Ataques epilépticos en perros: Síntomas frecuentes y causas
Existen algunas razas que son más propensas a padecer ataques epilépticos, como el pastor alemán, el beagle, el golden retriever y el labrador retriever. La esperanza de vida de los canes afectados depende de varios factores. Un estudio reveló que la epilepsia idiopática tiene un peor pronóstico y que los perros intactos suelen vivir más años.
¿En qué consiste la epilepsia?
La convulsión ocurre cuando se produce una actividad eléctrica anormal en el cerebro como resultado de la despolarización espontánea de las células nerviosas, que puede ocurrir tanto por una excitación excesiva como por la pérdida de la inhibición. Esas transformaciones a nivel cerebral provocan cambios repentinos y de corta duración en el comportamiento y/o movimiento del can.
En los perros, los ataques epilépticos suelen ocurrir en medio de la noche, lo cual se debe, entre otros factores, a que ciertos grupos de neuronas ligeramente hiperactivas durante la vigilia se vuelven más excitables en el sueño.
Los síntomas de los ataques epilépticos varían a medida que el perro atraviesa diferentes fases:
- Prodrómica. Esta fase, presente en el 10% de los perros epilépticos, precede la convulsión y puede durar apenas unos minutos o extenderse durante varios días. Suele manifestarse a través de un estado de inquietud.
- Aura. Esta fase puede durar apenas unos segundos o unos minutos antes de que se desencadene el ataque epiléptico ya que se trata de una convulsión focal que se generaliza rápidamente. Se puede apreciar una disfunción conductual, motora, sensorial y/o autonómica.
- Post-ictal. Esta frase puede durar horas o días después del ataque epiléptico. La mayoría de los canes sufren cambios de conducta como resultado del agotamiento cerebral, suelen mostrarse atáxicos, cansados y, en ocasiones, agresivos.
Ataques epilépticos en perros: Síntomas específicos según la zona afectada
La mayoría de los ataques epilépticos en perros ocurren repentinamente, duran apenas unos segundos o minutos, y se detienen solos. Los síntomas varían según el área del cerebro afectada.
- Convulsiones focales. Solo afectan a la mitad del cerebro y se circunscriben a una región específica, por lo que los síntomas dependen de la zona afectada y sus funciones. En algunos casos pueden aparecer movimientos episódicos como contracciones faciales, parpadeo rítmico, sacudidas de la cabeza o contracciones musculares de una extremidad. En otros casos pueden aparecer signos autónomos como salivación excesiva, vómitos y pupilas dilatadas. También pueden producirse cambios en el comportamiento como inquietud, ansiedad o miedo inexplicable.
- Convulsiones generalizadas. Ocurren en ambos hemisferios cerebrales, de manera que el perro suele perder la conciencia y presenta síntomas autónomos como salivación, micción y defecación. Los movimientos suelen afectar ambos lados del cuerpo. Pueden ser movimientos tónicos que implican una rigidez muscular, clónicos, que serían contracciones rápidas y rítmicas involuntarias de los músculos, movimientos tónico-clónicos o mioclónicos, que se manifiestan como tirones esporádicos. En algunos casos pueden aparecer convulsiones atónicas, las cuales provocan una pérdida repentina y general del tono muscular, de manera que el perro colapsa.
- Crisis focal que evoluciona hacia una convulsión generalizada. Es el tipo de ataque epiléptico más común en perros, y se trata de una convulsión focal seguida de una convulsión generalizada. La convulsión focal suele ser muy corta y difícil de detectar, ya que le sigue casi inmediatamente la generalización secundaria.
Causas de los ataques epilépticos en perros
Cada can es diferente, por lo que hay que buscar las causas de los ataques epilépticos de manera individual. En la epilepsia idiopática, que suele afectar a perros de entre seis meses y seis años representando aproximadamente el 48% de los casos, según indicó este estudio no se puede hallar una causa que explique las convulsiones. En otros casos, cuando se verifica la existencia de un patrón hereditario, se hace referencia a una epilepsia primaria. No obstante, se puede hacer referencia a causas extra e intracraneales:
- Causas extracraneales. Aproximadamente un tercio de ellas son el resultado de intoxicaciones por metaldehído e insecticidas. Otro tercio se debe a una hipoglucemia o sobredosis de insulina. Un 10% es consecuencia de una encefalopatía hepática por shunt portosistémico y un 5% se debe a la hipocalcemia.
- Causas intracraneales. Pueden ser de naturaleza inflamatoria, vascular, neoplásica o degenerativa. Los traumas en la cabeza también aumentan el riesgo de desarrollar epilepsia, como demostró este estudio. No obstante, se estima que cuatro de cada cinco casos de ataques epilépticos en perros por causas intracraneales son de naturaleza neoplásica o inflamatoria. Aunque menos comunes, la epilepsia también puede ser consecuencia de un accidente cerebrovascular, el moquillo o la meningoencefalitis granulomatosa.
En algunos casos, gracias a pruebas de MRI y/o análisis de líquido cefalorraquídeo, se puede comprobar la existencia de una anomalía estructural, en cuyo caso se hace referencia a una epilepsia estructural, pero no siempre es posible detectar el daño.