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    Dietas caseras para pacientes renales

    Las dietas caseras en pacientes renales son una alternativa a las dietas comerciales para el tratamiento de la insuficiencia renal crónica (IRC). 

    Introducción

    El manejo dietético en la IRC es una de las principales herramientas para aminorar los signos clínicos relacionados con la uremia característica de esta enfermedad y reducir o detener la progresión del daño renal. Aunque existen multitud de dietas comerciales enfocadas a esta enfermedad, frecuentemente los propietarios están interesados en dar dietas caseras, preparadas por ellos mismos. En este artículo comentaremos algunas de las pautas a seguir en la elaboración de dietas caseras para pacientes renales. Aun así, es muy importante tener en cuenta que esto son solo pautas y que la formulación de la dieta siempre debe ser llevada a cabo por nutricionistas veterinarios certificados para evitar errores que puedan poner en peligro a nuestras mascotas.  

     

    Clinical Report: Línea de investigación Urinary Feline [Estudios sobre la mineralización del agua, y su relación con las FLUTD]

     

    Factores a tener en cuenta en dietas caseras para pacientes renales

     

    Agua

     

    Es muy importante evitar la deshidratación. A pesar de la polidipsia compensatoria que se da en la IRC, se debe asegurar que el animal beba agua. Es recomendable proveer diferentes cuencos o bebederos, especialmente en el caso de los gatos, para favorecer la ingesta de agua. Las dietas caseras, además, van a aportar más humedad que un alimento seco extrusionado, especialmente con la inclusión de ingredientes altos en agua como ciertas verduras.

     

    Proteínas

     

    Se recomienda la restricción de proteínas moderada para tratar los signos clínicos de la IRC. Aun así, a diferencia de lo que se ha visto en otras especies, en perros y gatos no está claro que esta reducción proteica vaya asociada a la reducción o detención de la progresión de la IRC. De todas formas, se suele recomendar administrar una cantidad óptima de proteínas (no excesivamente baja) y calorías no proteicas para evitar el catabolismo. De esta manera, se busca evitar la acumulación de urea y otros compuestos nitrogenados producto de la degradación proteica muscular o del exceso de proteína en la dieta, responsables de la aparición de signos clínicos como náuseas, vómitos o diuresis osmótica, y del daño a las nefronas activas.

     

    La restricción de proteínas se realizará en función de los signos clínicos del paciente y el grado de deterioro de la función renal, procurando la mínima reducción posible. Además, el tipo de proteína debe ser muy digestible y de alto valor biológico como, por ejemplo, los huevos, los aislados de proteínas y de soja y algunas carnes magras musculares.

     

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    Grasas

     

    Las grasas aportan calorías no proteicas y mejoran el sabor de la dieta. Además, aumentan la densidad energética, por lo que disminuye el volumen de ingesta necesario, reduciendo vómitos y náuseas.

     

    Aun así, la hiperlipidemia está ligada a la progresión de la IRC en perros, así que el tipo de grasa es importante. Se recomienda el uso de fuentes de ácidos grasos insaturados de la familia omega-3 por su efecto protector sobre la función renal y antiinflamatorio. Éstos se pueden encontrar en alimentos como aceites de pescados marinos o aceite de lino

     

    Fósforo

     

    Se debe reducir el fósforo en la dieta para controlar la hiperfosfatemia y el hiperparatiroidismo secundario a la insuficiencia renal. En casos en que el fósforo sérico está ligeramente elevado, puede bastar la restricción de proteínas (origen principal del fósforo) y potenciar el consumo de proteínas con una cantidad reducida de fósforo como pechuga de pavo, cordero, pescado blanco o huevos (en especial la clara). Sin embargo, si la enfermedad progresa será necesario también el uso de quelantes de fosfato intestinales.

