Ictus en perros y principales síntomas que nos hacen sospechar
Ictus canino
El ictus es debido a una interrupción del flujo sanguíneo hacia áreas concretas del cerebro:
- Ictus isquémico o ictus embólico cuando la causa es un émbolo (trombótico o no) que obstruye el flujo sanguíneo. Provoca necrosis isquémica en el área afectada.
- Ictus hemorrágico cuando la causa es la ruptura de un vaso sanguíneo intracraneal. También aparece isquemia por presión sobre el tejido afectado.
Las zonas cerebrales afectadas tienen cierta capacidad de recuperación allí donde solo hay isquemia parcial (zona de penumbra), por lo que el animal suele recuperar la funcionalidad total o parcialmente, dependiendo de la severidad y extensión afectada.
Causas del ictus en perros
El ictus puede ser causado por enfermedades subyacentes, por ejemplo:
- Endocarditis. El foco séptico puede causar un émbolo que se desplace hasta el tejido cerebral.
- Neoplasia primaria o metastásica. Puede ser el origen de un émbolo, o bien originar hemorragia si afecta a la función coaguladora.
- Migración de parásitos o émbolo de parásitos, como por ejemplo Dirofilaria.
- Aparición de coágulo secundario a cirugía.
- Enfermedad de von Willebrand.
- Infección por Angiostrongylus vasorum.
- Plaquetopenia, que puede desencadenar el accidente cerebrovascular. La erliquiosis puede producir plaquetopenia como secuela.
Tanto la arterosclerosis como la hipertensión también son factores predisponentes para el ictus en perro. Los perros que padecen hipotiroidismo, diabetes mellitus, hiperadrenocorticismo o hipercolesterolemia hereditaria suelen desarrollar arterosclerosis. La hipertensión, por su parte, suele aparecer cuando existen otras condiciones médicas, como la enfermedad renal crónica o el hiperadrenocorticismo.
Presentación y síntomas del ictus en perro
Los signos clínicos del ictus en perros más característicos son la aparición rápida de déficits neurológicos (1). Suelen ser focalizados y están relacionados con la zona de aparición y la extensión de la lesión cerebral. Algunos de los signos que pueden aparecer incluyen:
- Convulsiones
- Hemiparesia
- Déficit de reacción postural
- Hipertermia
- Disfunción vestibular
- Déficit del nervio craneal ipsilateral
- Hemitetraparesia
- Giros de la cabeza y/o movimientos oculares.
En el ictus embólico los déficits aparecen de forma brusca y alcanzan su máxima expresión inmediatamente. En cambio, en el ictus hemorrágico o ictus isquémico trombótico, pueden ser de inicio retardado.
Diagnóstico y pruebas analíticas
El diagnóstico se confirma mediante resonancia magnética o tomografía computerizada, en la que se observará:
- En ictus isquémico: el infarto cerebral como áreas de cavitación o destrucción de tejido normalmente únicas y bien circunscritas.
- En ictus hemorrágico: lesión hemorrágica focal rodeada de hemorragias petequiales de los vasos adyacentes. El tejido alrededor del foco hemorrágico está comprimido, por lo que puede dar origen a isquemia.
Los test diagnósticos en sospecha de enfermedad cerebrovascular deben incluir un recuento de células sanguíneas, un análisis bioquímico completo y urianálisis. También se recomienda una evaluación de la función tiroidea y suprarrenal, un perfil de coagulación, medición de la presión sistólica y electrocardiograma. También es aconsejable realizar hemocultivo si se sospecha émbolo séptico. Asimismo, radiografías y ecografías pueden ayudar a descartar neoplasias o pulmonías si existe sospecha, o análisis fecales para descartar infestaciones parasitarias.
Tratamiento
La mayoría de los perros suelen recuperarse administrándoles únicamente cuidados de soporte. No hay una terapia específica, por lo que el tratamiento se centra en la prevención y el tratamiento de la enfermedad subyacente, si se identificara.
En la prevención del ictus del perro es fundamental conservar la salud del canino mediante ejercicio frecuente y una alimentación adecuada. Asimismo, los controles veterinarios periódicos y el control parasitario reducirán mucho el riesgo de ictus y otras enfermedades.
(1) Wessmann A, Chandler K, Garosi L. Ischaemic and haemorrhagic stroke in the dog. The Veterinary Journal, 2009 Jun;180(3):290-303
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