¿Cursos veterinaria? Muchos, pero ¿y cursos de gestión?
¡Necesitamos formación en gestión!
Muchos centros veterinarios son empresas de dimensión pequeña o mediana, que no pueden permitirse la contratación de directivos profesionales altamente cualificados. Sin embargo, la gestión de estas empresas no es tarea sencilla:
- hay que ofrecer un servicio de calidad a los clientes,
- hay que comunicar eficazmente hacia dentro y hacia fuera de la propia empresa,
- hay que llevar un buen control de los inventarios,
- hay que motivar y supervisar a un equipo humano,
- hay que
La lista es interminable y en ocasiones abrumadora.
Para complicar todavía más las cosas, si eres propietario de una clínica o tienes previsto serlo próximamente, lo más probable es que no hayas recibido formación de gestión mientras completabas tus estudios en la Facultad. Y además, resulta que tu vocación no es la de gestionar una empresa, sino la de ejercer la medicina veterinaria. Es decir, muchos veterinarios llegan a la gestión más por obligación que por convicción.
Cuando uno pasa de ser empleado veterinario a propietario de un centro veterinario, se produce un cambio trascendental con implicaciones que, a veces, te resistes a aceptar: mientras que el empleado veterinario vuelca su atención en satisfacer las necesidades de los pacientes y sus dueños, las obligaciones del propietario de una empresa veterinaria van bastante más allá.
El empresario tiene responsabilidades éticas, legales y profesionales hacia el resto de socios o accionistas (si los hay), los proveedores comerciales, el estado y sus empleados.
En muchas grandes empresas, la propiedad del negocio está separada de su gestión. Como propietario de una clínica veterinaria no estás obligado a ser también el gerente, pero sí estás obligado a asegurarte de que alguien gestiona tu empresa. Es decir, si eres el propietario de un centro veterinario tendrás que llevar a cabo labores gerenciales o contratar a un gerente profesional; si hablamos de un gran centro con varios socios y una estructura potente podrás plantearte contratar a ese profesional, si no te va a tocar a ti y necesitarás formarte para ello.
Cursos veterinaria: soy veterinario frente a dirijo un centro veterinario
¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre ejercer como veterinario o como director de un centro veterinario?
Mientras que la efectividad de un veterinario se puede medir por lo que hace, la efectividad del director de un centro veterinario se mide por lo que hace hacer. Un buen director o gestor debe planificar, organizar, liderar y supervisar la utilización de los recursos humanos y materiales de su centro veterinario para que pueda alcanzar sus objetivos.
Esto significa que debe dedicar tiempo y compromiso a liderar a su equipo de personas. Según explica Caroline Jevring en su libro Managing a Veterinary Practice (2nd edition), el gestor de un centro veterinario debería repartir aproximadamente su tiempo de la siguiente manera:
Si eres el propietario del centro veterinario y no te ves capaz o con la motivación necesaria para dedicar una parte importante de tu tiempo a dirigir personas, tienes que delegar esta responsabilidad en un gestor profesional.
En los siguientes post de Gestión de una clínica veterinaria en este blog te daremos unas cuantas nociones acerca de cómo comenzar a andar este camino, el de ser un buen director de tu centro veterinario.
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