Enfermedades de la membrana nictitante del gato
Introducción
La membrana nictitante del gato o tercer párpado puede considerarse un pliegue conjuntival que protruye desde el canto medial hacia la superficie anterior del globo. En su interior se sitúa un cartílago en forma de T, cuya parte horizontal es paralela al borde libre de la membrana. El estroma de la membrana nictitante está formado por tejido conectivo que da soporte al tejido glandular y linfoide, estando la porción distal de la superficie palpebral de la membrana cubierta por un epitelio escamoso estratificado no queratinizado, mientras que la superficie bulbar aparece histológicamente lisa. La membrana nictitante contiene también una glándula lacrimal accesoria.
En otras especies, el movimiento de la membrana se realiza totalmente de modo pasivo, gracias a la contracción del músculo retractor ocular, que retrae el globo hacia el interior de la órbita y desplaza la grasa orbital. Sin embargo, el gato presenta también unos finos haces de tejido muscular liso que pueden facilitar en cierta medida el movimiento del tercer párpado.1
En condiciones normales, el tercer párpado permanece retraído y solo se expone con cambios en la posición del globo (enoftalmos o exoftalmos) o con la pérdida de tono simpático, lo que lleva a una elevación de la membrana. Además, también puede ser visible si se inflama como consecuencia de un proceso neoplásico o inflamatorio.2
Enfermedades de la membrana nictitante del gato
Las enfermedades más frecuentes de la membrana nictitante del gato incluyen el síndrome de Horner, protrusión bilateral del tercer párpado, neoplasias, prolapso de la glándula lacrimal y la eversión del cartílago de la membrana nictitante.
Síndrome de Horner
El síndrome de Horner es debido a una alteración en la inervación simpática.
Clínicamente se manifiesta con elevación del tercer párpado, miosis, ptosis y enoftalmos, siendo las 2 primeras las manifestaciones más constantes de la enfermedad en el gato.
Las causas de síndrome de Horner felino incluyen: pólipos nasofaríngeos, ablación del canal auditivo, osteotomía de la bulla timpánica, ablación química o por radiofrecuencia de tejido tiroideo, enfermedad del disco intervertebral, traumatismos de la cabeza, cuello o pared torácica, neoplasias espinales o mediastínicas, otitis medias, limpieza del canal auditivo externo, cirugías cervicales, avulsión del plexo braquial, cateterización de la arteria carótida común, parálisis por garrapatas e hipervitaminosis A.2
El tratamiento y pronóstico de esta condición depende obviamente de su etiología. Si la protrusión de la membrana afecta a la visión del paciente puede administrarse fenilefrina, pero no existe tratamiento específico. En cualquier caso, y aun cuando los signos sean persistentes, se trata más de un problema cosmético que no suele afectar a la calidad de vida del paciente.3
Protrusión bilateral
La protrusión bilateral de la membrana nictitante en gato puede observarse sin que exista ninguna otra alteración ocular. Generalmente se asocia a enfermedad sistémica, deshidratación, o simplemente pérdida de grasa orbital y masa muscular en gatos geriátricos. También se ha descrito en gatos con diarrea, en los que podría guardar relación con una infección por Toravirus.2,4.
En ausencia de otros signos clínicos no se indica tratamiento alguno para esta alteración, que suele resolverse sola, aunque puede tardar varias semanas.2
Neoplasias de la membrana nictitante en gatos
Se consideran poco frecuentes. Se han descrito mastocitomas, hemangiosarcomas, fibrosarcomas, adenocarcinomas, melanomas, linfomas y carcinomas de células escamosas, si bien en este último caso generalmente se consideran una extensión de una neoplasia palpebral preexistente. Un estudio reciente reportó que la neoplasia más frecuente era el adenocarcinoma.2,5
En función de la naturaleza y extensión de la masa se indica su extirpación conservadora o la escisión quirúrgica del tercer párpado completo.2
Prolapso de la glándula lacrimal de la membrana nictitante del gato
Comparado con su prevalencia en perros, el prolapso de la glándula lacrimal de la membrana nictitante en gato se considera una enfermedad poco frecuente.2,6
Se ha descrito principalmente en gatos Birmanos, y en menor medida en Persas y Europeos de pelo corto. En los Birmanos el prolapso glandular puede deformar el cartílago palpebral. Al contrario de lo que ocurre en el perro, especie en la que esta enfermedad suele afectar a animales jóvenes (< 2 años), en el gato se ha descrito hasta en pacientes de 6 años.
El tratamiento consiste en la reposición quirúrgica de la glándula prolapsada. Al igual que en el perro, está contraindicada la escisión glandular por el riesgo de desarrollar queratoconjuntivitis seca, lo que ha sido reportado en gatos Birmanos. En caso de deformación del cartílago el tratamiento es la resección quirúrgica.2
Eversión del cartílago de la membrana nictitante del gato
Se considera una enfermedad rara comparada con la casuística que presenta en perros, probablemente debido a la existencia de diferencias anatómicas e histológicas entre el tercer párpado felino y canino. En cualquier caso, el manejo quirúrgico es similar en ambas especies, si bien el procedimiento puede ser algo más complejo en el gato.6
Conclusiones
Aunque las enfermedades de la membrana nictitante son menos frecuentes en gato que en perro debemos estar familiarizados con ellas. En pacientes con síndrome de Horner o con protrusión de la membrana debemos hacer una buena anamnesis para intentar encontrar la causa. Por otra parte, la citología o cirugía con posterior biopsia deberían ser nuestra recomendación inicial si existe sospecha de neoplasia.