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    Sarna demodécica en perro y gato: diagnóstico y tratamiento

    La sarna demodécica es una dermatopatía relativamente frecuente en la especie canina, mientras que su frecuencia es mucho menor en la especie felina.

    Introducción

    La sarna demodécica o demodicosis es una enfermedad cutánea causada por la proliferación excesiva de ácaros de distintas especies de Demodex, parásitos comensales habituales y normalmente inocuos que se encuentran en pequeñas cantidades en los folículos pilosos.1

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    En el perro, las dos especies implicadas son Demodex canis, responsable de la mayor parte de los casos, y D. injai, especie con un cuerpo más alargado.2 Hasta hace poco se incluía también una tercera especie de cuerpo más corto, D. cornei, pero las comparaciones genéticas parecen indicar que se trata de una variante morfológica de D. canis.3

    En el gato, la demodicosis puede estar causada por tres especies: D. cati, la principal especie causante de la enfermedad, D. gatoi, ácaro contagioso que vive en el estrato córneo y que cuenta con una distribución geográfica más regional, y una tercera especie todavía sin denominar.3,4

    Presentación de la sarna demodécica en perro y gato

    En el perro, aunque no en la especie felina, la sarna demodécica tiene dos presentaciones relacionadas con la edad. La demodicosis juvenil es la forma más frecuente y suele aparecer en cachorros y adultos jóvenes (de 3 a 18 meses).1,3 La demodicosis en adultos se manifiesta habitualmente por primera vez a partir de los 4 años de edad y suele asociarse con enfermedades o tratamientos inmunosupresores.3

    De acuerdo con la extensión de las lesiones, la sarna demodécica en perro y gato puede clasificarse como localizada, forma con unas pocas lesiones cutáneas que normalmente remiten espontáneamente, o generalizada, con lesiones más extendidas que no suelen remitir sin tratamiento acaricida.1 No hay una definición aceptada universalmente para cada forma en cuanto a número de lesiones, tamaño y distribución.

    La demodicosis en perros se caracteriza por alopecia, eritema, descamación, pápulas, pústulas, comedones y cilindros foliculares que, a menudo, se ven agravados por una infección bacteriana secundaria con presencia de costras y, en los casos más severos, signos de afectación sistémica.2,3 En el caso de D. canis, el perro puede manifestar prurito si hay proliferación bacteriana y D. injai causa un exceso de grasa.

    En la especie felina, D. cati muestra signos similares (eritema, hipotricosis/alopecia, descamación y costras con prurito variable), mientras que las infestaciones con la especie contagiosa D. gatoi cursan con prurito troncal.3,4

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    Diagnóstico

    Los raspados cutáneos profundos se consideran el método diagnóstico de elección en la mayoría de pacientes con sospecha de demodicosis. Se puede añadir tanto a la piel como al instrumental una gota de aceite mineral para facilitar la toma de muestras. Es fundamental pinzar la piel durante el raspado para lograr extraer a los ácaros de los folículos. Dado que los ácaros Demodex son comensales habituales de la piel, la identificación de un solo ácaro en los raspados profundos puede ser un hallazgo normal, si bien poco frecuente. Sin embargo, la presencia de más de un ácaro es fuertemente indicativa de demodicosis clínica.3

    Los tricogramas se han descrito como alternativa a los raspados profundos cuando la zona afectada es de difícil acceso (p. ej., región periocular, espacios interdigitales) o con animales de difícil manejo. La muestra se obtiene arrancando unos cuantos pelos con fórceps, en cantidad suficiente para aumentar la sensibilidad del diagnóstico, y colocando la muestra en un portaobjetos con aceite mineral y un cubreobjetos para examinarla al microscopio.3

    La impresión con cinta adhesiva, que se obtiene presionando la cinta de acetato sobre la piel mientras esta se pinza, también ha mostrado ser un excelente método diagnóstico para la demodicosis canina. A pesar de que inicialmente se describió que esta técnica era más sensible que el raspado profundo, estudios posteriores han arrojado resultados contradictorios.3

    Por otro lado, la biopsia puede ser necesaria en algunas razas como el Shar Pei (por sus especiales características cutáneas) o en algunas formas menos habituales, como la pododemodicosis.2,3

    Por último, en los casos con un pioderma instaurado, el examen citológico del exudado obtenido de pústulas o trayectos de drenaje también puede revelar la presencia de ácaros.2

    Tratamiento de la sarna demodécica

    Si bien la mayoría de casos de demodicosis localizada, tanto en perros como en gatos, remiten de forma espontánea sin tratamiento, la demodicosis generalizada es una afección grave que requiere un tratamiento prolongado que puede llegar a durar de varias semanas a meses.3,5

    La mejoría clínica debe monitorizarse mensualmente y efectuarse raspados profundos en cada visita hasta obtener el segundo raspado negativo. El tratamiento debe proseguir cuatro semanas más después del segundo raspado negativo para disminuir la probabilidad de recaída de la enfermedad.3 Asimismo, se recomienda un seguimiento de 12 meses tras interrumpir el tratamiento para concluir la curación clínica.

