Hernia discal en perros: diagnóstico por imagen y tratamiento
- Degeneración condroide, ocurre predominantemente en perros condrodistróficos (Bulldog, Beagle, Pekinés, perro tejonero), el núcleo pulposo del disco intervertebral se deshidrata, sus células se degeneran y toda la estructura se calcifica distróficamente. Esta degeneración cambia la distribución de la presión intradiscal provocando focos de tensión mecánica en el anillo fibroso, pudiendo llegar a provocar la rotura del anillo y liberar el núcleo degenerado. Esta extrusión puede ocurrir en cualquier dirección, pero con frecuencia se dirige de manera dorsal. Hansen definió la hernia nuclear posterior como "tipo I".2,3
- En la degeneración fibroide, que ocurre predominantemente en perros no condrodistróficos (pastor alemán, dálmata, collies), el anillo es el foco del proceso degenerativo. Las fibras del anillo se dividen entre sí, lo que permite la acumulación de líquido tisular y plasma. Con el tiempo este proceso degenerativo provoca un engrosamiento del anillo, especialmente dorsal. Esto puede hacer que el anillo sobresalga hacia el canal vertebral, donde puede comprimir la médula espinal o las raíces del nervio espinal. Este tipo de degeneración puede conducir a una hernia “tipo II” de Hansen.2,3
Síntomas
En general, se pueden identificar 3 síndromes asociados con la degeneración del disco intervertebral sintomático por la compresión o lesión de los nervios que atraviesan la médula espinal:2
- Dolor lumbar.
- Ataxia aguda y crónica.
- Paresia.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa generalmente en el examen clínico, diagnóstico diferencial y en técnicas de diagnóstico por imagen avanzadas. Los datos de la exploración física por lo común son normales en los pacientes con enfermedad discal toracolumbar asintomática. Las observaciones del examen neurológico varían de acuerdo a la localización anatómica de la extrusión, duración de la compresión y fuerza compresora en el momento de la extrusión discal.2,3
A pesar de la alta sensibilidad reportada de la radiografía para localizar la lesión, esta modalidad no se puede usar sola porque no proporciona información sobre la lateralización de la extrusión, extensión y grado de compresión de la médula espinal y presencia de otras lesiones.3 Sin embargo, la mielografia, la tomografía computarizada y la resonancia magnética se han utilizado con éxito para identificar evidencia de compresión, localizar el lugar y la característica de la hernia discal.3,4
- Radiografías: Las de estudio lateral y ventrodorsal deben realizarse bajo anestesia general para reducir el movimiento. La evidencia radiográfica de mineralización soporta la evidencia de degeneración, pero no la hernia de disco. Esta calcificación se ve rara vez en el momento del diagnóstico. La calcificación de los discos es un importante factor de predicción de hernia discal y también un factor de riesgo de hernia recurrente después de una cirugía. Otros cambios radiográficos pueden ser el estrechamiento o el acuñamiento del espacio, el estrechamiento de las facetas articulares, el estrechamiento o el aumento de la opacidad del foramen intervertebral y el fenómeno del vacío.3
- Mielografía: La mielografía ha sido la modalidad de imagen estándar para diagnosticar la extrusión intervertebral en perros. La mielografía lumbar es más exigente técnicamente que la cervical, pero es más probable que muestre lesiones toracolumbares porque la inyección puede realizarse bajo presión con un riesgo reducido de convulsiones.3
- Tomografía computarizada: Es un instrumento de diagnóstico sensible y no invasivo que puede utilizarse como complemento de la mielografía o como único procedimiento de diagnóstico para evitar los posibles efectos secundarios de la anterior. Es rápida, no tiene efectos secundarios conocidos (aparte de la exposición a la radiación), proporciona información sobre la lateralización de las lesiones y tiene el potencial de que las imágenes se reformateen en otros planos de imagen y en imágenes tridimensionales para mejorar su valor diagnóstico.3
- Resonancia magnética: Se considera el mejor método de diagnóstico para la detección precoz de la degeneración de los discos en los perros y para obtener imágenes de la médula espinal cervical, los discos y las estructuras asociadas. Se considera superior a la mielografía para diagnosticar las compresiones extradurales causadas por hemorragia.3
Tratamiento y profilaxis
El tratamiento de la degeneración del disco intervertebral ha generado mucha controversia a lo largo de los años. Esta surge porque hay una marcada tendencia a la recuperación espontánea de la función después de lesiones en el sistema nervioso y, por lo tanto, existe discrepancia sobre la medida en que la intervención quirúrgica es necesaria para ayudar en la recuperación.2
El principal tratamiento conservador para la compresión crónica consiste en reposo absoluto con confinamiento, antiinflamatorios, relajantes musculares, analgésicos y corticosteroides utilizados en dosis antiinflamatorias. Estos fármacos disminuyen la permeabilidad vascular y, por lo tanto, disminuyen la acumulación de líquido edematoso dentro del tejido comprimido, aliviando así los signos clínicos asociados con la compresión.2,3
La descompresión quirúrgica con extracción de materiales de disco extruidos es una modalidad de tratamiento bien aceptada para pacientes con déficits neurológicos graves o progresivos y también se ha recomendado para pacientes con déficits neurológicos mínimos o solo dolor lumbar. La descompresión quirúrgica tradicional de la extrusión toracolumbar discal se puede lograr mediante laminectomía dorsal y hemilaminectomía.2,3
Una forma de cirugía sencilla es la fenestración. En este procedimiento, el núcleo pulposo de las vértebras lumbares se extrae a través de una pequeña ventana creada en el anillo fibroso. Este es un procedimiento profiláctico que limita las extrusiones de disco adicionales. El material del disco dentro del canal vertebral no se elimina y si el perro tiene una compresión severa de la médula espinal, la recuperación neurológica se prolongará y / o habrá déficits neurológicos residuales. Las fenestraciones pueden realizarse o no en combinación con una técnica quirúrgica descompresiva.3
Pronóstico
Las extrusiones de disco con hemorragia extensa parecen tener una tasa de curación más baja después de la cirugía de descompresión. La pérdida de la percepción del dolor profundo se considera el único signo clínico que afecta negativamente el pronóstico con tasas de éxito quirúrgico que oscilan entre 0-76% y un promedio del 50%.5
Un campo de investigación prometedor es la investigación de biomarcadores detectados en el suero o líquido cefalorraquídeo. Estos se originan en el tejido nervioso y podrían usarse en el futuro para evaluar la gravedad del daño a nivel de la médula espinal.5