Seborrea en perros: diagnóstico y tratamiento
Introducción
La presencia de seborrea en perros indica la existencia de un defecto en la queratinización. Dicho defecto puede manifestarse como:
- Seborrea seca, con una piel y manto de aspecto seco, mate, con escamas blanquecinas o grisáceas no adherentes;
- O bien como una seborrea grasa/oleosa, con la piel de aspecto grasiento y con muy mal olor.
- Por otra parte, la dermatitis seborreica se define como la presencia de escamas y piel grasa con evidencia de inflamación cutánea local o difusa.1,2
Tradicionalmente, la seborrea se ha considerado primaria cuando no aparece asociada a ningún otro proceso; o secundaria, cuando existe una enfermedad subyacente.3 Sin embargo, algún autor ha cuestionado la existencia de la seborrea primaria como una entidad clínica independiente, considerando que su existencia se estableció en una época en la que, por ejemplo, la importancia de las infecciones estafilocócicas y de la dermatitis por Malassezia como causa de seborrea no estaba bien aclarada. Estos autores entienden que muchos de los perros diagnosticados como primarios tendrían actualmente otro diagnóstico final.4
Diagnóstico de la seborrea en perros
El diagnóstico de seborrea en perro es sencillo y está basado en la observación directa de las lesiones. Más complejo, sin embargo, resulta el establecimiento de la causa primaria.
Diagnósticos diferenciales
La lista de diferenciales de seborrea en perros menores de 1 año es relativamente corta e incluye demodicosis, cheiletielosis, ictiosis, displasia epidérmica, deficiencias nutricionales e hipersensibilidad alimentaria.
En perros adultos hay que considerar que casi cualquier enfermedad dermatológica puede cursar con seborrea en el algún momento. Por ello, el diagnóstico de la seborrea primaria en estos pacientes es un diagnóstico de exclusión.3
Evaluación clínica
Inicialmente se recomienda revisar la dieta del paciente y hacer raspados cutáneos, citología, tricograma y un análisis coprológico.
Si no se alcanza un diagnóstico, el siguiente paso sería la realización de una analítica general y pruebas de función endocrina, o bien hacer una biopsia de piel. La elección del orden de estas pruebas dependerá de la sospecha clínica.1,2
Tratamiento de la seborrea en perros
El tratamiento de la seborrea secundaria en el perro está basado en el control de la causa primaria, que debería llevar a la resolución espontánea de los signos clínicos en un periodo de 30-60 días, aunque en casos crónicos este periodo puede doblarse.
En cualquier caso, si no se identifica una causa primaria o los signos son severos, es recomendable recurrir al empleo de agentes antiseborreicos tópicos.1 Los agentes antiseborreicos se comercializan distintas formas: pomadas, cremas, lociones, champús, sprays, mousses o formulaciones spot on.
Tratamiento de la seborrea seca
En general, el control de la seborrea seca es más fácil que el de la oleosa. Los perros se bañan 1-3 veces/semana (según la severidad) durante 2-3 semanas. A partir de ahí, y en función de la mejoría observada se va reduciendo la frecuencia. Es importante permitir que el champú esté en contacto con la piel 10-15 minutos para lograr su máxima eficacia y posteriormente realizar un buen aclarado.
Por otra parte, en perros de pelo largo es aconsejable cortar el pelo para mejorar la eficacia del tratamiento.1
Para casos leves se recomiendan champús humectantes hipoalergénicos, champús de avena coloidal o emolientes a base de clorhexidina.
En casos más severos se recomienda usar productos a base de azufre y ácido salicílico. También resultan útiles los productos con esfingolípidos. Es frecuente el uso de productos que incorporan ácidos grasos.
En perros con dermatitis por Malassezia es conveniente combinar los antiseborreicos con un antimicótico.
Para evitar la pérdida excesiva de agua transdérmica que pueden causar los champús antiseborreicos resulta muy útil la aplicación de productos emolientes y humectantes en diversas formas.1
Tratamiento de la seborrea oleosa
Estos casos necesitan tratamientos más potentes y durante más tiempo. Además, tienen mayor predisposición a desarrollar infecciones secundarias por bacterias o levaduras, y por ello, pueden requerir antibióticos o antifúngicos.
Los perros con seborrea oleosa leve/moderada se tratan con champús a base de azufre, ácido salicílico o alquitrán, mientras que en casos más graves se recomienda sulfuro de selenio o peróxido de benzoilo, pero este último no debe usarse en pacientes con piel seca.1
En perros con otitis externa asociada, se indica la aplicación de cerumenolíticos, así como antibacterianos/antifúngicos tópicos cuando esté indicado. En aquellos casos en los que no se puede bañar al perro, o no es posible el control de las infecciones secundarias, puede ser necesario tratamiento sistémico.1
Retinoides
Su uso ha mostrado resultados variables, pero mejores con etretinato (1 mg/kg/24 horas) que con isotretinoina (1-3 mg/kg/12 horas). Sin embargo, el etretinato ya no se comercializa por sus efectos teratogénicos y ha sido reemplazado por la acitretina (1 mg/kg/24 horas). Es importante la monitorización de posibles efectos adversos asociados al uso de retinoides, especialmente la queratoconjuntivitis seca.1
Calcitriol
El calcitriol (10 ng/kg/24 horas) ha sido usado en el tratamiento de la seborrea primaria, habiéndose reportado una eficacia del 60%, si bien es un fármaco que requiere una intensa monitorización por sus efectos sobre la secreción de paratohormona.1 Además puede ser difícil de dosificar debido a su presentación comercial.
No es raro que, si estos tratamientos no funcionan y las infecciones secundarias no se controlan, se solicite la eutanasia del paciente. En estos casos, puede hacerse un ensayo terapéutico con algún inmunomodulador (prednisona a dosis de 1-2 mg/kg/día, o ciclosporina, 5 mg/kg/24 horas).1
Conclusiones
Es frecuente que el veterinario clínico tenga que tratar perros con seborrea. Aunque la reacción inicial pueda ser la de instaurar tratamiento con productos antiseborreicos, debemos tener en cuenta que probablemente muchos de esos perros presenten una enfermedad subyacente, cuyo control debería llevar a la resolución de los signos clínicos. Por lo tanto, es siempre muy importante que sigamos un protocolo diagnóstico adecuado en lugar de asumir la presencia de seborrea en un perro como un diagnóstico final.