Virus de la leucemia felina
El virus de la leucemia felina es un retrovirus responsable de la depresión del sistema inmunitario, anemia y/o linfomas. Debido a su alta prevalencia en la población felina, en esta publicación realizaremos una revisión de los factores de riesgo, fases de la enfermedad y su diagnóstico.
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Etiología y factores de riesgo
El virus de la leucemia felina es un gammaretrovirus que afecta a los gatos domésticos y silvestres. El FelV tiene una distribución mundial, su prevalencia está directamente influenciada por la densidad de la población felina. Por esta razón, la prevalencia en colonias o refugios para animales sin medidas preventivas puede llegar hasta el 20%, mientras que solo alcanza el 1% de prevalencia en gatos domésticos mantenidos de forma individual.(1)
Los gatos virémicos son la fuente de infección. Las vías de diseminación del virus son la saliva, secreciones nasales, las heces y la leche. (1)
Los factores de riesgo incluyen: la edad (mayor riesgo en gatitos), la densidad de población y la falta de higiene. (1)
La transmisión horizontal del virus ocurre mediante los contactos sociales (acicalamiento) aunque también se puede transmitir por mordiscos.
En gatas gestantes, la viremia lleva a la muerte embrionaria, mortinatos o gatitos virémicos que mueren poco tiempo tras nacer. Sin embargo, si la gata gestante tiene una infección latente, puede haber una transmisión vertical a las crías a través de la lactación. Con la edad los gatos se vuelven resistentes a la infección, aunque si son expuestos a una alta carga viral, también pueden ser infectados.(1)
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Fases de la enfermedad
Existen tres fases de la infección: la fase abortiva, la fase regresiva y la fase progresiva(2):
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Fase abortiva: tras la infección, el virus comienza a replicarse en tejido linfoide del área orofaríngea. Esta fase de replicación puede acabar si hay una respuesta humoral y celular adecuada. Estos gatos nunca se vuelven virémicos, presentan altos niveles de anticuerpos y no presentan ARN o ADN proviral detectable en sangre. Se piensa que esta situación se da cuando el gato es expuesto a una baja carga viral.
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Fase regresiva: tiene lugar tras el desarrollo de una respuesta inmune efectiva. En la fase regresiva, la replicación del virus y la viremia se contienen antes o poco después de la afectación de la médula ósea. Tras la infección inicial, el FeLV se extiende a nivel sistémico a través de linfocitos y monocitos. En esta fase los gatos presentan resultados positivos en los test que detectan antígenos libres en plasma (ELISA). Estos gatos transmiten el virus a través de la saliva. Estos gatos presentan una viremia transitoria que suele persistir una tres semanas.
En algunos gatos, si se llega afectar las células de la médula ósea, se infectan los precursores hematopoyéticos de los granulocitos y de las plaquetas. Estos gatos nunca pueden eliminar el virus del cuerpo ya que el ADN proviral ya se encuentra en las células madre de la médula ósea. Estos gatos presentarán una “infección latente”. A nivel diagnóstico, serán negativos en los test de detección de antígenos, pero positivos a PCR (detección de provirus en sangre). Los animales con “infección latente” son susceptibles a la reactivación del virus en casos de inmunosupresión.
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Fase progresiva: esta fase tiene lugar en aquellos animales con infección progresiva, que no se pudo contener en la fase temprana con la inmunidad humoral y celular. En estos casos hay una alta tasa de replicación del virus, primero en tejidos linfoides, seguido de la médula ósea, mucosa y tejido glandular desarrollándose en estos gatos una viremia persistente en el tiempo.
La fase regresiva y progresiva de la enfermedad se pueden diferenciar mediante la repetición de los test de antígenos en sangre periférica. Los gatos con infección regresiva se volverán negativos como tarde 16 semanas tras la infección. Mientras que los gatos con infección progresiva seguirán siendo positivos. Ambas fases son positivas a PCR cuantitativa del virus, aunque la fase regresiva está asociada a una baja carga viral.
Diagnóstico
El diagnóstico del virus se puede realizar mediante métodos directos o indirectos. Dependiendo de la fase en la que se encuentre el animal puede ser positivo a unas pruebas u otras. Es por ello que la interpretación de los resultados de los test diagnósticos deben ser interpretados con atención.
Métodos directos
- ELISA de la proteína de nucleocápside P27
- Inmunocromatografía
- Aislamiento del virus en cultivo celular
- PCR para la detección de provirus (DNA-PCR)
- PCR para la detección de ARN
Métodos indirectos
- Serología: actualmente la serología no supone una herramienta diagnóstica útil puesto que muchos gatos producen anticuerpos frente a virus Felv endógenos. El test no se encuentra disponible en todos los países europeos.
Si quieres leer sobre la sintomatología clínica, tratamiento y prevención, visita el siguiente artículo.
Conclusiones
El virus de la leucemia felina es un retrovirus con alta prevalencia en la población felina. Su principal vía de transmisión horizontal es el acicalamiento, aunque también se puede transmitir mediante mordiscos o por transmisión vertical en gatas gestantes con infección latente a través de la leche. Los principales factores de riesgo incluyen la edad y la densidad poblacional. Tras la infección y según la evolución del curso del virus podemos diferenciar tres fase: Fase abortiva, Fase regresiva y la Fase Proliferativa.
Bibliografía