    Se han descrito varios tratamientos para la demodicosis generalizada canina: baños de amitraz, pipetas de imidacloprid/moxidectina, milbemicina oxima por vía oral, doramectina por inyección subcutánea o ivermectina por vía oral .3,6-8 Las dosis de ivermectina o la moxidectina deben administrarse gradualmente para poder identificar a aquellos animales sensibles a la toxicidad asociada a estas lactonas macrocíclicas, ligada a la mutación en el gen MDR1 y muy frecuente en algunas razas como Collie, Pastor Inglés o sus cruces.3

    Las isoxazolinas (fluralaner, afoxolaner, lotilaner y sarolaner) son una nueva clase de ectoparasiticidas que, tras su introducción en el mercado veterinario para tratar las infestaciones por pulgas y garrapatas, han demostrado en varios estudios su eficacia en el tratamiento de la demodicosis canina. En 2018, un estudio de campo, mutlicéntrico y aleatorizado que evaluó la eficacia de sarolaner en comparación con la moxidectina/imidacloprid concluyó que la administración oral mensual de sarolaner era segura y eficaz en el tratamiento de la demodicosis generalizada en perros.6 En cuanto al fluralaner, otro estudio demostró que una sola administración tópica lograba eliminar los ácaros Demodex en perros con demodicosis generalizada, mientras que el tratamiento tópico con imidacloprid/moxidectina, administrado 3 veces cada 28 días, no eliminó los ácaros de la mayoría de los perros tratados. A la eficacia de las isoxazolinas, se suman las grandes ventajas de esta nueva clase de medicamentos como su facilidad de uso y la seguridad de alcanzar todas las partes del cuerpo,6 lo que las convierte en una opción excelente para el tratamiento de la demodicosis canina.

    En la especie felina, la demodicosis puede tratarse con baños semanales de sulfuro de cal al 2 % o baños de amitraz al 0,0125 %. Una alternativa más sencilla son las pipetas de moxidectina/imidacloprid para la administración percutánea cada 7 días.3

    Conclusiones

    La sarna demodécica en perro y gato es una enfermedad causada por la proliferación excesiva de ácaros de distintas especies de Demodex. Puede clasificarse según la edad en el momento de aparición (forma juvenil o adulta) y la extensión de las lesiones (forma localizada o generalizada). El método diagnóstico de elección son los raspados cutáneos profundos. Las isoxazolinas, una nueva clase de medicamentos, han demostrado ser una opción excelente para el tratamiento de la demodicosis generalizada canina.

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    Bibliografía
    1. O'Neill D.G., Turgoose E., Church D.B., Brodbelt D.C., Hendricks A (2020). Juvenile-onset and adult-onset demodicosis in dogs in the UK: prevalence and breed associations. . Journal of Small Animal Practice; 61(1):32-41.
    2. Saló E. (2011). Formas clínicas de la demodicosis canina. No todo son alopecias. Clínica Veterinaria de Pequeños Animales; 31(2):67-75.
    3. Mueller R. S., Rosenkrantz W., Bensignor, E., Karaś-Tęcza J., Paterson T., Shipstone M.A. (2020). Diagnosis and treatment of demodicosis in dogs and cats: Clinical consensus guidelines of the World Association for Veterinary Dermatology. Veterinary Dermatology; 31(1):527.
    4. Ortúñez A., Verde M.T., Navarro L., Real L., Vilela C. (2009). Demodicosis Felina: a propósito de tres casos clínicos. Clínica Veterinaria de Pequeños Animales; 29(3):165-171.
    5. Djuric M., Milcic Matic N., Davitkov D., Glavinic U., Davitkov D., Vejnovic B., Stanimirovic Z. (2019). Efficacy of oral fluralaner for the treatment of canine generalized demodicosis: a molecular-level confirmation. Parasite Vectors; 12:270.
    6. Becskei C., Cuppens O., Mahabir S.P. (2018). Efficacy and safety of sarolaner against generalized demodicosis in dogs in European countries: a non-inferiority study. Veterinary Dermatology; 29: 203-e72.
    7. Perego R., Spada E., Foppa C., Proverbio D. (2019). Critically appraised topic for the most effective and safe treatment for canine generalised demodicosis. BMC Veterinary Research; 15(1):17.
    8. Hutt J.C., Prior C., Shipstone M. (2015).Treatment of canine generalised demodicosis using weekly injections of doramectin: 232 cases in the USA (2002–2012). Veterinary Dermatology; 26:345-350.