Clinical Lectures 2018: Particularidades de la transfusión felina: Grupos sanguíneos y el uso del plasma
El grupo sanguíneo no es más que antígenos de membrana que se encuentran en la superficie de los eritrocitos y que sirven para reconocimiento de células propias. En gatos, existe el sistema AB (grupo A, B y AB según la expresión de la glicoproteína A, B o ambas) presentando anticuerpos naturales que se desarrollan a partir de los 2-3 meses en contra de las proteínas de los otros grupos que no son el propio del gato (Un gato con grupo A tendría anticuerpos contra el antígeno B)
La prevalencia de los diversos grupos es la siguiente: Grupo A en torno a un 94%, grupo B en torno a un 3-5% y AB en torno a un 1%. Los gatos con grupo A suelen tener poca carga de anticuerpos en contra de las otras glicoproteínas, por lo que las reacciones transfusionales son más leves que los gatos que presentan grupo B, que tienen una carga de anticuerpos mayor. En el caso del grupo AB, dado tener las dos glicoproteínas, no poseen anticuerpos.
¿Cómo se decide qué grupo sanguíneo será el que tenga cada gato?
La herencia de los grupos sanguíneos del sistema AB sigue una herencia autosómica dominante. La fisiopatología por la que tendrán un grupo u otro es compleja: Inicialmente todos los gatos al nacer son del grupo B pero por efecto de una enzima se modifica el antígeno B y se convierte en A. Esto es lo que sucede en la mayoría de los gatos. En caso de tener mutaciones en esa enzima, se mantiene la glicoproteína B o se genera un grupo AB.
El Dr. Blasi recordó la importancia de tener en cuenta que los anticuerpos contra los otros grupos sanguíneos aparecen a los dos meses, lo que explica porque en la isoeritrolisis neonatal, cuando los anticuerpos de la madre atacan a los eritrocitos de su neonato con un grupo sanguíneo diferente al suyo, hay que realizar transfusiones al neonato con sangre del grupo de la madre, dado que así se evita el efecto de los anticuerpos de la madre y no hay reacción transfusional porque el neonato aún no ha generado sus propios anticuerpos.
Sin embargo, el sistema AB no es el único grupo sanguíneo que existe en los gatos. Al igual que en perros o humanos se han reconocido otros sistemas, como el sistema MIK, que explican reacciones transfusionales entre pacientes que a priori eran compatibles por el sistema AB. Es por ello que es importante el tipaje (conocer el grupo sanguíneo) y cross-matching (cruce directo entre sangre donante y receptor) para evitar reacciones transfusionales.
El Dr. Blasi posteriormente comentó los usos del plasma y los diferentes preparados de los que disponemos en el mercado:
El plasma es la parte que se obtiene tras la centrifugación de la sangre cuando se retira el componente celular. Está compuesto por gran variedad de proteínas que se encargan de mantener la homeostasis entre las que se encuentran las proteínas hemostáticas, la albúmina y las inmunoglobulinas.
Los productos de que disponemos son el plasma fresco congelado, que es aquel que se centrifuga y se congela en menos de 24 horas de la extracción de la sangre, por lo que contiene todas las proteínas citadas anteriormente; y también podemos disponer de productos que presentan únicamente un componente del plasma, como los preparados de albúmina humana. Los motivos de uso de plasma en gatos son dos: la hipoalbuminemia y las coagulopatías.
La hipoalbuminemia comporta una disminución de la presión oncótica, pudiendo producir efectos indeseados como edema y dificultad para la cicatrización de las heridas. Sin embargo, existen múltiples estudios que analizan el uso de plasma fresco congelado para corrección de la hipoalbuminemia y detallan que cada vez se usa menos dado que para la corrección de la hipoalbuminemia habría que usar grandes volúmenes de plasma, lo que lleva a múltiples efectos adversos. Es por ello que actualmente lo que se utiliza es la transfusión de concentrados de albúmina humana. Con ello administramos mayor cantidad de albúmina, sin administrar todas las otras proteínas del plasma y en menor cantidad de volumen. Además se dispone de estudios que indican que es segura la administración de albúmina de origen humano con bajo riesgo de reacciones adversas en el gato.
En cuanto a las coagulopatías, el Dr. Blasi incidió en la diferencia de la hemostasia primaria (la parte de la coagulación que forma el coágulo primario) y secundaria (que realiza la fijación y estabilización del coágulo) explicando que existen causas congénitas y adquiridas en ambos grupos produciendo coagulopatías que pueden requerir del uso de plasma. Puso por ejemplo la Enfermedad de Von Willebrand, una coagulopatía de la hemostasia primaria que suele ser congénita y cuya causa es un déficit de la proteína que se requiere para la unión de las plaquetas al tejido subendotelial.
Al explicar los déficits de la hemostasia secundaria, mencionó inicialmente los déficits congénitos, que son las hemofilias congénitas. La más frecuente es el Hageman trait (déficit del factor XII) que produce sangrado in vitro pero no in vivo y que predispone a una situación de hipercoagulabilidad. Otros trastornos congénitos son la hemofilia A (déficit del factor VIII) y la hemofilia B (déficit del factor IX) que sí que predisponen al sangrado. También mencionó la coagulopatía que responde a vitamina K del Devon Rex, que produce una disminución de los factores de coagulación que requieren de la vitamina K para su producción. Dado que existen déficits de factores de la coagulación en las enfermedades descritas previamente, se requerirá de la transfusión de plasma, en caso de sangrado o traumatismo.
Dentro de las alteraciones adquiridas, mencionó la coagulación intravascular diseminada (CID) que es una alteración de la hemostasia a nivel sistémico por un proceso subyacente con una alteración endotelial de base. La CID tiene diversas fases: inicialmente una fase hipercoagulable y posteriormente una fase de déficit de coagulación con riesgo de sangrado. En esta enfermedad la transfusión de plasma es un tema controvertido, dado que de forma teórica el plasma ayuda en la fase hipocoagulable e hipercoagulable (aportando el plasma factores anticoagulantes) pero no se ha podido demostrar beneficio clínico mediante estudios..
Finalmente el Dr. Blasi mencionó el uso de la xenotransfusión (transfusión entre especies diferentes) poniendo como ejemplo el uso de sangre de perro en gatos que se apoya en la base teórica de que los gatos no poseen anticuerpos naturales contra antígenos del perro, pero la supervivencia es pobre y solo debería ser usada como la en lugares en los que última medida terapéutica no se dispone de sangre de gato.