ETIOLOGÍA: Es una enfermedad causada por la espiroqueta Borrelia burdogferi y transmitida por garrapatas del género Ixodes, descrita en perros por primera vez hace unos diez años. La persistencia de la bacteria en el organismo y los mecanismos inmunitarios para su eliminación son los responsables de los signos clínicos, así como factores propios de cada individuo. La patogenia de la enfermedad no está conocida totalmente pero en la forma crónica parece ser que las lesiones son inmunomediadas.
PRONÓSTICO: Pronóstico reservado en los casos crónicos y malo si hay afección del sistema nervioso central.
SÍNTOMAS: Son sistémicos como la anorexia, fiebre, depresión, cojera y dolor articular. Puede haber efusión abdominal y linfadenopatía menos frecuente. También hay dolor generalizado muscular, articular y adinamia. Es frecuente la presentación de cojera crónica intermitente y afectando alternativamente diversas extremidades sin más signos clínicos. En un porcentaje bajo de casos se presenta enfermedad cardíaca, neurológica y renal por glomerulonefritis.
TRATAMIENTO: Se usa la [doxiciclina], [amoxicilina] o las [cefalosporinas de 1ª generación]. En casos de afectación del SNC administrar ceftriaxona. Tratar durante 1 mes. Es frecuente observar una mejoría a los pocos días. Se usan AINEs para el control de la inflamación y del dolor como la [AAS], [naproxeno] o el metamizol magnésico. Evitar si es posible la administración de corticoesteroides debido al riesgo de diseminación de Borrelias. Prevenir la enfermedad con el control de las garrapatas y en caso de infestación tratar al perro lo más rápidamente posible, ya que la posibilidad de contagio aumenta a partir de las 48 horas de unión entre la garrapata y el perro.