Derrame pleural en gatos: causas, diagnóstico y tratamiento
Causas de los derrames pleurales
Los derrames tienen distintos orígenes, como puede ser: el descenso de la presión oncótica, es decir, trasudado puro por hipoalbulinemia; aumento de la presión hidrostática (trasudado por cardiopatía, hernia de diafragma, tumor o torsión lobular pulmonar); aumento de la permeabilidad (por infección o tumor, o torsión lobular pulmonar); hemorragia (coagulopatía, tumor o traumatismo); y enfermedad hepática o gastrointestinal si los niveles de proteína son muy bajos.1-3
Por otra parte, cuando el líquido acumulado es linfático, tiene origen intestinal y por ello una gran cantidad de grasa, tenemos un caso de quilotórax. Si hay una acumulación de pus de origen inflamatorio, nos encontramos ante un piotórax.1
En una revisión por Beatty J. y Barrs V. en 2010, se menciona que la peritonitis infecciosa felina, la insuficiencia cardíaca congestiva, el piotórax y la neoplasia suponían entre el 88% y el 100% de 265 casos con etiología documentada.3 Otro estudio de Ruíz et al. confirmó esta tendencia y analizó más causas de derrame pleural.4
Signos clínicos
El principal signo clínico que presenta un animal con derrame pleural es la disnea. En los gatos, el modelo más habitual es una inspiración fuerte con espiración retrasada, dando la impresión de que el animal contiene la respiración. Otros signos clínicos, dependientes de la causa subyacente que genere el derrame son respiración rápida (taquipnea), pérdida de peso, tos, letargia, anorexia o intolerancia al ejercicio.1,2
En el caso particular del quilotórax, antes de la disnea puede aparecer la tos como signo indicativo. Por otra parte, en animales con piotórax, la tos, anorexia, adelgazamiento, deshidratación, ruidos amortiguados cardíacos y pulmonares, así como palidez en las membranas mucosas, son signos que pueden aparecer junto a la disnea.
Diagnóstico
La historia médica completa y un examen físico del animal son necesarios para establecer un diagnóstico.1 La confirmación del diagnóstico de derrame pleural se realiza mediante radiografía de tórax. Si no hay disnea, pero se sospecha de la presencia de líquido, las proyecciones ventrodorsal y espiratoria pueden ayudar a delimitar el derrame. Para descartar tumores, se repiten las radiografías después de extraer la mayoría de líquido pleural.2
La ecografía es otra técnica útil en el derrame pleural. Su uso sirve para evaluar el mediastino antes de la extracción, puesto que el líquido pleural del derrame actúa como ventana acústica.2
Otras pruebas diagnósticas útiles para determinar la causa del derrame y excluir otras enfermedades del mismo signo son:1
- Electrocardiograma: para determinar la actividad eléctrica del corazón y cardiomegalias.
- Medición de la presión sanguínea: La variación al alta o a la baja puede darse en pacientes con derrame pleural.
- Ecocardiografía.
- Broncoscopio.
- Cultivos sanguíneos si se sospecha sepsis.
- Análisis líquido del derrame para bioquímica, recuento celular y citología.
Tratamiento
Como ya hemos mencionado previamente, el derrame pleural puede tener distintas causas. Una vez han sido determinadas, se aplicará el tratamiento que corresponda para subsanar la causa subyacente. Si no se puede determinar las causas de los trasudados o exudados por los análisis de laboratorio, técnica de imagen o toratoscopia, el tratamiento se realiza por toracotomía exploratoria.1
Otros tratamientos pueden ser la hospitalización y el suministro de oxígeno, o con el uso de medicamentos tipo diurético, dependiendo de la causa del derrame. Si hay sospechas de fallo cardíaco se puede administrar digoxina o nitroglicerina. Las hernias diafragmáticas, la torsión de lóbulo pulmonar y los tumores mediastínicos requieren tratamiento quirúrgico, además de quimioterapia en este último caso.1
Para los pacientes con quilotórax, se extrae el derrame quiloso mediante una toracentesis intermitente. Tratando la enfermedad subyacente el derrame se disolverá, y con una dieta baja en grasas reducirá la grasa del derrame y mejorará la capacidad del animal para reabsorber el líquido de la cavidad torácica. Si el tratamiento médico no fuera suficiente o no se pudiera determinar la causa del quilotórax, existen opciones quirúrgicas como la ligación del conducto torácico y pericardectomía, derivación pasiva (o activa) pleuroperitoneal, drenaje de epiplón y pleurodesis.2
En los pacientes con piotórax, lo principal es corregir la causa subyacente a través de antibióticos sistémicos. Una vez diagnosticado, se debe colocar al paciente una sonda pleural y realizar lavados con solución salina o lactato Ringer. La adición de heparina a esta solución tiene indicios de ser beneficiosa. Si el tratamiento médico no tiene respuesta en 3 o 4 días, el paciente puede requerir cirugía exploratoria.2