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    Hepatitis canina crónica: Diagnóstico, tratamiento y pronóstico

    El concepto de hepatitis crónica canina (HCC) engloba un grupo de enfermedades hepáticas caracterizadas por la presencia de inflamación y necrosis, en la mayoría de las cuales no se conoce la causa que las provoca. En estas últimas, se aplica el término de hepatitis crónica idiopática, quedando excluidas las infecciones, las que están en relación con el cobre así como con fármacos.

    ¿Qué es la hepatitis canina crónica?

    Actualmente se han unificado los criterios en la definición y nomenclatura y se define como hepatitis crónica canina la presencia de una inflamación moderada a severa en las regiones portales, con necrosis de los hepatocitos adyacentes al espacio portal, en ocasiones uniéndose entre lóbulos hepáticos en perros con signos clínicos y alteraciones laboratoriales de enfermedad hepática.

    Entre las causas más estudiadas están las relacionadas con acúmulos de cobre en el interior de los hepatocitos. En muchos casos, la hepatitis crónica evoluciona hacia una cirrosis. Hay una clara predisposición racial en los Bedlington Terrier, West Highland White Terrier (WHWT), Dobermann, Cocker Spaniel y Americano, Caniche y Labrador Retriever.

    De entre las de etiología infecciosa, cabe destacar la hepatitis crónica canina asociada a la leishmaniosis canina (leishmania infantum) (si quieres más información sobre la leishmaniosis haz clic aquí)

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    Pruebas diagnósticas

    • Histología: a través de biopsia hepática, es fundamental para el diagnóstico de la hepatitis crónica canina. La gravedad viene reflejada por la necro-inflamación (mínima, media moderada o grave), y la cronicidad refleja la extensión de la fibrosis (nula, media, moderada, grave o cirrosis).
    • Ecografía: se pueden observar masas, microhepatía, anomalías venosas, y cambios biliares, asociados muchos de ellos con alteraciones histopatológicas específicas. Sin embargo, las anomalías ecográficas hepáticas tienen limitaciones importantes en la predicción de la enfermedad hepática subyacente.
    • Laboratorio: la analítica mostrará alteraciones del hemograma (anemia, leucocitosis, trombocitopenia), coagulopatía (alargamiento de PT y APTT, disminución plaquetaria, AT y factor IX, sobretodo en presencia de cirrosis), alteraciones bioquímicas (elevación de transaminasas y fosfatasa alcalina, hipoalbuminemia, hipocolesterolemia, hiperglobulinemia).

    Síntomas

    La mayoría de las veces presentan signos clínicos inespecíficos que se suelen detectar cuando la enfermedad está ya avanzada o casualmente, en un análisis rutinario.

    Los perros con hepatitis crónica asociada al cobre desarrollan los signos clínicos tarde en el curso de la enfermedad, aunque el cobre puede empezar a acumularse a los 5-6 meses de edad (Labrador Retriever).

    En relación al cuadro clínico, cabe destacar:

    • Cuando los perros no padecen un fallo hepático, suelen mostrar letargo, falta de apetito, pérdida de peso y/o vómitos.
    • Cuando existe fallo hepático (cirrosis), se suma con frecuencia diarrea, debilidad, poliuria/polidipsia, puede haber ictericia y/o ascitis (infrecuente) y raramente se han observado convulsiones (por encefalopatía hepática), sangrado y fiebre.
    • Según la raza, hay algunos datos característicos:
      • BEDLINGTON TERRIER. Se pueden presentar tres maneras diferentes: cuadros agudos en los que destaca anemia hemolítica asociada al cobre, con hemoglobinuria e ictericia debido a necrosis hepática aguda en perros menores de 6 años con un índice de supervivencia bajo; en animales adultos y viejos, cuadro progresivo y lento; hay un grupo de animales asintomáticos que pueden evolucionar a cualquiera de los dos cuadros anteriores.
      • WHWT. Animales asintomáticos, cuadros inespecíficos.
      • DOBERMANN. Predisposición marcada en hembras de cualquier edad. Cuadro clínico asociado a enfermedad hepática crónica.
      • COCKERS. Predisposición en machos jóvenes adultos, cuadro clínico severo.

    La hepatitis crónica idiopática afecta a perros adultos, sin predisposición sexual ni racial, con un cuadro de enfermedad hepática crónica.

    Tratamiento de la hepatitis canina crónica

    El tratamiento se basa en el uso de quelantes del cobre (penicilamina y trientine), en el caso de HC en Bedlington Terrier. En el resto, tratamiento de soporte, y puede ser efectiva una alimentación con baja concentración en cobre.

    Pronóstico

    Se asocian a un mal pronóstico la ausencia de un diagnóstico precoz, los signos de evolución a cirrosis hepática y el aumento de bilirrubina total sérica en la hepatitis crónica canina idiopática según la literatura encontrada.

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