Ataques epilépticos en perros mayores, ¿un mayor índice de neoplasia?
Perros epilépticos
Es difícil en ocasiones diferenciar un ataque epiléptico en el perro de otros trastornos paroxísticos no epileptiformes. Es muy importante la historia clínica, la cumplimentación de un cuestionario por parte del propietario y grabar un video casero para ayudarnos con el diagnóstico de epilepsia canina. Una exploración física completa, incluyendo la exploración neurológica, puede ayudarnos a distinguir entre un síncope y una crisis en el caso de que existan anomalías cardiovasculares, o entre una enfermedad neuromuscular o disfunción vestibular.
Epilepsia en perros: causas
En perros menores de 6 meses o mayores de 6 años, que presenten anomalías neurológicas interictales, estatus epiléptico o clusters de crisis al inicio de la epilepsia, o un presunto de epilepsia generalizadas idiopática que sea farmacorresistente, una vez descartadas las crisis sintomáticas agudas (crisis reactivas,) los autores recomiendan realizar una resonancia magnética cerebral (RM) y un análisis básico del líquido cefalorraquídeo (LCR) para establecer la etiología de las crisis.
En cuanto al estudio (Ghormley TM 2015), que comentábamos en la introducción, se trata de un estudio retrospectivo descriptivo en 99 perros con epilepsia en los cuales se revisaron los procedimientos médicos para identificar ataques epilépticos en perros mayores con convulsiones (a > / = 5 años de edad) y con diagnóstico de epilepsia primaria o secundaria.
El objetivo del estudio era clasificar la etiología de la epilepsia y evaluar la obtención de resultados anormales en el examen neurológico para predecir la epilepsia secundaria en perros > / = 5 años de edad.
Como metodología se estratifica a los perros por edad, se evaluó la prevalencia de la epilepsia primaria y secundaria y la proporción de perros con epilepsia secundaria y diagnóstico de neoplasia (en base a resonancia magnética) frente a otra enfermedad.
En cuanto a los resultados encontraron que en conjunto, 7 de 30 (23%) perros de 5 a 7 años de edad, 13 de 29 (45%) perros de 8 a 10 años de edad, 13 de 33 (39%) perros de 11 a 13 años de edad, y 2 de 7 perros > / = 14 años de edad tenían epilepsia primaria. La prevalencia de epilepsia primaria vs epilepsia secundaria no difirió entre los grupos de edad. La proporción de perros con neoplasia en el grupo entre 5 y 7 años de edad fue menor que la de los perros en otros grupos de edad. Obtener resultados de exámenes neurológicos anormales mostró un 74% de sensibilidad y 62% de especificidad para predecir la epilepsia secundaria.
Concluyen por tanto que una proporción sustancial de perros > / = 5 años de edad tenían epilepsia primaria. Los resultados indicaron que no encontrar anormalidades en el examen neurológico no excluye la posibilidad de lesiones intracraneales, y se debería recomendar resonancia magnética con análisis del LCR (si está indicado) para todos los perros cuando la aparición de convulsiones está en > / = 5 años.
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