán altos.
(1) Bartlett, P. C. et. Al. (2010) Disease surveillance and referral bias in the veterinary medical database. Prev Vet Med; 94(3-4): 264-271.
(2) Grauer, G. F. (2005) Early detection of renal damage and disease in dogs and cats. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 35(3): 581-596.
(3) Polzin, D. J. et. Al. (1989) Dietary management of canine and feline chronic renal failure. Vet Clin North Am Small Anim Pract; 19(3): 539-560.
(4) Bartlett, P. C. et. Al. (2010) Case-Control Study of Risk Factors Associated with Feline and Canine Chronic Kidney Disease. Vet Med Int; 957570.
(5) Ruiz de Gopegui, R. et. Al. (2002) Aproximación al diagnóstico de poliuria y polidipsia. ConsultaVet; 92: 33-40.