Cuello uterino cerrado en gatas: Un problema que acarrea múltiples complicaciones
El cuello uterino de las gatas sufre varios cambios a lo largo de su ciclo reproductivo. Se ha demostrado (1) que cuando los niveles de estrógeno y estradiol son elevados, el cuello uterino se mantiene abierto, pero cuando esos niveles descienden y aumenta el nivel de progesterona, el cuello uterino se cierra.
Se trata de un proceso natural que facilita la reproducción. Sin embargo, hay veces que el cuello uterino permanece cerrado, dando paso a complicaciones muy peligrosas, como la piometra cerrada.
Cuello uterino cerrado: Precursor de la piometra cerrada
El cuello uterino cerrado es una de las causas más frecuentes de la piometra cerrada en las gatas. La piometra es una infección grave de inicio súbito que se caracteriza por la acumulación de pus y secreciones en el interior del útero.
Entre la primera y octava semana después del inicio del celo se produce una respuesta inadecuada a la secreción de progesterona, lo que aumenta el grosor de la pared interna del endometrio y estimula la aparición de pólipos que se mezclan con el tejido endometrial normal, una alteración que puede dar lugar a una hiperplasia endometrial quística.
Esta condición dificulta el drenaje de las secreciones uterinas y crea las condiciones adecuadas para la proliferación de bacterias provenientes de la vagina. Por otra parte, la progesterona empieza a estimular la secreción de moco cervical y reduce la contractibilidad del útero, lo que conduce al cierre del cuello uterino y dificulta la salida de esas secreciones.
En estos casos, si la enfermedad no se detecta a tiempo, la acumulación de pus puede provocar la distensión del útero, lo que significa que puede romperse con facilidad, de manera que se disemina la infección dentro de la cavidad peritoneal, produciendo así una peritonitis.
Algunos de los síntomas que revelan el proceso infeccioso son los vómitos, la inapetencia y la depresión en el comportamiento de la gata, así como una distensión abdominal evidente. En algunos casos puede aparecer fiebre e hipotermia. No obstante, a diferencia de la piometra abierta, en la piometra cerrada no aparece secreción vulvar.
Las causas de la piometra cerrada
1. Monta no fértil. A diferencia de las perras, las gatas tienen un ciclo estral con ovulación inducida, esto significa que su ciclo se activa como resultado de una estimulación mecánica de la vagina que estimula la liberación de la hormona luteinizante que a su vez, induce la ovulación. Por tanto, una de las causas más comunes de la piometra en gatas es una monta no fértil, en la que se activa la ovulación pero la gata no queda gestante. De hecho, en el 40-70% de las gatas con piometra se ha encontrado cuerpo lúteo en los ovarios.
2. Tratamiento a base de progestágenos. El tratamiento con progestágenos para las enfermedades cutáneas, como la dermatitis miliar felina, los tumores estrógeno dependientes o para prevenir una gestación son otra de las causas más frecuentes de la aparición de la piometra en las gatas. El problema es que la administración exógena de progestágenos desequilibra los niveles de progesterona en el cuerpo detonando el inicio de la enfermedad. Ello explica por qué las gatas ovariectomizadas también pueden desarrollar piometra en el muñón.
3. Sin causa aparente. Un estudio (2) publicado en la American Journal of Veterinary Research encontró que las gatas también pueden padecer piometra sin haber sido montadas ni recibir ningún tipo de tratamiento. De hecho, 9 de 22 gatas tenían cuerpo lúteo sin haber tenido contacto con gatos machos durante al menos 7 meses y sin haber recibido un tratamiento anticonceptivo. Esto desvela que es probable que exista un mecanismo diferente al coito que pueda inducir la ovulación en las gatas.
Tratamiento y pronóstico
Cuando se sospecha que la gata sufre una piometra cerrada, se realiza una exploración física para corroborar el diagnóstico. También se puede recurrir a una ultrasonografía para visualizar el contenido uterino y hacer un diagnóstico diferencial, o a un análisis clínico para valorar los niveles de albúmina y leucocitos.
Una vez que se confirme el diagnóstico, en los casos de piometra cerrada el tratamiento de elección suele ser la cirugía, específicamente la ovariohisterectomía, un procedimiento mediante el cual se extirpa el útero y los ovarios. Por lo general, el pronóstico es favorable, aunque la recuperación del animal depende del nivel de compromiso del útero. En la mayoría de los casos, si la gata supera el período postoperatorio, puede llevar una vida normal.
Referencias bibliográficas:
(1) Silva, L. et. Al. (1995) Cervical opening in relation to progesterone and oestradiol during heat in beagle bitches. Journal of Reproduction and Fertility; 104(1):85-90.
(2) Lawler, D. et. Al. (1991) Histopathologic features, environmental factors, and serum estrogen, progesterone, and prolactin values associated with ovarian phase and inflammatory uterine disease in cats. American Journal of Veterinary Research; 52(10):1747-1753.