Edema corneal en perros: causas y tratamiento
Fisiopatogenia
La función del endotelio corneal es decisiva para el mantenimiento de la deshidratación y del grosor corneal. Tanto en edemas de origen epitelial como endotelial, al hidratarse el estroma corneal, las fibras de colágeno que lo conforman se engrosan y pierden su equidistancia, haciendo que la luz sea refractada y la córnea pierda su transparencia, dando un aspecto azulado o edematoso característico.
En perros, la densidad celular endotelial media es de 3600 células/mm,2 pero a medida que el animal envejece, se reduce pudiendo llegar incluso al 50 % de su dotación endotelial inicial. Los cambios morfológicos se deben principalmente a la ausencia de actividad mitótica de las células endoteliales en la mayoría de especies animales. Al no haber renovación celular, el defecto que dejan las células muertas que se descaman hacia el humor acuoso es cubierto por la hipertrofia de las células colindantes, que se alargan y adelgazan para cubrir el defecto, cambiando su morfología habitual. Como consecuencia de esta reparación, la hexagonalidad de las células disminuye (aumenta el pleomorfismo) y las diferencias de tamaño entre células son mayores (aumenta el polimegatismo). Si, por el contrario, la lesión endotelial es tan extensa que reduce la densidad por debajo de 500 células/mm2, la función endotelial se ve comprometida y se acumula agua en el estroma corneal, produciéndose un edema marcado.1
Etiología
Entre las patologías en las que aparece el edema corneal como signo clínico, nos encontramos con:1
- Distrofia endotelial corneal (DEC): aparición de edema corneal espontáneo y progresivo como consecuencia de células endoteliales anormales y distróficas. La lesión inicial suele ser focal y situada en la zona temporal, aunque progresa durante meses a años y acaba afectando la totalidad de la córnea. Cuando el edema es severo pueden formarse bullas epiteliales que desprenden el epitelio y causan úlceras corneales dolorosas. En casos severos, puede incluso aparecer neovascularización corneal.
- Degeneración endotelial senil (DES): cursa con diferentes grados de edema corneal sin otros signos asociados, en pacientes de edades avanzadas. Algunos perros de más de 8 años de edad también desarrollan, sin motivo aparente, edema corneal difuso de diferente grado que puede afectar a la totalidad de la superficie corneal.
- Glaucoma: El glaucoma se asocia frecuentemente a edema corneal, siendo la compresión directa del endotelio el mecanismo patogénico más probable.
- Luxación anterior de cristalino: La luxación anterior de cristalino se ha asociado clínicamente con edema corneal difuso. El contacto directo del cristalino con el endotelio parece ser la causa más probable del daño endotelial y de la aparición del edema.
- Endotelitis canina por adenovirus o enfermedad del ojo azul: El adenovirus canino de tipo 1 (CAV1) es el agente causal de la hepatitis infecciosa canina. Los signos oculares suelen manifestarse en el 20 % de los casos de infección natural. Estas lesiones suelen presentarse de 1 a 3 semanas después de la infección, son unilaterales e incluyen principalmente edema corneal severo.
En general, determinar la causa del edema es sencillo utilizando los test de diagnóstico rutinarios y mediante diagnóstico diferencial.2
Tratamiento del edema corneal en perros
El tratamiento del edema corneal depende de la causa subyacente, y puede incluir antibióticos de uso tópico, antiinflamatorios hipotensores o tratamientos hiperosmóticos. De estos últimos, sólo el cloruro sódico está aprobado para edema corneal, al 5% en solución o inyectable.2
Este tratamiento en el caso del DEC y DES es paliativo, por lo que deberá mantenerse durante toda la vida o hasta que aparezcan complicaciones que requieran tratamiento quirúrgico (úlceras corneales recidivantes).1
Por otra parte, entre los fármacos destinados a tratar el glaucoma cabe destacar los inhibidores de la anhidrasa carbónica.1
Y por último en los casos de CAV1, el tratamiento consiste en la administración de sustancias hiperosmóticas tópicas y antiinflamatorios esteroideos para el control de la inflamación intraocular. En algunos casos se recomienda la administración de midriáticos de corta duración para evitar sinequias posteriores secundarias a la inflamación del segmento anterior.1