     

    Fibra

     

    El uso de fibras fermentables, como la pulpa de remolacha, desplaza en parte la excreción de urea desde los riñones, a través de la orina, hasta el intestino grueso, a través de las heces. Esto es debido a que promueven el crecimiento bacteriano en el aparato digestivo, captando un mayor nivel de compuestos nitrogenados para su uso.

     

    En gatos no hay tanta evidencia respecto a la efectividad de las fibras en este aspecto, aunque en perros sí que es una recomendación aceptada.

     

    Además de la captación de la carga urémica, las fibras fermentables pueden ayudar regulando la disbiosis, muchas veces presente en pacientes con IRC.

     

    Otros nutrientes

     

    Se debe asegurar un aporte adecuado de potasio para evitar la hipopotasemia que puede aparecer en IRC, sobre todo en gatos.

     

    La pérdida excesiva de vitaminas hidrosolubles debido a la poliuria hace necesario también el uso de suplementos vitamínicos para evitar un déficit de estas.

     

    Una menor masa renal debida a la IRC provoca la acumulación de amoníaco en el tejido renal, que tiene efectos tóxicos locales e incluso puede contribuir a producir acidosis metabólica sistémica; el uso de bicarbonato de sodio puede ayudar a reducir estas lesiones y tratar la acidosis metabólica.

     

    Por último, antioxidantes como la vitamina E, vitamina C o la luteína son útiles para reducir el daño renal por daño oxidativo.

     

    Conclusión

     

    La dieta casera para pacientes renales es posible y puede presentar alguna ventaja sobre las dietas comerciales, sobre todo en cuanto a la adaptación individualizada a las características del paciente. Asegurar una buena hidratación, un aporte de calorías de origen no proteico, proteínas de alto valor biológico y bajo nivel de fósforo, son puntos importantes en la formulación de dietas para este tipo de pacientes, que siempre deben ser prescritas por nutricionistas certificados.

     

     

    Descarga el informe del tracto urinario inferior felino

    Preguntas

     

    ¿Qué alimentos debemos evitar en pacientes con IRC?

     

     Se deben evitar fuentes ricas en ácidos grasos omega-6 y priorizar los omega-3, se deben evitar alimentos ricos en fósforo (como huesos, órganos o arroz integral), proteínas de baja calidad y un consumo excesivo de sal.

     

    ¿Qué beneficios conlleva una dieta casera en vez de una comercial en pacientes con IRC?

     

    La elaboración de dietas caseras permite tener una mayor flexibilidad sobre la cantidad de nutrientes y el tipo de ingredientes que se incluyen, facilitando adaptar la fórmula a las necesidades individuales del paciente y al estadío de la enfermedad. Además, para algunos animales pueden ser más apetecibles que las comerciales, lo cual es de especial importancia en casos de IRC, donde hay tendencia a la anorexia, especialmente en gatos.

     

    ¿Qué posibles riesgos tiene una dieta casera en vez de una comercial en pacientes con IRC?

     

    Las dietas comerciales son más fáciles de usar, ofrecen una garantía y su formulación es constante. La elaboración de dietas caseras requiere tiempo y especial atención, ya que los ingredientes estarán cuidadosamente seleccionados. Además, una dieta casera siempre debe ser prescrita por un nutricionista cualificado; de lo contrario, la salud y progresión de la enfermedad del animal podría verse empeorada. 

    Bibliografía
    Ackerman, N. (2008). Companion Animal Nutrition: A manual for veterinary nurses and technicians. Butterworth Heinemnn, Elsevier.
    Case, L.P. et al. (2000). Canine and Feline Nutrition; a resource for companion animal professionals. 2ª edición. Mosby.
    Davies, M. (2014). Variability in content of homemade diets for canine chronic kidney disease. Veterinary Record, 174(14): 336-62.
    Guidi, D. (2020). Nutrición y dietética del perro y el gato; guía para el veterinario. Edra, Grupo Asis.
    Villaverde, C. & Hervera, M. (2015). Manual práctico de nutrición clínica en el perro y el gato. Multimédica Ediciones Veterinarias.