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    Enfermedad de Aujeszky en perros: cuadro clínico y diagnóstico

    La enfermedad de Aujeszky en perros es una enfermedad con una alta mortalidad, para la que no se dispone de un tratamiento eficaz.

    Introducción

    La enfermedad de Aujeszky, también denominada pseudorrabia, “mad itch” o parálisis bulbar infecciosa, es una enfermedad infecciosa causada por el Herpesvirus suis tipo 1. Generalmente, los perros se infectan tras la ingesta de carne o vísceras crudas contaminadas, pero los perros cazan también pueden hacerlo durante peleas con jabalíes.1

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    En Europa, los suidos (y en concreto el jabalí) son el hospedador natural y principal reservorio de la enfermedad, pero el virus puede infectar también a otras especies, entre ellas el perro.1-3 

    Aunque en algunas zonas de España la seroprevalencia de la enfermedad en jabalíes puede ser superior al 40%, la incidencia de la enfermedad de Aujeszky en perros parece ser mucho menor, aunque son pocos los datos publicados al respecto en la literatura veterinaria. Un estudio reciente realizado en 466 perros de caza de una zona donde la enfermedad es endémica en el jabalí, mostró que solo el 0,43% de los perros era seropositivo.2 En cualquier caso, es posible que la prevalencia de Aujeszky en perros sea mayor, porque en esta especie la enfermedad es de curso rápido, y la mayoría de animales fallecen o son eutanasiados en las 48 horas siguientes a la aparición de los primeros síntomas.1,3 Ello, unido a la falta de pruebas diagnósticas precisas que puedan realizarse in vivo en el entorno clínico, y el hecho de que no sea una enfermedad de declaración obligatoria en esta especie, puede llevar a que muchos casos queden sin reportar.

    Teniendo en cuenta el carácter fatal de la enfermedad y que el diagnóstico clínico justifica la eutanasia,1 es importante estar familiarizado con los síntomas de esta enfermedad, y en su caso con que hacer para confirmar el diagnóstico.

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    Cuadro clínico

    La enfermedad de Aujeszky en perros se caracteriza por presentar un curso hiperagudo. Los signos iniciales incluyen:

    • Cambios en el comportamiento, como letargia, inactividad, intranquilidad o agresividad.
    • En ocasiones se describe vómito, diarrea o disnea secundaria a edema pulmonar; es frecuente la hipersalivación y puede haber fiebre o no.
    • En cualquier caso, el signo clínico más característico es la presencia de prurito severo de origen neuropático, localizado en la cabeza y que raramente afecta a otras zonas.1-3 El prurito es tan intenso que los animales se frotan violentamente contra el suelo y las paredes, pudiendo incluso derivar en cuadros convulsivos. La automutilación causa eritema, escoriación y ulceración de la piel y tejidos subyacentes. Aunque el prurito es el signo clínico más característico, se ha reportado que solo está presente en el 18-57 % de los casos, por lo que su ausencia no descarta la enfermedad.1
    • Otros signos neurológicos de la enfermedad incluyen: anisocoria, midriasis, pérdida del reflejo pupilar consensual, trismo, paresia o parálisis de los músculos faciales, ladeamiento de la cabeza e incapacidad para deglutir. De modo menos frecuente se describe hiperestesia generalizada y paresia o parálisis de los miembros.3

    Diagnóstico de la enfermedad de la enfermedad de Aujeszky en perros 

    El curso hiperagudo de la enfermedad hace que en la mayoría de los casos el diagnóstico ante-mortem de la enfermedad de Aujeszky en el perro sea presuntivo y esté basado en la historia (contacto con jabalí o sus restos) y cuadro clínico.

    El diagnóstico definitivo es post-mortem, generalmente mediante realización de PCR en tejido cerebral. De modo menos frecuente el diagnóstico se establece mediante inmunohistoquímica o tras el aislamiento del virus. Generalmente, la serología no resulta útil porque la gran mayoría de animales mueren o son eutanasiados antes de que se produzca seroconversión.1,2

    La hematología y el perfil bioquímico de los perros con Aujeszky no suele mostrar alteraciones, mientras que en el análisis del líquido cefalorraquídeo se ha descrito un incremento en la concentración de proteínas y pleocitosis mononuclear, sugestivo de encefalitis viral, pero no específico de esta enfermedad.3

    Teniendo en cuenta el cuadro clínico y el curso de la enfermedad de Aujeszky en perro, el diagnóstico diferencial debería incluir intoxicaciones (metales pesados, plaguicidas, etilenglicol o herbicidas), cuadros de moquillo y rabia (cuando esto sea una posibilidad).1

    Prevención

    La falta de un tratamiento eficaz y la severidad de la enfermedad remarcan la importancia de adoptar medidas preventivas para evitar la infección. Las más importantes incluyen no alimentar a los perros con carne o vísceras crudas, así como tratar de evitar el contacto con jabalíes.

    Conclusiones

    Los veterinarios clínicos no solemos tener en cuenta la enfermedad de Aujeszky como un posible diagnóstico diferencial, sobre todo si entre nuestros pacientes no hay perros dedicados a la caza del jabalí. Sin embargo, con la sobrepoblación actual de esta especie en España y su cada vez mayor acercamiento a núcleos urbanos, deberíamos pensar más en ella, porque el riesgo de exposición para la población canina global es mayor. En este sentido, deberíamos tenerla presente, sobre todo, en casos en los que los propietarios reporten cuadros de prurito muy severo acompañados de signos neurológicos.

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    Bibliografía
    1. Diéguez E. (2020). Enfermedad de Aujeszky en trece perros. Clin Vet Peq Anim; 40: 29-32.
    2. Cano-Terriza D, Martínez R, Moreno A, Pérez-Marín JE, et al. (2019). Survey of Aujeszky's Disease Virus in Hunting Dogs from Spain. Ecohealth; 16: 351-355.
    3. Henke D, Vandevelde M. (2012). Pseudorabies. En Green CE (ed). Infectious Diseases of the Dog and Cat. 4th ed. Elsevier: 198-201