Tiña perros: Diferentes técnicas de detección de la dermatofitosis nodular
Artículo actualizado a 09 de diciembre de 2022
Introducción
La tiña en perros o dermatofitosis es una infección cutánea ocasionada por hongos del género Microsporum o Trichophyton.
Dermatofitosis nodular: ¿cómo se presenta?
La dermatofitosis nodular o querion es una de las presentaciones clínicas de la tiña en perros, aunque se estima que su incidencia entre todas las dermatofitosis es del 12 %, según indicó un estudio de la Universidad de Córdoba1.
Se trata de una respuesta inflamatoria granulomatosa que suele estar causada por Microsporum gypseum.
Dado que este dermatofito se halla en la tierra, es habitual que el querion se desarrolle en el hocico o las extremidades del perro. Suele presentarse como una lesión única, prominente, nodular y localizada acompañada de alopecia.
Los problemas en el diagnóstico de la dermatofitosis
Los efectos secundarios que causan los medicamentos antimicóticos, sobre todo a nivel hepático, unidos al prolongado tiempo de tratamiento que demanda la tiña en perros hasta su remisión total, hace que sea necesario partir de un diagnóstico certero. No se debe recomendar una terapia antimicótica basándose en una suposición clínica.
No obstante, en la práctica veterinaria no es inusual que la dermatofitosis se confunda con otras enfermedades, como una foliculitis estafilocócica. Uno de los principales problemas es que los dermatofitos atacan el folículo piloso, de manera que la lesión primaria que se aprecia visualmente es una pápula folicular, y solo en una etapa más avanzada invadirá los folículos adyacentes produciendo las lesiones circulares alopécicas clásicas con descamación central. Por tanto, para detectar la dermatofitosis nodular es imprescindible recurrir a diferentes técnicas diagnósticas.
Tiña en perros: técnicas diagnósticas de la dermatofitosis nodular
Entre las diferentes herramientas diagnósticas de la dermatofitosis nodular hay algunas como la lámpara de Wood, el examen microscópico de los pelos para detectar elementos fúngicos y el cultivo fúngico que pueden dar resultados negativos falsos. En estos últimos casos se debe realizar un análisis histológico con tinciones específicas.
Para analizar la fiabilidad de las diferentes técnicas diagnósticas, se llevó a cabo un estudio descriptivo,2 publicado en el 2009, que incluyó a 23 perros con dermatofitosis nodular de diferentes razas, sexo, edad y con uno o varios nódulos.
En el estudio se obtuvo un resultado negativo con la lámpara de Wood en todos los casos. El mayor número de resultados positivos (21 casos, 91 %) fue con las improntas de exudados, que mostraron artrosporas dentro de los fragmentos de pelos o libres entre neutrófilos y macrófagos (inflamación piogranulomatosa). Se realizó histología en 2 casos. El número de positivos en los raspados cutáneos en aceite mineral buscando artrosporas y/o hifas fue de 12 con un examen microscópico de los pelos que mostró artrosporas en 8 casos. El cultivo fúngico fue positivo para Microsporum canis en 16 perros y para Microsporum gypseum en 1 perro, con 6 casos sin identificar por cultivo.
En cuanto al tratamiento todos los perros fueron tratados con antifúngicos sistémicos y en 8 casos conjuntamente con antibioterapia, resolviéndose la dermatofitosis nodular en todos los casos entre las 4 y 8 semanas.
Dermatofitosis nodular: ¿cómo se presenta?
La dermatofitosis nodular o querion es una de las presentaciones clínicas de la tiña en perros, aunque se estima que su incidencia entre todas las dermatofitosis es del 12 %, según indicó un estudio de la Universidad de Córdoba1.
Se trata de una respuesta inflamatoria granulomatosa que suele estar causada por Microsporum gypseum.
Dado que este dermatofito se halla en la tierra, es habitual que el querion se desarrolle en el hocico o las extremidades del perro. Suele presentarse como una lesión única, prominente, nodular y localizada acompañada de alopecia.
Los problemas en el diagnóstico de la dermatofitosis
Los efectos secundarios que causan los medicamentos antimicóticos, sobre todo a nivel hepático, unidos al prolongado tiempo de tratamiento que demanda la tiña en perros hasta su remisión total, hace que sea necesario partir de un diagnóstico certero. No se debe recomendar una terapia antimicótica basándose en una suposición clínica.
No obstante, en la práctica veterinaria no es inusual que la dermatofitosis se confunda con otras enfermedades, como una foliculitis estafilocócica. Uno de los principales problemas es que los dermatofitos atacan el folículo piloso, de manera que la lesión primaria que se aprecia visualmente es una pápula folicular, y solo en una etapa más avanzada invadirá los folículos adyacentes produciendo las lesiones circulares alopécicas clásicas con descamación central. Por tanto, para detectar la dermatofitosis nodular es imprescindible recurrir a diferentes técnicas diagnósticas.
Tiña en perros: técnicas diagnósticas de la dermatofitosis nodular
Entre las diferentes herramientas diagnósticas de la dermatofitosis nodular hay algunas como la lámpara de Wood, el examen microscópico de los pelos para detectar elementos fúngicos y el cultivo fúngico que pueden dar resultados negativos falsos. En estos últimos casos se debe realizar un análisis histológico con tinciones específicas.
Para analizar la fiabilidad de las diferentes técnicas diagnósticas, se llevó a cabo un estudio descriptivo,2 publicado en el 2009, que incluyó a 23 perros con dermatofitosis nodular de diferentes razas, sexo, edad y con uno o varios nódulos.
En el estudio se obtuvo un resultado negativo con la lámpara de Wood en todos los casos. El mayor número de resultados positivos (21 casos, 91 %) fue con las improntas de exudados, que mostraron artrosporas dentro de los fragmentos de pelos o libres entre neutrófilos y macrófagos (inflamación piogranulomatosa). Se realizó histología en 2 casos. El número de positivos en los raspados cutáneos en aceite mineral buscando artrosporas y/o hifas fue de 12 con un examen microscópico de los pelos que mostró artrosporas en 8 casos. El cultivo fúngico fue positivo para Microsporum canis en 16 perros y para Microsporum gypseum en 1 perro, con 6 casos sin identificar por cultivo.
En cuanto al tratamiento todos los perros fueron tratados con antifúngicos sistémicos y en 8 casos conjuntamente con antibioterapia, resolviéndose la dermatofitosis nodular en todos los casos entre las 4 y 8 semanas.